









Por Verónica García-Melero


Loto 3º. El loto del Águila y el Cóndor-.
Parte II. La Transcendencia del TAO y sus matemáticas divinas -.
Juan:
Maestra Sheng, no sabría cómo decir...
Me encuentro algo perdido,
una leyenda me iba a contar a mí
al hilo de esta verdad que dijimos.
05 (550) La verdad de nuestra existencia,
de cómo despertar nuestra conciencia.
¿No es ese el mismo relato
al cual se refirió hace un rato?
Maestra Sheng:
Al hilo del misterio que el tres encierra,
10 (555) al hilo de querer explicarlo con puertas,
con el avanzar en el camino
y cómo el tres traza el destino,
es por lo que caí en la leyenda,
la del águila y el cóndor,
15 (560) una profecía muy bella.
Así es que contiene puertas
- un conocimiento intrínseco, ocultado -,
y la intención que éstas contemplan,
yendo más allá de su significado,
20 (565) atiende a dejarlas abiertas.
Como verás, misterio del Tao.
Así es que empieza en el «Te»,
en el número y el cálculo,
en ir más allá de la recta,
25 (570) obtener ese número aureo.
Así entenderás, querido alumno,
que la invocación del Creador de las cosas,
se asimila con el OM que lo invoca,
con las letras hebreas, su conocimiento y forma.
30 (575) Entonces, ¿por dónde empezar?
No sé si utilizar matemáticas,
también sus trazados y sus formas
y desde ellos poder encontrar...
el silogismo que encierran sus normas.
35 (580) Por igual, podría hacerse,
con el OM y su significado,
con el cálculo que el mismo conlleva,
relacionado está con la letra que hablo.
Juan:
Por mí, comience maestra,
40 (585) por lo que, al tres, une el Tao;
a su «Te» y su camino,
al cálculo de su destino,
al vórtice del abismo,
a su esencia, a su estado,
45 (590) a todo esto que une el Tao.
Maestra Sheng:
¿Te fijaste en la representación del Tao, Juan?
Es un cruce de caminos, con un ojo en el centro.
Así es que nos ha llegado, así lo hemos conocido.
Mas la representación del «Te»,
50 (595) aquella del Viejo Maestro,
la que nos dejó Lao-Tsé,
comporta, por igual, en el centro,
un corazón para el crecimiento.
Su significado reside en el poder,
55 (560) por igual , en la potencia,
medida es de la fuerza,
la de la mente y la inteligencia.
Su intención no es moral,
sino la innata de cualquier cosa.
60 (565) Implica la emoción y coraje
y, ¡cómo no!, el amor que la toca.
Esta nueva figura, una gran andadura comprende...
El ojo, videncia, nos trajo de la vida;
el corazón la extiende, entonces, en gran medida.
65 (570) Hablamos de empezar a dominarnos,
a vencernos a nosotros mismos.
No hay mayor fuerza que ésta,
ni mayor voluntad, ni mano diestra.
De esta manera, querido alumno,
70 (575) el haber caminado el Tao
otorga el poder de hacer las cosas:
lo que en el «Te» es hallado.
Así es que el «Te» de Lao-Tsé
comienza con esta gran enseñanza:
75 (580) no manifestarlo, si tu posesión del mismo,
alta y elevada la has conseguido.
Gustarás de apartarte, de seguir tu camino,
no haciendo alardes a nadie de lo que has conseguido.
Así es que en la humildad reside
80 (585) el hacer verdadero camino;
llegarás a hacer cada vez menos,
mas, nada quedará sin destino.
Al poseer un elevado «Te», seguro andas y confiado;
dejando de intervenir, alumno, en el curso y flujo de las cosas.
85 (590) Si en tí empieza el altruismo, sabrás que te has desviado,
mayor retroceso habrá, una caída más grande que poca,
si cuando en tus cosas ves deber o, si no, protocolo es lo que tocas.
Podemos apreciar que esta elevación,
este elevarse el espíritu,
90 (595) empieza en haber caminado tanto
como para empezar con uno mismo.
