Un poco de Te

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

La preeminencia del amor. 1Corintios 13:4-7

La preeminencia del amor es tal que te hace conocer a ti mismo, discierne las almas, conoce a las personas y te hace poderoso. Es una luz que vibra en ti y sabe cuánto, cuándo, cómo, porqué, quién, qué y para qué alumbra. Es tan natural que nace en tu corazón y tu alma. Es la esencia y razón de ser de la iluminación y Unidad con Dios. Es la esencia del Te (luz)en el Tao (forma de ser y hacer) y del Tao en el Te.

Os dejo estas palabras y el siguiente epigrama, el 33, para que reflexioneis. Servios el vaso vosotros, pues el agua os la he dejado preparada.

Para orientaos, considerad también el caso del Rey Salomón y el bebé. En dicho caso apreciareis la preeminencia del amor. Y en la preeminencia del amor es donde se alcanza la sabiduría de Dios.

Tened presente que este Epigrama encierra el gran misterio del Tao-Te-King: «El que se conoce así mismo ha alcanzado la clarividencia». Es, para el Zóhar – resplandor -, alcanzar a ser Israel.

Otro día seguiremos con esta enseñanza, y tened presente que Dios es Unidad y Amor. Salid de la dualidad y disgregación, regresad al tronco sin cincelar.

Epigrama XXXIII, Tao-Te-King, Lao-Tsé:

El que conoce a las personas es sabio.

El que se conoce a sí mismo ha alcanzado la clarividencia.

El que vence a otro es fuerte.

El que se vence a sí mismo es aún más fuerte.

El que se conforma con lo que tiene es rico.

El que persevera alcanza su objetivo.

El que no pierde su cargo durará.

El que ha llegado a vivir todos sus días puede llamarse longevo.

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