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Sócrates en la Escuela

M I S I Ó N : i n v e s t i g a c i ó n + p r o y e c t o s
Entrada publicada el 14 de Noviembre de 2021 que refrescamos tres años después y con ánimo de continuar con la sección ¿t-llevo?

Sólo sé que no sé nada, y al saber que no sé nada, algo sé; porque sé que no sé nada.

Sócrates 470-399 a. C.

A. Introducción: ¿Por qué aplicar la Mayeútica en nuestra Educación?

En la Biblioteca Clásica Loeb, encontramos, según la traducción de Tredennick (1968), que, originariamente, fue Sócrates (470-399 a.C.) el precursor de la mayéutica, técnica conocida como método socrático; aunque, es importante señalar que se alude al mismo también como mayéutica platónica, dado que Platón, a través de sus diálogos platónicos, transmitió esta manera de conocer y aprender socrática, utilizando, para ello, el personaje de Sócrates (el maestro) en sus debates.

De acuerdo a la traducción de Platón de Tredennick (1968), la mayéutica consiste en una relación entre maestro y discípulo basada en el diálogo, que tiene por objeto alcanzar la verdadera esencia de las cosas. Este diálogo, por su parte, puede establecerse desde una idea errática o ignorada, denominada ironía socrática.

A través del diálogo reiterado se llega al conocimiento de las cosas, ya sea rechazando la ironía propuesta, ya sea alcanzando el conocimiento de lo que se ignoraba. Si bien, esta técnica puede ser considerada en torno al diálogo y debate de alguna idea o concepto, aislada de la ironía. Luego, la mayéutica pretende dar a luz el conocimiento de las cosas desde el conocimiento que ya posee el discípulo.

De acuerdo a Sánchez et al. (2012), el método socrático es muy diferente a la “clase magistral”, constituye una metodología de aprendizaje activo, basada en la metacognición, que focaliza al alumno como protagonista de su propio aprendizaje, fomentando en el discente la creación de una actitud crítica.

Luego, se hace importante definir el término metacognición con objeto de comprender la asociación de este calificativo a la mayéutica. Flavell, en su obra,  lo define como el:

conocimiento o conciencia que uno tiene sobre sus propios procesos y productos cognitivos […] hace referencia, entre otras cosas, a la supervisión activa y la consecuente regulación y orquestación de estos procesos en relación con los objetivos o datos cognitivos sobre los cuales actúan (Flavell, 1976, p. 232)

Una vez comprendido este concepto, y siguiendo esta línea, Shoenfeld (1992) remarca la importancia del uso de metodologías de enseñanza basadas en la metacognición para mejorar en los alumnos el aprendizaje de las matemáticas. Por su parte, Rigo (2011) defiende la implementación de técnicas metacognitivas en las aulas, subrayando a la mayéutica socrática como técnica de enseñanza-aprendizaje que propicia en el alumno un aprendizaje a partir del autorreconocimiento de su ignorancia en tres fases: momento de construcción, momento de de-construcción y momento de re-construcción. Igualmente, este autor señala que el uso de esta técnica reporta numerosos beneficios en el campo de la investigación y la matemática, lo que se hace necesaria la transferencia de la misma a otras esferas educativas, provocando, así, que las prácticas metacognitivas que representan la quintaesencia de la mayéutica socrática, tengan una presencia incuestionable en las agendas educativas de distintos países.

No obstante, podemos apreciar que la mayéutica se presenta como una relación entre maestro y discípulo, que a través del diálogo, permite conectar con los conocimientos previos y que, a través de la  de-construcción y re-construcción, el alumno va a adquirir un aprendizaje, a la vez que va a tener conciencia sobre sus propios procesos y productos cognitivos. Son observables en esta técnica los elementos necesarios que han de coincidir para producir un aprendizaje significativo (ver Ausubel, Novak, Gowin y Vigotsky).

Con todo, podemos ampliar la conexión de la mayéutica con los procesos cognitivos de Piaget y la exploración y descubrimiento rememorativo de Bruner, ya que en su conjunto, comprenden, por ejemplo, la base metodológica del Programa de Inteligencia de Harvard.

