Loto 3º. El loto de "el Águila y el Cóndor-." PARTE IV: MARÍA: LA PUERTA DE LA CONCIENCIA-.
Juan:
Gran parte he podido, Maestra Sheng, dilucidar; mas, tenga bien por sabido que no alcanzo aclarar la idea que hay en la puerta, en su adelante y en su hacia atrás; 05 (2015) en si es mejor dejarla abierta, porque bien cerrada está.
Si el huerto cerrado tendría la hierba, aquella que crece en su interior, también sería el florecimiento, el renacer, la rosa en flor. Mas, aprecio, Maestra,...en la flor; aprecio, Maestra, en su aparición: 10 (2020) haber dejado crecer la mala hierba, haber cernido en un bastidor lo bueno y lo malo que hay en las cosas; el sufrimiento, abrazarlo, una gran lección.
Maestra Sheng:
Espinas la rosa también la hacen, 15 (2025) espinas han hecho la evolución. Espinas hacen que miremos adentro, espinas, en las que crecemos, en el interior.
Corona de espinas sería la guirnalda, corona de espinas, la del Salvador, 20 (2030) quien nos hace que nos elevemos, arriba; sufriendo el camino, siempre con amor.
¿Qué seria ese sufrimiento?, ¿es conducirnos, en él, a Dios?, ¿es transitar nuestras tinieblas?, 25 (2035) ¿buscar la luz que hay en el amor? ¿Será sacar lo positivo?, ¿aquello que nos enseña la traición?, ¿aquello que nos devuelve la vida al transitar infiernos, dolores, ración?
30 (2040) Porque la vida se mueve en ciclos, círculos son las ecuaciones de Dios. Aquello que lanzas arriba, lo vuelve, tenlo por seguro, esa es la lección.
Que de haber vivido penuria, 35 (2045) transitar amargura, desdicha, desamor... por igual, la ecuación de la vida, la proporción divina, te traerá calor.
Bien como una enseñanza a ser fuertes, bien como una enseñanza de amor, 40 (2050) bien como una enseñanza a vivir la vida, bien como una enseñanza para la acción.
Porque en las lecciones que más aprendemos son las que nos han hecho más fuertes, ¿no? Esto sería ser fuerte, valiente; 45 (2055) también levantarnos con pasión, con valor, con ánimo, con entusiasmo, buscando experiencias para el corazón.
Porque la puerta de nuestra conciencia, aquella que se abre al interior, 50 (2060) es la que ayuda a conocernos, a elevarnos en el espiritu, elevarnos en el amor.
Juan:
De todas maneras, Maestra, mi estimada, ¿podría acercarme una oración? 55 (2065) Es probable que al reflexionarla, aprenda el sentido y la dirección, aprenda a empuñar bien el pomo, aquel que gira hacia adentro, 60 (2070) hacia mi mismo, hacia mi amor.
Maestra Sheng:
Muy bien, Juan, querido, espero en mi destreza acertar. Presta atención a sus palabras, luego las vamos a reflexionar.
65 (2075) «Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues solo en Dios se recrea en tan grandiosa belleza.
A ti celestial princesa, 70 (2080) Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón.
Miranos con compasión, no nos dejes Madre mía 75 (2085) y danos tu Santa bendición, que la recibamos en este día.
En el nombre del Padre, el Padre de los Cielos, nuestro Creador; 80 (2090) en el nombre de su Hijo, el Cristo, Rey de los Cielos, Dios, en la tierra, hacedor; y en la fuerza de su Espíritu Santo, de su fuerza activa, la de Dios».
85 (2095) Así, en agradecimiento, te acerco esta oración; esperando contigo discernirla, abrir su Puerta: la Creación.
Pureza, belleza, donaire 90 (2100) tiene la Madre María y la Creación, es así que siendo Virgen, primera antes, todo lo que en cielo vemos también parió.
Es la Reina de los Cielos, 95 (2105) la Reina, la madre del Hijo de Dios, porque solo en la pureza se alcanza la perfección de la Creación.
