
ARTÍCULO REEDITADO. Publicado originariamente en Agosto 2019.
La Educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.
Nelson Mandela
A) Introducción.
Alcanzar el conocimiento sobre la verdad que encierra nuestro Sistema Educativo nos ha conducido a subrayar el lastre de que adolece la Educación española en “saber hacer” las cosas. Cómo hacer las cosas, eso que llamamos know-how, es un problema que parece presentarse sempiterno y, lo peor, su alcance para con la formación del alumno termina por comprometer las competencias en las que éste ha de instruirse, termina por comprometer las habilidades y destrezas que harán de nuestros hijos ciudadanos competentes en el futuro mercado laboral que les espera: el mercado de la Industria 4.0.
¿Por qué es esto alarmante? Se ha parado alguna vez a pensar en que: así nos educamos en habilidades y destrezas, así son las habilidades y destrezas con que contamos para nuestro mañana. La labor de nuestra Educación, es bueno recordarla, no es otra sino la de formar a futuros trabajadores. En este sentido, ¿se puede formar a un futuro trabajador que vivirá en una Sociedad completamente digitalizada y que funcionará en red si no es instruido en competencias sobre las mismas?

No estoy hablando de coger un dispositivo, encenderlo, pasar el dedo y chatear, postear en redes sociales, ver videos en red, hacer fotos animadas y ese largo etcétera de aplicaciones que constituyen el Internet 2.0. o tal vez el 3.0. ¿Ve usted? Posiblemente todo esto le suene a lata, pero nuestra realidad es la de estar inmersos en una nueva Revolución Industrial, concretamente la Cuarta, o Industria 4.0.
Ésta es una industria caracterizada por un avance digital tal – tan astronómico y vertiginoso – que nos hayamos inmersos en las puertas de la eclosión de lo que ya llamamos: el Internet de las Cosas (IdC) -en inglés: Internet of Things (IoT)-, el Big Data (uso masivo de datos para crear estrategias de adecuación al cliente, customización, posicionamiento…), los nuevos mercados y actores financieros: como las Fintech o la criptomoneda; nuevos perfiles de trabajo orientados en la creatividad y multidisciplinariedad, como el Growth Hacker; nuevos modelos de marketing a coste cero: como el uso intensivo de redes sociales, la presencia intensiva multicanal; así, hasta un largo etcétera (ver Darío, 2017; López, 2014; Schueffel, 2017).
Ahora se requiere del conocimiento del exterior, del sentido crítico, de las habilidades interpersonales y sociales. Ya está muy desfasado el hemisferio izquierdo, ahora prima la conjunción de ambos, especialmente la inventiva, el pensamiento lateral, la creatividad y visión artísticas, estos propios del hemisferio derecho.
Para que usted me entienda bien, ahora no basta con que sepa hacer los cálculos de un problema de acuerdo a unas directrices, teoremas o leyes ya halladas. Ahora se quiere una solución con un nuevo teorema. Ahora se buscan personas que den a luz nuevas maneras de hacer las cosas. Ahora es el momento de los Gen Zers (de la Generación Z) y hemos de procurar transitar los caminos diseñados para las “nuevas zapatillas”.

Nosotros caminábamos con unas sencillas zapatillas, pues ellos lo hacen con zapatillas de gel con suelas de alta tecnología que absorben el impacto. Es decir, su manera de caminar, ha terminado condicionando su pisada, así como el camino que nace de recorrer tantas veces sus propias trayectorias. Luego, hemos de tomar estos nuevos caminos, con estas nuevas zapatillas, y si no por ir más cómodos, al menos por encontrarnos a la sociedad por el camino; ya que, de no ser así, ¿los dejaríamos andar solos?
Hoy, recuerde usted, estamos inmersos en un sistema financiero revolucionario que eclosionará totalmente sin darnos cuenta. Hablo de las Fintech, de las criptomonedas, de los nuevos mercados de futuros y opciones, de nuevos intermediarios, del banco a la carta, de la customización de servicios a los clientes, de tener que pagar por mantener ahorros, de nuevas leyes financieras que están por venir.
Hoy, recuerde usted, estamos inmersos en una nueva industria que se hace paso a través del uso masivo de datos, que adecua su producción a los requerimientos del cliente, que es totalmente flexible y dinámica que se desprende de la tienda física para dar paso a la omnipresencia: internet.
