Un árbol enorme crece de un tierno retoño (Lao-Tsé).
La cuestión que nos planteamos entraña una afirmación de Lao-Tsé; una afirmación que viene a resumir el Tao-Te-King. Desde luego que puede ser explicada con el TAIJITU: ese símbolo que en occidente conocemos como Yin Yang.
Para empezar, esta afirmación es todo un símbolo, con lo que hemos de explorar su significado más profundo. Si bien en la superficie apreciamos un árbol enorme, bien podemos apreciar, en lo profundo, que este árbol somos nosotros mismos.
Un árbol enorme, de poner nuestras intenciones en él, crece así gracias a un debido alimento, a una equilibrada nutrición, a una suficiencia de agua. En ello ya estamos poniendo perseverancia y persistencia, en ello ya estamos poniendo nuestro amor. Esta luz que volcamos en nuestro árbol es protegida por esa energía que irradia y que refleja nuestra atención; así es que también sobrevive a las inclemencias del tiempo. Luego, el Cielo lo asiste.
Ha crecido un árbol enorme porque desde el principio ha aflorado un tierno retoño. En el tierno retoño vemos nuestro cuidado, nuestra atención, nuestra delicadeza, nuestra parte femenina. Por su parte, elevarse el árbol requiere de la fuerza, de la dureza, de la persistencia, de su parte masculina.
¿Hemos necesitado el día y la noche para lograr la fotosíntesis? Así es, hemos necesitado de ambos, de la oscuridad y la luz para que crezca. Sin sol, no hay luz que absorber; sin oscuridad, no hay luz que procesar.

Ahora, si somos el árbol y pensamos por analogía, ¿cómo entendemos este árbol enorme que crece de un tierno retoño?
El TAIJITTU, como símbolo Taoísta, contiene en él el principio fundamental de la filosofía Taoísta, que no es sino representar la dualidad de la existencia y el principio generador de todas las cosas (esto sería la línea curva que entrelaza el Yin y el Yang). Con él se ilustra cómo las fuerzas opuestas están interconectadas y son interdependientes en toda la naturaleza. Lo están en las plantas, en los animales, en nosotros mismos, en los astros, en la formación de galaxias…en todo está el TAIJITU.

Luego, podemos abstraer la importancia de la síntesis de la sabiduría de Lao-Tsé en este árbol. Es un Árbol de Vida que encierra el TAIJITU. Y el TAIJITU encierra esa geometría y matemática sagrada que está en todo y es uno. Así es que para crecer como árboles enormes hemos de abstraer la transcendencia de la dualidad con que vemos el mundo y a nosotros mismos, hasta alcanzar ser uno con el principio generador de todas las cosas. Esa UNIDAD, que es AMOR, es la misma UNIDAD y AMOR que nos revela el RECIBIR de יהוה y en el que nos instruye la Torah en su sentido profundo, en su PARDÉS.
Siempre, teniendo presente que Israel es un estado de consciencia en el que sientes la unidad con יהוה . Y en la unidad con Él es que te aferras y agarras a su Árbol de Vida: la sabiduría prefigurada.
Es árbol de vida a los que se asen de ella, y los que la mantienen firmemente asida han de ser llamados felices (Proverbios 3: 18)