Entonces te hablo, como madre, ¿qué es tal perfección? 100 (2110) Es aflorar hacia afuera, dirigiéndo nuestra cerviz al sol, a la luz de nuestra conciencia a la luz del Creador, la bondad y mansedumbre dadas, 105 (2115) concebidas en nuestro interior, la chispa divina que nos hizo, hacerla brillar: el esplendor.
Mas, esta chispa que todos llevamos, la semejanza del Creador, 110 (2120) hemos de saber iluminarla, se ilumina el interior.
Entonces esa luz que llevamos dentro, esa brillante creación, al igual que engendramos vida, 115 (2125) engendramos, por igual, propio amor.
¿Te has fijado como brillan, te has fijado en el resplandor de los ojos de la embarazada, la luz de la perfección?
120 (2130) Así es esa conciencia perfecta la hallada en nuestro interior, así es la Virgen la Puerta, la Puerta, en la tierra, de Dios.
Buscamos al inclinar la rodilla 125 (2135) ante nuestra Madre Celestial, ante nuestra Virgen María, ante ella, Juan: obtener su gracia perfecta, su misericordia, belleza y bondad.
130 (2140) Pedimos, entonces, al inclinar la rodilla que nos sea benigna en su mirar. De esta misma manera pedimos en María, al orar, que nos abra la puerta, 135 (2145) nos la deje abierta, para que mirar hacia dentro podamos mirar.
Así es que esta Puerta Sellada, ese interior, por igual, 140 (2150) lo abrimos cuando nos arrodillamos, inclinamos hacia adentro nuestro pensar, pidiendo por bondad, clemencia, reconociendo nuestro pesar. Quiriendo acercarnos a ella, 145 (2155) a nuestra Madre Celestial. Así es que esta Puerta, Puerta de la emoción, Puerta de lo femenino, Puerta del perdón, 150 (2160) Puerta del amor de madre, Puerta de la perfección, Puerta de la creación primera, Puerta del Hijo de Dios; es la Puerta a dejar abierta 155 (2165) para alcanzar el amor de Dios.
Recuerda, entonces, las palabras del Hijo, recuérdalas bien, Juan, en tanto alcanzamos ser como Él nos dijo, así hemos pasado por la misma Puerta, Juan.
Juan:
160 (2170) Maestra Sheng, ha sido tan acertada, tan clara en su expresión, que comprendo ahora al arrodillarme, al mirar a mi interior, que busco ese amor de madre, 165 (2175) ese amor perfecto que hay en Dios.
Amor, eternamente fraterno, así es el amor que también hay en Dios. Sería, por igual, agarpe, por los demás, movernos la compasión, 170 (2180) la misericordia, la bondad y justicia, y por igual, abrazar el perdón.
Porque, ¿si arrodillo mi rodilla solícito de su perdón, me daría mi Virgen María, 175 (2185) me daría su perdón, si agazapo mi conducta como si fuera un traidor?
Así es que veo en el abrir de puertas, veo, maestra, la rendición, 180 (2190) el reconocimiento sincero y cierto de mi conducta, mi inquisición.
Veo en el abrir de puertas, veo, entonces, que al mirar, he de reconocer mis faltas, para abrirlas de par en par. He de reconocer mis virtudes, también reconocerlas, por igual, 185 (2195) valorando mis dones dados, también me ayudan a pasar.
Este sería el amor primero, el amor que he de alcanzar, el de abrazar mi inocencia, mi infante; también, mi bienestar. Aquello que a la Reina del Cielo, nuestra Reina Celestial, 190 (2200) sería lo más cercano que veo, lo más cercano: esa virginidad.
Maestra Sheng:
Así es, querido alumno, así es, querido Juan, arrodillar tu rodilla, 195 (2205) arrodillar es mirar, arrodillar es buscarte, arrodillar, encontrar, al niño primero que fuiste, que siempre llevas, y serás.
200 (2210) Porque todos en nuestra conducta, todos, en nuestro afán, en nuestra manera de vivir la vida, en nuestra manera de interactuar, hemos de saber ser adultos, 205 (2215) también, a la vez, ser papás, pero no hemos de olvidarnos nunca de ser niños al caminar.
Con todo, no quiero que se me olvide, dejar en el tintero, no quiero, Juan, 210 (2220) dejarte dicho que de no abrazar a la Virgen como en mi fe podrías abrazar, abrázala como una puerta, un abrir de par en par, al menos la puerta de tu conciencia 215 (2225) a tu universo personal.