Hoy, no se olvide tampoco, estamos dando paso al Internet de las Cosas, esto es: a utilizar nuestros dispositivos para que nos proporcionen datos con los que tomar decisiones, gestionar nuestros recursos, barajar alternativas… con lo que ahora no basta con llenarlo todo de conocimiento, o programar una lavadora. Ahora se requiere que se programe la lavadora para que ésta nos diga con que detergente cree que lava mejor y gasta menos agua. Para que usted me entienda, hasta nos puede advertir de a qué hora es más económica el agua, al igual que la luz.
Hoy, no se olvide, por favor, que estamos en las puertas del mañana, con lo que hemos de equiparnos bien para poder pasar por ellas. ¿Qué quiero decir? Quiero decir que nuestro presente condiciona nuestro futuro y, de esta manera, somos historia, fruto de la historia y la historia que espera a nuestros hijos. Por estas solas razones, se hace imperante hacer reflexionar a “la Escuela española” del mercado laboral que espera a nuestros hijos y de la Educación acorde en la que se espera educarlos.

Posiblemente todo el problema latente de nuestra Educación resida en tomar conciencia de la situación y ser conscientes de la necesidad de cambio. Posiblemente un gran problema en el mercado laboral Educativo sea la figura contractual sobre la que se erige la figura del profesor, esto es: funcionario. ¿Qué tal si solo existiera personal laboral que es sometido constantemente a auditorias internas, como es el caso de Reino Unido o Estados Unidos, por poner dos ejemplos de entre tantos? Países punteros en desarrollo económico y Educación, como bien saben. Y si no, ¿si sencillamente existieran auditorias internas reiteradas durante el curso para evaluar la acción docente, innovación y grado de satisfacción y motivación del alumnado?
De acuerdo a este argumento, es muy probable que lleguen a ancianos en esta profesión todos aquellos docentes que verdaderamente siente vocación y pasión por enseñar, como así sucede en estos países que se ejemplifican – hablando desde la experiencia y conocimiento personal -. También, es muy probable que el Sistema se desprenda de todos aquellos profesores que ni se comprometen con el cambio metodológico al que se obedecen – simplemente por cumplir el Plan de Reforma Nacional 2013 (LOMCE 2013) al que se haya suscrita nuestra nación para con la agenda de desarrollo social, económico y sostenible de la Unión Europea (véase después Estrategia Europa 2020) – ni se preocupan, consecuentemente, por el futuro que espera a sus alumnos.
De acuerdo a esta última premisa, las metodologías recomendadas reiteradas veces por las Instituciones competentes en Política Educativa, nacional y comunitaria, precisamente son recomendadas para posibilitar el desarrollo y consecución en el logro de las mismas Competencias Clave que estas mismas Instituciones definen y en las que se espera instruir a los alumnos. De hecho, ¿se ha parado usted a pensar si habrán sido definidas al azar o habrán sido ideadas considerando las peculiaridades que presentan en el aprendizaje los alumnos de hoy y con sucinta relación al mercado laboral que los espera para así procurar un efectivo y eficaz desarrollo económico, social y sostenible?
Desde luego que con la figura del personal laboral, sometida a auditorías internas reiteradas veces a lo largo del curso, estos países se aseguran de que su personal docente cumpla con las exigencias de su Sistema Político Económico en materia de Educación, se curan en salud. En este sentido, bien es conocido dentro de estos países, que aquellos profesores que se despreocupan por la motivación del alumnado y no cumplen la agenda programática metodológica de acuerdo a su Política Educativa, directamente son despedidos.