B. La Mayéutica en el Proyecto de Inteligencia de Harvard.

El Proyecto de Inteligencia de Harvard  (desde ahora PIH), desarrollado a finales de la década de los setenta, fue concebido, de acuerdo a Mejía et al. (1992), para mejorar las destrezas y habilidades de pensamiento en adolescentes de familias socialmente deprimidas. Para ello, mediante la intervención sistemática, se facilitó el incremento de las habilidades consideradas típicamente constitutivas de la inteligencia.

Así, los contenidos de estas intervenciones se enfocaron en las siguientes habilidades: clasificar patrones, razonar inductivamente, razonar deductivamente, desarrollar y usar modelos conceptuales, comprender y modificar la conducta adaptativa.

Las bases metodológicas de este programa se encuentran en la mayéutica, los procesos cognitivos de Piaget y la exploración y descubrimiento rememorativo de Bruner, siendo su objetivo:

desarrollar habilidades cognitivas útiles en sí que faciliten la adquisición de otros conocimientos extensibles a situaciones y contextos de la vida personal, familiar y laboral.

Por otra parte, con respecto al informe que emana de la institución que llevó a cabo el proyecto, Harvard University (1983) revela que tanto los estudiantes experimentales como los de control presentaron una mejoría en las puntuaciones de los test a lo largo del año de experimento. Siendo, por otra parte, el progreso del grupo experimental, mayor que el del grupo control en la mayoría de los casos propuestos. Arrojando unas diferencias estadísticamente significativas, lo que hace del proyecto un programa prometedor.

El éxito de este programa ha encontrado cabida en la puesta en práctica del mismo en numerosos países a escala global. De entre uno de sus ensayos, Ramos (2014) estudió a través de su metodología como el PIH influye en el CI, así como las implicaciones en el desarrollo organizativo y profesional de los docentes. El estudio le ocupó cuatro años, concluyendo que:

la incidencia del PIH en el CI es muy positiva, produciendo mejoras cognitivas en los alumnos, medidas a través del test de inteligencia “g” de Cattell. Con respecto a la organización y desarrollo profesional, influye positivamente en la autonomía de la actividad docente, el compromiso con su práctica pedagógica, así como la autocrítica necesaria para evaluarla constantemente, generando propuestas pedagógicas flexibles mediante la autorreflexión. La comunicación de esta experiencia influye positivamente, tanto en la comunidad escolar, como en la comunidad local, estimulándoles a participar en proyectos educativos orientados a mejorar la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje y de la educación” (Ramos, 2014, pp. 1-2)

Por otra parte, Ramos (2014) propone que el aprendizaje activo supone un mayor grado de implicación en el aprendizaje en cuanto conlleva  aparejado una continua búsqueda de respuestas y formulación de hipótesis. Considerando al aprendizaje activo como un proceso interpretativo que permite comprender la realidad, confiriéndole el carácter de  actividad constructiva.

C. La Mayéutica en el Método Harvard para Escuelas de Negocios.

Christopher Langdell, desarrolló en 1870 el método de casos más antiguo conocido. De acuerdo a Donham (1922), por aquel año Langdell era el nuevo decano de la Harvard Law School (HLS) y procedió a abordar su clase desde el método socrático debatiendo un caso que sus alumnos posteriormente deberían producir y dar solución. Su éxito fue tal, que en 1920 la escuela de negocios, Harvard Business School (HBS) introdujo en la asignatura de marketing el método del caso en 1920. Posteriormente, se fueron sucediendo otras de sus escuelas.

Donham (1922), en su trabajo, explica que el objetivo principal es que los estudiantes aprendan por sí mismos, a través de procesos de pensamiento independiente, desarrollando la capacidad de usar sus conocimientos y habilidades, construyendo nuevos significados desde aprendizajes anteriores. Ya que, según este autor, los conocimientos sin la capacidad de ponerlos en práctica no son útiles, además de que la habilidad no alentada continuamente por nuevos conocimientos convierte en rutina a cualquier actividad. Algo que, de acuerdo a Ausubel (1976) es definido como aprendizaje mecánico, el otro extremo de un continuo con respecto al aprendizaje significativo. Y es que, para este autor, Ausubel, el aprendizaje significativo ha de observarse no solo como un proceso, sino como un producto. En este sentido, la atribución de significados que se construye con la nueva información es el resultado de la interacción entre subdimisores claros, ya presentes en la estructura cognitiva y la nueva información.