Juan:
Por el momento, Maestra Sheng, ¡qué le diría yo a usted!, me resulta muy interesante, me conmueve su fe, 220 (2230) posiblemente halle lo mismo, halle ese amor que se ve en abrazar incuestionablemente a la Puerta de María, la Puerta del ser.
Aún así, aún me pregunto, 225 (2235) quisiera mejor comprender, qué es aquello que la une en el hebreo, «alefabet».
¿Es así como se dice, abecedario? No sé. 230 (2240) La cuestión, ¿cuál es la puerta?, ¿qué nos dijo Moisés?
Loto 3º. El loto del Águila y el Cóndor-. Parte II. La Transcendencia del TAO y sus matemáticas divinas -.
Juan: Maestra Sheng, no sabría cómo decir... Me encuentro algo perdido, una leyenda me iba a contar a mí al hilo de esta verdad que dijimos. 05 (550) La verdad de nuestra existencia, de cómo despertar nuestra conciencia. ¿No es ese el mismo relato al cual se refirió hace un rato?
Maestra Sheng:
Al hilo del misterio que el tres encierra, 10 (555) al hilo de querer explicarlo con puertas, con el avanzar en el camino y cómo el tres traza el destino, es por lo que caí en la leyenda, la del águila y el cóndor, 15 (560) una profecía muy bella.
Así es que contiene puertas - un conocimiento intrínseco, ocultado -, y la intención que éstas contemplan, yendo más allá de su significado, 20 (565) atiende a dejarlas abiertas. Como verás, misterio del Tao.
Así es que empieza en el «Te», en el número y el cálculo, en ir más allá de la recta, 25 (570) obtener ese número aureo.
Así entenderás, querido alumno, que la invocación del Creador de las cosas, se asimila con el OM que lo invoca, con las letras hebreas, su conocimiento y forma.
30 (575) Entonces, ¿por dónde empezar? No sé si utilizar matemáticas, también sus trazados y sus formas y desde ellos poder encontrar... el silogismo que encierran sus normas. 35 (580) Por igual, podría hacerse, con el OM y su significado, con el cálculo que el mismo conlleva, relacionado está con la letra que hablo.
Juan: Por mí, comience maestra, 40 (585) por lo que, al tres, une el Tao; a su «Te» y su camino, al cálculo de su destino, al vórtice del abismo, a su esencia, a su estado, 45 (590) a todo esto que une el Tao.
Maestra Sheng:
¿Te fijaste en la representación del Tao, Juan? Es un cruce de caminos, con un ojo en el centro. Así es que nos ha llegado, así lo hemos conocido. Mas la representación del «Te», 50 (595) aquella del Viejo Maestro, la que nos dejó Lao-Tsé, comporta, por igual, en el centro, un corazón para el crecimiento. Su significado reside en el poder, 55 (560) por igual , en la potencia, medida es de la fuerza, la de la mente y la inteligencia.
Su intención no es moral, sino la innata de cualquier cosa. 60 (565) Implica la emoción y coraje y, ¡cómo no!, el amor que la toca.
Esta nueva figura, una gran andadura comprende...
El ojo, videncia, nos trajo de la vida; el corazón la extiende, entonces, en gran medida.
65 (570) Hablamos de empezar a dominarnos, a vencernos a nosotros mismos.
No hay mayor fuerza que ésta, ni mayor voluntad, ni mano diestra.
De esta manera, querido alumno, 70 (575) el haber caminado el Tao otorga el poder de hacer las cosas: lo que en el «Te» es hallado.
Así es que el «Te» de Lao-Tsé comienza con esta gran enseñanza: 75 (580) no manifestarlo, si tu posesión del mismo, alta y elevada la has conseguido. Gustarás de apartarte, de seguir tu camino, no haciendo alardes a nadie de lo que has conseguido.
Así es que en la humildad reside 80 (585) el hacer verdadero camino; llegarás a hacer cada vez menos, mas, nada quedará sin destino.