En realidad, ¿no se asemejarían a aquellos “fariseos” a los que amonestó Jesús? Maestros, rabíes, que no cumplían con los verdaderos propósitos y mandatos de su ley; maestros, rabíes, que solo gustaban de la egolatría, de recibir el saludo en la plaza, de sentarse en los asientos más prominentes, de presumir y pasearse para dejar constancia de sus ostentosas túnicas con largos flecos, como así vienen a decir las Sagradas Escrituras. El ciudadano de a pie posiblemente diría, maestros, rabíes, que “solo se preocupan de poner la mano a fin de mes“, o tal vez: “flojos que no quieren trabajar“. ¿Estará el ciudadano de a pie en la verdad?, ¿será necesario cambiar el chip a base de disciplina?, ¿será justo llevar a cabo medidas de evaluación del profesor como así predica nuestra actual legislación?, ¿han sido duras estas palabras cuando saben que están poniendo voz a la queja popular o están siendo palabras sinceras y en pro de la humildad y dedicación en el trabajo? Recuerden la importancia tan especial, tan maravillosa que tienen los profesionales de la Educación para nuestro sistema, se encargan: de formarnos en habilidades y en valores, de capacitarnos para el futuro, de hacer de su nación una nación competente y poderosa a través de sus pupilos.
Desde luego que, a título personal, concibo a la figura del maestro, profesor o docente, junto a su profesión y actividad, como la más valiosa de entre todas. Es una riqueza muy grande la que depende de sus manos, una figura emocional que transciende el paso de los años en las personas y un ejemplo personal para gran parte de la ciudadanía; con lo que, para ganarse ese respeto tan entrañable que terminamos edificando todos y ese valor social que le profesamos, bien merecemos todos que se preocupen verdaderamente por nuestro futuro, por el futuro de nuestros hijos.
Es muy probable que al escribir esto muchos de los profesores “fariseos” se sientan dolidos por la mordacidad de estas palabras; no es que sean malintencionadas, simplemente atienden a la alegoría para hacer reflexionar sobre esa realidad que le es propia y personal. Siempre hay un momento kairós, un momento especial en la vida de cualquiera de nosotros en el que se acaecen las condiciones y circunstancias perfectas para producir un cambio personal y, por ende, extrapolarlo a nuestro entorno más o menos inmediato.
Es por esto por lo que ha de considerarse hacer reflexionar al docente sobre el alcance de su profesión para con la vida de las personas y, por extensión, para con el desarrollo económico y social del país. En última instancia, es imperante recordar que educar no es meramente enseñar, y, para que exista una efectiva y eficaz educación, ésta ha de construirse sobre los pilares del saber ser personas, del saber vivir juntos y del saber ser autónomos, no solo del saber hacer.
Ahora pregúntese, ¿por qué es tan importante la Educación en un país y su profesión para con el compromiso del avance nacional? Reflexione en que así de habilidosos, buscavidas, emprendedores, avispados, y ese largo etcétera de adjetivos empoderadores que ahora no se me ocurren… así es la Economía de un país. Ahora, deténgase a pensar en esas Educaciones punteras: Alemania, Reino Unido, China, Hong-Kong, Japón, Finlandia, Estados Unidos, como podrá comprobar, son las de las Economías líderes.
Si parece atrevido acercar así este conocimiento, procedamos a echar un vistazo a las pruebas PISA organizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (i.e. OCDE). Estas pruebas PISA, posicionan a los países orientales, esencialmente, entre los primeros puestos del ranking, siendo las posiciones de las Economías líderes europeas y EEUU aquellas que ocupan el primer cuartil de entre 72 países, como así informan los resultados ya publicados de las pruebas llevadas a cabo en la primavera de 2015 (El Periódico (Ed), 2016).
Como vemos, nuestra Educación tiene reflejo en nuestra Economía, así es nuestra Educación, así es nuestro desarrollo económico y social y viceversa. Como es arriba, es abajo. Todo lo que das, vuelve. Así das, así recibes. Esto es una Ley Universal ancestral, anterior a la existencia del hombre, la cual no podemos obviar (VV.AA., 1908).
Luego, si queremos desarrollo económico, si queremos que España vaya bien, hemos de empezar por los cimientos. Hemos de saber llegar a la raíz de las cosas y no andarnos por las ramas. Hemos de saber hacer benchmarking (estudios comparados con la competencia), hemos de comparar inteligentemente nuestro Sistema Educativo con aquellos otros que presentan ventajas para con el desarrollo económico, político y social de sus países, y así: adecuar, copiar, perfilar, pulir, mejorar, incorporar, etc. estas “cosas” que funcionan en estos países, dentro del nuestro. Todo sea, al menos, por aquello que llaman sostenibilidad.

En pocas palabras, indagar el know-how de las economías foráneas, de las economías vecinas, para, así, adecuarlo y customizarlo para con las características peculiares que presenta nuestra Sociedad. Esto se presenta como una respuesta práctica para muestro sistema.