En Occidente lo llaman..
creo que nosce te ipsum.
Esto no es sino mirar hacia dentro,
95 (600) mirar hacia uno mismo.
Aprendiendo, entonces, a conocerte
reconocerás tu fuerza y valores;
aquello que también te empobrece,
te trae sombra, si no, dolores.
100 (605) Aprenderás a ser valiente,
reconocerás la valentía.
Pues, valiente es quien se hace paso
sin importar la desdicha,
ni la doble moral de las gentes
105 (610) quienes rechazan enseguida
aquello que tanto les agrada
y les gusta en desmedida.
Mas, lo anhelan y no lo alcanzan,
todo lo quieren enseguida;
110 (615) te habrás dado cuenta entonces
que has caminado mil millas.
Este discernimiento que aquí te dejo
comprende pasar de una a otra puerta;
mas, como del camino es de lo que hablamos,
115 (620) mejor te lo explicaré con fuerzas.
Las dos que hay en el centro se cruzan,
dos grandes capacidades
que la sabiduría endulza.
Te hablo de haberte dominado,
120 (625) de haberte vencido a ti mismo;
te hablo de regular tu conducta
y, también, de haber discernido.
Comportan, Juan, entonces,
el Camino Noble, haber alcanzado;
125 (630) también, de ordenarlo en números,
el sendero Óctuple es lo que te hablo.
Juan:
Considero este camino recto,
así como lo describe, Maestra,
como el punto donde convergen
130 (635) tanto diestra, como siniestra.
El descubrir de la izquierda, en su discernir implica la lógica;
mas, el ir más alla comporta el entusiasmo y esa emoción armónica
y, también, esa creatividad; pues, superan a dicha lógica.
El descubrimiento de las cosas, de la sabiduría, la verdad...
135 (640) transciende en el pensamiento la lógica y el intelecto, ¿qué más?
La genialidad, entonces, un talento que, ambos en el centro, auna:
requiere lógica del pensamiento, de sentimientos y sigue la suma.
Envolverse de emoción y cariño
es lo que despliega el sentido
140 (645) de lo único, lo desconocido,
lo original, lo nunca visto.
Conlleva emocionarse vivo,
no encorsetarse en lo muerto.
Conlleva no encorsetarse, entonces,
145 (650) en lo que ya tenemos por sabido.
Es lo que hace al hijo
traerlo a la luz,...hacerlo ser conocido.
Entonces sería como parir,
¿entonces, que hemos parido?
150 (655) Hemos parido, entonces,
aquello que llamo «mío».
¿No es algo diferente?
¿Algo jamás visto
aquello que todos apreciamos
155 (670) como original en nuestras mentes?
Del pensamiento, la derecha,
aquí no queda en verse;
implica nuestra emociones...
regularlas y quererse.
160 (675) Así es que lo que el corazón piense,
piense inclinándose en la diestra.
¿Requeriremos entonces, Maestra,
dirigir el pensamiento al centro,
dirigirnos a esa línea recta?
165 (680) ¿Nuestro camino, el hallado en centro,
el que pasa de una a otra puerta?
Maestra Sheng:
La puerta, al igual que la ventana,
usa la escuadra al trazarla;
mas, el abrirla para el espíritu
170 (685) una curva ha de seguir.
La curva lo engloba todo
y fácil es de doblegarla, así:
no hay que hacerlo en sometimiento,
solo tu amor y voluntad seguir.
175 (690) Necesitamos tres segmentos
para dar solución,
a aquello que el número aureo traza
el mismo número de Dios.
Hay que dejar la escuadra.
180 (695) ¡Aparta la escuadra y el cartabón!
Y deja los cálculos todos,
los cálculos todos
en la mano de Dios.
Necesitarás de lo perfecto,
185 (700) ¿qué es esto?
La circuncisión.
Cortar sólo aquello justo,
y rodear lo justo, esa es tu operación.
Como ves, querido alumno,
190 (705) tres circunferencias necesitarás.
En otra dimensión, contemplar esferas,
también te lo puede explicar.