Al poseer un elevado «Te», seguro andas y confiado; dejando de intervenir, alumno, en el curso y flujo de las cosas. 85 (590) Si en tí empieza el altruismo, sabrás que te has desviado, mayor retroceso habrá, una caída más grande que poca, si cuando en tus cosas ves deber o, si no, protocolo es lo que tocas.
Podemos apreciar que esta elevación, este elevarse el espíritu, 90 (595) empieza en haber caminado tanto como para empezar con uno mismo.
En Occidente lo llaman.. creo que nosce te ipsum. Esto no es sino mirar hacia dentro, 95 (600) mirar hacia uno mismo.
Aprendiendo, entonces, a conocerte reconocerás tu fuerza y valores; aquello que también te empobrece, te trae sombra, si no, dolores.
100 (605) Aprenderás a ser valiente, reconocerás la valentía. Pues, valiente es quien se hace paso sin importar la desdicha, ni la doble moral de las gentes 105 (610) quienes rechazan enseguida aquello que tanto les agrada y les gusta en desmedida.
Mas, lo anhelan y no lo alcanzan, todo lo quieren enseguida; 110 (615) te habrás dado cuenta entonces que has caminado mil millas.
Este discernimiento que aquí te dejo comprende pasar de una a otra puerta; mas, como del camino es de lo que hablamos, 115 (620) mejor te lo explicaré con fuerzas.
Las dos que hay en el centro se cruzan, dos grandes capacidades que la sabiduría endulza.
Te hablo de haberte dominado, 120 (625) de haberte vencido a ti mismo; te hablo de regular tu conducta y, también, de haber discernido.
Comportan, Juan, entonces, el Camino Noble, haber alcanzado; 125 (630) también, de ordenarlo en números, el sendero Óctuple es lo que te hablo.
Juan:
Considero este camino recto, así como lo describe, Maestra, como el punto donde convergen 130 (635) tanto diestra, como siniestra.
El descubrir de la izquierda, en su discernir implica la lógica; mas, el ir más alla comporta el entusiasmo y esa emoción armónica y, también, esa creatividad; pues, superan a dicha lógica.
El descubrimiento de las cosas, de la sabiduría, la verdad... 135 (640) transciende en el pensamiento la lógica y el intelecto, ¿qué más? La genialidad, entonces, un talento que, ambos en el centro, auna: requiere lógica del pensamiento, de sentimientos y sigue la suma.
Envolverse de emoción y cariño es lo que despliega el sentido 140 (645) de lo único, lo desconocido, lo original, lo nunca visto.
Conlleva emocionarse vivo, no encorsetarse en lo muerto. Conlleva no encorsetarse, entonces, 145 (650) en lo que ya tenemos por sabido.
Es lo que hace al hijo traerlo a la luz,...hacerlo ser conocido. Entonces sería como parir, ¿entonces, que hemos parido?
150 (655) Hemos parido, entonces, aquello que llamo «mío».
¿No es algo diferente? ¿Algo jamás visto aquello que todos apreciamos 155 (670) como original en nuestras mentes?
Del pensamiento, la derecha, aquí no queda en verse; implica nuestra emociones... regularlas y quererse.
160 (675) Así es que lo que el corazón piense, piense inclinándose en la diestra. ¿Requeriremos entonces, Maestra, dirigir el pensamiento al centro, dirigirnos a esa línea recta?
165 (680) ¿Nuestro camino, el hallado en centro, el que pasa de una a otra puerta?
Maestra Sheng:
La puerta, al igual que la ventana, usa la escuadra al trazarla; mas, el abrirla para el espíritu 170 (685) una curva ha de seguir. La curva lo engloba todo y fácil es de doblegarla, así: no hay que hacerlo en sometimiento, solo tu amor y voluntad seguir.
175 (690) Necesitamos tres segmentos para dar solución, a aquello que el número aureo traza el mismo número de Dios.
Hay que dejar la escuadra. 180 (695) ¡Aparta la escuadra y el cartabón! Y deja los cálculos todos, los cálculos todos en la mano de Dios.
Necesitarás de lo perfecto, 185 (700) ¿qué es esto? La circuncisión. Cortar sólo aquello justo, y rodear lo justo, esa es tu operación.
Como ves, querido alumno, 190 (705) tres circunferencias necesitarás.
