Fragmento de Terumah (II): Effatá -.

Fragmento publicado en formato borrador, pendiente de edición.

If the key doesn’t open….ring the bell – Verónica García-Melero -.

Santo Bendito Sea:

Si la puerta no se abre
girando y girando la llave,
puede que el cerrojo se atasque,
puede que un diente le falte,
puede que halla holgura
y que no gire: no abre.

Mas, tu llave, la que guardas,
es la llave perfecta;
es la hecha para el cerrojo,
siempre te ha abierto la puerta.

Tienes confianza en ella,
aunque ahora no te atina.
Tal vez si le coges el truco,
la haces funcionar y te gira.

Porque puede que se halla descuadrado
de tanto y tanto abrirla
o de haber dado un portazo
la corriente que la atiza.

Mas, como es tu casa, Zahorí,
y Yo habito y vivo dentro,
piensa fuera de la caja
para entrar a su adentro.

Otro día habrá para intentos,
para coger el tranquillo
de apretar la puerta hacia ti
o en uno u otro sentido.

Ahora sé inteligente,
traspasa lo que parece imposible.
Si sabes que estoy adentro,
¿cómo entonces se consigue
entrar a tu casa en tiempo
sin que la angustia te atosigue?

Porque pareces angustiado
al no lograr abrir,
a la primera, la puerta
con la llave que Yo te di.

Y es que en la serenidad se acierta
a girar con la perfección
que requiere mi especial cerrojo
que se abre por los dos.

La llave que portas es la maestra,
es, tu llave, la humildad.
El amor es que la halla,
en la simpleza está.

Mas, como siempre te abrirá,
aunque ahora no me atinas,
piensa fuera de la caja.
¿Cómo logras abrirla?


Zahorí:
¿Y por qué iba yo a abrirla,
si adentro Tú, Santo, estás?
Mejor toco yo a tu timbre,
mejor lo hago sonar.

Como sé que estás adentro:
¡Ábrame tu Voluntad!
¡Sea la puerta abierta!
¡Effatá, Effatá!

Santo Bendito Sea:

Siénteme en tu camino,
mírame al levantar una piedra;
siénteme en tu alrededor
y en la mariposa que vuela.

Siénteme en tu corazón,
siénteme en el alma,
con tu hijo víveme;
siente cómo os abraza
la luz que hay en Mi,
queriéndoos, y en Mi Palabra.

Siénteme mirando adentro,
tu corazón es que me halla
cuando se une al Mío, Zahorí,
en el amor se me alcanza.

¡La puerta Yo te abro
y la abro de par en par
para que pase bien adentro
tú corazón que Conmigo está!

Nadie puede cerrar esta puerta,
nadie puede apagar tu Luz:
pues la puerta Yo te la he abierto
y he prendido, en ti, Mi Luz.

¡Entra adentro de Mi Casa,
es la que construyo Yo
para el corazón puro que me halla
y recibe mi Bendición!

Pues, tu casa es Mi casa,
cuando adentro Yo estoy.
No tienes que girar la llave,
sólo suena el timbre y voy
a abrirte de par en par
la puerta por la que Estoy.

Es mi puerta la humildad,
es mi hija quien la halla.
Y mi hija es mi morena,
y mi hija es mi amada.
Te estoy hablando, Zahorí,
de mi hija: tu alma.
Por ella está toda mi Beth
y toda toda su enseñanza.

Zahorí:

Hábleme, Santo, más.
Hábleme de nuestra casa.
Hágame pasar adentro
y refresque, en humedad, mi alma.

Sírvame de beber,
tráigame, Santo, Su agua;
esa dulce que me renueva
y me apacigua y me calma.

¿Merezco yo ese trago
de dulzura y sanación?
¿Soy digno de estar en Su casa?
¿Soy suficiente, mi amor?

Santo Bendito Sea:

¡Alégrate hija mía,
alma mía, mi corazón,
porque grande soy en medio de ti,
eso has logrado, mi amor!

Todo el agua que necesites
siempre te serviré Yo,
porque esperas a que lo haga,
porque esperas mi decisión.

Y dulce es, como el almíbar,
como siempre es sanación.
Sigue caminando conmigo,
sintiéndome en tu interior;
forjando nuestra confianza
en nuestra paciencia, mi amor.

Pues, en ti Yo confío,
a tu lado siempre estoy
y te guardo en tus caminos,
delante de ti Yo voy.

Eres más que suficiente,
eres todo esplendor;
eres la Luz que Yo prendo,
eres, Zahorí, Amor.

Mas, sigamos caminando
toda la Vida los dos;
en esperarme con humildad
es que Soy Bendición.

Y, cuando la humildad del alma
me viene a encontrar,
y me espera vehementemente
y a pesar de la adversidad,
es que yo la Bendigo
y la vengo a coronar
con la Gloria que le sobreviene
porque me viene a abrazar.

Zahorí:

Entonces, ¿me quiere mucho?

Santo Bendito Sea:

¡Effatá, Effatá!