Por otra parte, Donham (1922) subraya que para alentar la actividad, el profesor actúa de guía y catalizador, propiciando el diálogo y debate, permitiendo que los estudiantes descubran las ideas significativas por sí mismos, siempre dentro de un marco lógico.

En este sentido, la teoría de los modelos mentales de Johnson-Laird viene a complementar la que postula Ausubel. De acuerdo a Johnson-Laird (1983), los modelos mentales son aquellas representaciones que dotan de poder predictivo y explicativo a los individuos, dado que se caracterizan por su funcionalidad. De no poseer estar cualidades los modelos mentales, es muy difícil que se atribuya significado al contenido. Razón por la cual, un aprendizaje será tanto más significativo cuanto mayor sea la capacidad de los individuos de generar modelos mentales relacionados con la materia objeto de estudio. Por lo que la información o contenido ofrecido ha de ser considerado sustancial de manera que favorezca la construcción de dichos modelos mentales, algo que requiere de la significatividad lógica.

D. Conclusión.

En resumen, podemos concluir que la mayéutica, además de ayudar a construir modelos mentales funcionales dotados de poder predictivo y explicativo que ayudan a la construcción de aprendizajes significativos; como metodología activa, involucra un proceso interpretativo que permite comprender la realidad, confiriéndole el carácter de  actividad constructiva.

Igualmente, favorece la relación interpersonal entre maestro y discípulo, así como con el grupo, lo que permite una mayor socialización, además de conferir el efecto catalizador que procura la emoción en el aprendizaje.

Sin olvidar que esta metodología metacognitiva ayuda a desarrollar la reflexión, el pensamiento deductivo e inductivo, la solución de problemas, el planteamiento de hipótesis, entre otros,  lo que deriva en una mayor actividad cerebral, que como ha sido probado, procura su mayor desarrollo y favorece la inteligencia.

NOTA FINAL:

Este artículo es un fragmento del Marco Teórico de mi Trabajo Fin de Máster del Profesorado, finalizado en Junio de 2018 por la Universidad Isabel I. Su esencia es la mayeútica, con lo que, por igual, hace un guiño a Platón.

En concreto, la introducción y reflexión primera en el proyecto es la frase del azucarillo de la foto de más abajo. Un azucarillo que guardé de un café en una de esas veces que subía a ver a mi padre al Hospital San Cecilio cuando le amputaron su segunda pierna (hospital en el que también yo nací). Él siempre me animó a ir más allá, a que desatara mi capacidad, a que me puliera. Y, en fin, también el hacer el camino es algo muy emocional. Mi padre se despidió sin poder caminar, y yo he caminado intentando ir más allá gracias a su inspiración y teniendo como himno la canción que me dedicó en mi 35 cumpleaños, 24 de marzo de 2013. Es tan especial que también fue, para su momento, la del día de mi boda.

Recordándolo hoy, y sintiendo que siempre es, junto a mi hijo, mi inspiración para pensar, trabajar y llegar más allá; dejo este pequeño artículo sobre la mayéutica con el deseo de que también inspire a otras personas en la educación. Especialmente, a aquellos profesionales que apuestan por una Educación Positiva, Holística e Inclusiva de verdad.

Con amor, a YHVH, a mi hijo y a mi padre: he llegado al muro, lo he escalado y lo he echado abajo – ahora están todos despiertos -.

por Verónica García-Melero

¿ t – llevo ? : índice

Ausubel, D. (1976). Psicología educativa. Un punto de vista cognoscitivo. México: Ed. Trillas.

Ausubel, D., Novak, J. y Hanesian, H. (1983). Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo. México: Trillas

Ausubel, D. (2002). Adquisición y retención del conocimiento. Una perspectiva cognitiva. Barcelona: Paidós.

Donham, W. (1922). Business Teaching by the Case System. The American Economic Review, 12, 53–65.

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Gowin, D. (1981). Educating. New York: Cornell University Press

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