En otra dimensión, contemplar esferas, también te lo puede explicar.
Son tres esferas que se atraen entre sí, la fuerza que las empuja y repela... 195 (710) en ello consiste el número phi.
Siempre hay un punto primero, su distancia con cero: el eje en sí.
Cuatro son las dimensiones que en este movimiento estelar, 200 (715) este movimiento de espíritu, de matemáticas y demás; necesitarás para trazar el abrir de puertas, dejárlas abiertas, de par en par.
Si la perfección de la tierra, hexagonal, es, inscribe la misma en el cielo, 205 (720) como arriba es abajo, tú síguelo con fe.
Estos son los ángulos ciertos, aquellos hallados en phi. Son los ángulos de las puertas, 210 (725) los quicios que la sujetan, los que dan de sí.
Observa cómo se inscriben el uno al otro, como pasan entre ellos, sí.
Obtendrás la ecuación del sistema, 215 (730) no solo de las esferas, Juan. Hablo del sistema de cosas, de eso te hablo, por igual.
Entonces, ¿de qué te estoy hablando, querido? ¿De qué te hablo, Juan? 220 (735) Te hablo de aquello que no puede ocultarse: el Sol, la Luna y la verdad.
Juan:
Maestra Sheng, me resulta difícil, complejo, siniestro, ¿no sé? ¿No ha estado en la izquierda 225 (780) la lógica maestra, el discernir?
Porque el hablar así de las puertas bastante trabajo me cuesta a mí. Necesitaría que me las entorne, las deje entreabiertas o algo así.
230 (785) Mas, ¡qué me dice del teorema!, ¡de ese número phi! ¡Lo que lo une al tres, su dilema! ¿Podría demostrármelo a mí?
Maestra Sheng:
Por supuesto que te lo explico. 235 (790) Ven, siéntate aquí. Echa un vistazo a este trazado, fíajate bien en los segmentos, ¿sí?
Hemos trazado un símbolo, el taijitu es; 240 (795) brillante y oscuro lo forman, así, la dualidad, es.
Entonces, ¿qué hemos trazado? Ni más ni menos que el yin y el yang. Mas, otro día recordaremos esto, 245 (800) ahora nos vamos a centrar en trazar sus relaciones. Fíjate, Juan.
Si te preguntas porqué digo esto, es decir, le doy los valores de phi, 250 (805) necesitaremos trazar ahora un segmento que una lo opuesto en lo opuesto. Fíjate...así.
¿Aprecias que tenemos un triángulo y, por igual, un exceso? Ese exceso es phi. 255 (810) Mas, lo que une el triangúlo en su base, ...da mucho de sí.
¿Cómo explicaría yo esto? ¡Ah! Matemáticas, ¡por Dios! Seguro que si ahora me escuchas, 260 (815) mejor lo asimilas, mejor.
Como el segmento OA mide uno, el OE, fíjate, mide un medio. Con Pitágoras tenemos que OE, ¿qué mide OE? 265 (820) Mide raíz de cinco medios.
Y si ahora, consideramos Juan, los otros dos.. los otros dos segmentos, te hablo de CD, de EB, 270 (825) ¿qué miden? También son un medio.
Como ves, Juan, ¿qué son? ¿No son de sus circunferencias las medianas? Aquello que dan movimiento, 275 (830) lo que va más allá de las ventanas.
Entonces, ¿qué son? Lo hemos visto hace un momento. Son los radios, los radios son Juan, y convergen en el centro.
280 (835) Así es, querido alumno, así es que el segmento AB está en Dios, en su número phi, y de AE y EB, de estos segmentos, en su unión.
No te olvides de AC, 285 (840) este segmento es la diferencia de aquello que dista entre CD y AD, como ves, no hay ninguna tangencia.
Como ves, su resultado, como ves, Juan, no es otro que phi medios. 290 (845) Así es que en la proporción divina están el taijitu, la verdad y el camino del medio.
El sabio conoce siempre la mejor manera de ayudar a las personas y no abandona a nadie; conoce la mejor manera de ayudar a las cosas y no las abandona. Esto es alcanzar la clarividencia.
Fragmento Epigrama XXVII, Libro «El Tao», Tao-Te-King, Lao-Tsé.