Vengo a-hora

Isaías 54

Vengo a-hora es ser preciso
con el tiempo de contar
y con el tiempo cualitativo,
el tiempo de Dios obrar.

Y es que escapa del espacio-tiempo (05)
el momento de la perfección
en que se mueve todo el Cielo
con las manos de Dios.

Entiende, entiende Sin Límites,
entiende también la Emanación, (10)
la Conciencia a la que nos unimos,
entiende, en ello, a Dios.

Entiende la Sincronicidad,
entiende el momento justo,
entiende el momento del Cielo; (15)
Divina Providencia, le sumo.

Dejarte en sus manos
es, en sí, Bitajón.
Es una confianza plena,
es, en sí, la No Acción. (20)

Es, en las dificultades extremas,
alcanzar tu superación
elevándote sobre ellas,
dejándoselas a Dios.

No intervengo en las cosas, (25)
todas las he dejado ser.
Y, sin intervenir, lo que yo logro
es la perfección de Él.

Fluye la sabiduría con esto,
fluye en el no hacer, (30)
confiando en el flujo Divino,
te lleva la carga Él.

Y te resuelve cada asunto,
por muy retorcido que sea.
El Cielo todo lo sabe, (35)
todo lo ve su Gran Conciencia.
Antes de que digas nada,
como que lo sabe ella.

David te confirmaba esto,
ten presente quién es Hashem.(40)
Es la Luz que hay en todo,
Yo Soy, Fui y Seré.

Es la Unidad su esencia,
y es su esencia el Amor.
¡Qué sencillo es fluir a-hora! (45)
Yo vengo y fluyo con Dios.

Porque vengo de su Luz,
y hacía su Luz voy.
Una Soy con su Gran Conciencia,
Una Soy con el Yo Soy (YHVH, AHYH). (50)

¿Te has fijado en el eclipse?
Es, en sí, un Wu Wei.
Se hace la oscuridad de pronto,
y, el Sol, sin hacer,
ha sido obnuvilado (55)
por en quien se refleja él.
Y es que la oscuridad revela
luz oculta después.
Después es que sigue a antes
y antes en principio fue, (60)
anterior a la causa,
pues la causa fue después.

Como, esto, el sabio sabe,
nada es que hace él.
Porque sabe que no sabe nada (65)
y nada tiene que hacer.
Esta simpleza es la de unirte,
con la Luz de tu ser,
a la Luz de donde todo emana
y que Unidad es que es. (70)

¿Entiendes que en este eclipse
algo hay para empezar?
Es principio de algo diferente,
principio es del Olam Abbá.
Y le deviene una causa, (75)
¿consumida conmigo está?
El efecto es que viene a-hora
y nada tengo que hacer yo, na.

El silencio tenlo presente.
Y, simplemente, espéralo. (80)
Aún sin saber de las cosas,
ten confianza y que obre Dios.

A todo le llega su tiempo,
su "vengo a-hora" le viene a llegar.
¡Qué Dios obre por nosotros! (85)
Nosotros, con amor, a esperar.

Pues todo lo que rueda para,
todo viene siempre a cambiar.
Y por más amarga
que sea la espera, (90)
frutos bien dulces, siempre, da.

Con inmenso amor a Dios y a mi hijo.