Sin pasar de la puerta se puede conocer el mundo, sin mirar por la ventana se puede conocer el Tao del cielo. Cuanto más lejos llega uno, menos sabe. Por tanto, el sabio conoce sin salir, sabe sin mirar; no interviene en el curso de las cosas, pero todo se cumple (Epigrama XLVII, Libro de «El Te», Tao Te King, Lao-Tsé).

Para seguir pensando y dilucidando, os recomendaría «La Señora de la Cerveza»; aunque es más certero insistir en que el sabio, con muy poco, sabe mucho. Así es que sin pasar por la puerta se puede conocer el mundo. ¿Qué os estoy diciendo?
Para aquellos que os alejáis del sentido de todo el crecimiento de este blog os dejo un rasca y gana…
…. y el recuerdo de que la suerte está echada en el regazo, pero de יהוה depende la decisión de ella (Proverbios 16:33).