Son tres esferas que se atraen entre sí,
la fuerza que las empuja y repela...
195 (710) en ello consiste el número phi.
Siempre hay un punto primero,
su distancia con cero:
el eje en sí.
Cuatro son las dimensiones que en este movimiento estelar,
200 (715) este movimiento de espíritu, de matemáticas y demás;
necesitarás para trazar el abrir de puertas,
dejárlas abiertas, de par en par.
Si la perfección de la tierra, hexagonal, es,
inscribe la misma en el cielo,
205 (720) como arriba es abajo,
tú síguelo con fe.
Estos son los ángulos ciertos,
aquellos hallados en phi.
Son los ángulos de las puertas,
210 (725) los quicios que la sujetan,
los que dan de sí.
Observa cómo se inscriben el uno al otro,
como pasan entre ellos, sí.
Obtendrás la ecuación del sistema,
215 (730) no solo de las esferas, Juan.
Hablo del sistema de cosas,
de eso te hablo, por igual.
Entonces, ¿de qué te estoy hablando, querido?
¿De qué te hablo, Juan?
220 (735) Te hablo de aquello que no puede ocultarse:
el Sol, la Luna y la verdad.
Juan:
Maestra Sheng, me resulta difícil,
complejo, siniestro, ¿no sé?
¿No ha estado en la izquierda
225 (780) la lógica maestra, el discernir?
Porque el hablar así de las puertas
bastante trabajo me cuesta a mí.
Necesitaría que me las entorne,
las deje entreabiertas o algo así.
230 (785) Mas, ¡qué me dice del teorema!,
¡de ese número phi!
¡Lo que lo une al tres, su dilema!
¿Podría demostrármelo a mí?
Maestra Sheng:
Por supuesto que te lo explico.
235 (790) Ven, siéntate aquí.
Echa un vistazo a este trazado,
fíajate bien en los segmentos, ¿sí?
Hemos trazado un símbolo,
el taijitu es;
240 (795) brillante y oscuro lo forman,
así, la dualidad, es.
Entonces, ¿qué hemos trazado?
Ni más ni menos que el yin y el yang.
Mas, otro día recordaremos esto,
245 (800) ahora nos vamos a centrar
en trazar sus relaciones.
Fíjate, Juan.
Si te preguntas porqué digo esto,
es decir, le doy los valores de phi,
250 (805) necesitaremos trazar ahora un segmento
que una lo opuesto en lo opuesto.
Fíjate...así.
¿Aprecias que tenemos un triángulo y,
por igual, un exceso? Ese exceso es phi.
255 (810) Mas, lo que une el triangúlo en su base,
...da mucho de sí.
¿Cómo explicaría yo esto?
¡Ah! Matemáticas, ¡por Dios!
Seguro que si ahora me escuchas,
260 (815) mejor lo asimilas, mejor.
Como el segmento OA mide uno,
el OE, fíjate, mide un medio.
Con Pitágoras tenemos que OE,
¿qué mide OE?
265 (820) Mide raíz de cinco medios.
Y si ahora, consideramos Juan,
los otros dos..
los otros dos segmentos,
te hablo de CD, de EB,
270 (825) ¿qué miden?
También son un medio.
Como ves, Juan, ¿qué son?
¿No son de sus circunferencias las medianas?
Aquello que dan movimiento,
275 (830) lo que va más allá de las ventanas.
Entonces, ¿qué son?
Lo hemos visto hace un momento.
Son los radios, los radios son Juan,
y convergen en el centro.
280 (835) Así es, querido alumno, así es
que el segmento AB está en Dios,
en su número phi, y de AE y EB,
de estos segmentos, en su unión.
No te olvides de AC,
285 (840) este segmento es la diferencia
de aquello que dista entre CD y AD,
como ves, no hay ninguna tangencia.
Como ves, su resultado, como ves, Juan,
no es otro que phi medios.
290 (845) Así es que en la proporción divina están
el taijitu, la verdad y el camino del medio.
Por Verónica García-Melero
…escucha la lectura….
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