A priori atiende a una propuesta rápida y simple, copiar y pegar aquello que a primera vista funciona, esto viene a ser dar uso a la navaja de Ockham y, en sí, ya es un primer paso. Todo se consigue, aunque sea paso a paso. La cuestión es seguir un paso al otro, así se empieza a caminar; no hemos de preocuparnos por la meta, generalmente éstas son trazadas y terminan por alcanzar otros objetivos paralelos y/o alternativos. Luego, preocupémonos por avanzar ya que nos obedecemos al avance.
Ahora, demos paso a bucear por las aguas de nuestro Sistema Educativo y su Escuela para sacar a flote aquellos problemas que congestionan el progreso, si no lo frenan.
Demos paso a indagar rigurosamente qué nos ofrecen investigaciones, publicaciones, opiniones y críticas al respecto. Dotemos a la información que ofrecemos de rigor, además de abstraer las razones de la visión crítica y de opinión que se han transmitido hasta el momento.
B) ¿Qué es el know-how? Su alcance y conexión con la filosofía oriental propia de los Sistemas Educativos Líderes.
Desde la información que se propone más adelante podemos hacer observable la necesidad de know-how de que adolece nuestro Sistema Educativo. Existe una imperante necesidad en saber hacer las cosas. No obstante, como paso previo a identificarla, se considera fundamental traer a colación el know-how y reflexionar sobre su definición y alcance.
En este sentido, ¿ha reflexionado alguna vez acerca de aquel refrán que dice: “la repetición es la madre de la retención”? Probablemente le venga la imagen de estar haciendo una cosa, una y otra vez. En gran medida esto sería una primera enseñanza que dicha frase encierra. Es decir, una especie de “kung-fu” con la actividad en cuestión.
No obstante, de parecer fuera de lugar dicha palabra, bien merece la pena atender a su etimología. De esta manera, con el término kung-fu se denota la habilidad o maestría. Proviene de la combinación de gong “trabajo” y fu “hombre”. Luego, atendemos a un coloquialismo con el que designamos aquella habilidad adquirida a base del esfuerzo, disciplina, constancia, repetición y, por supuesto, tiempo (García-Melero (Ed.), 2017).
Ahora, pongamos el “kung-fu” y “la repetición como madre de la retención” a nuestros pies y caminemos. Para que entienda mejor, propongamos la siguiente enseñanza:
Antonio Machado nos dejó como legado, en uno de sus poemas de Campos de Castilla, una verdadera reflexión filosófica: “caminante no hay camino, se hace el camino al andar“. Desde luego que hay que caminar para avanzar, y es avanzando como vemos el camino. En este sentido, y permitiendo el tránsito a la tecnología, si aunamos fuerzas y voluntad y caminamos juntos a través de un gran pasto, terminaremos pisoteándolo y rodándolo de manera tal que haremos nacer desde el mismo todo un camino. Esto es la repetición, esto es el know-how, inseparable de la unión, que hace la fuerza. “Si caminamos solos, lo haremos más rápido; si caminos acompañados, llegaremos más lejos” (Proverbio Chino).

Con todo, se hace fundamental detenernos en la metodología que subyace en el Kung-fu, que no es otra que la activa. La filosofía oriental, especialmente aquella de gran calado taoísta, como lo es el propio budismo, se sustenta sobre los pilares de la involucración activa del discípulo para con cualquier conocimiento que le es transmitido.
No solo hablamos de la instrucción práctica física para el autodominio y autocontrol del cuerpo y, por ende, de la mente; sino de la extensión de ese autodominio y autocontrol mental que es transferido y perfeccionado desde el desarrollo de las capacidades de pensar.
Esto es, el aprendizaje activo basado en cuestionamientos reiterados o en pruebas de cuestionamientos audaces permiten el desarrollo del pensamiento lateral desde el discernimiento. De esta manera se consigue aflorar el saber natural del alumno. Habida cuenta de esto son las transferencias de esta cultura china a sus países vecinos, como lo es Japón, reconociendo dentro de su Sistema Educativo una larga tradición en someter a discernimiento práctico al alumno por medio del uso del “koen“. Uno muy famoso lo encontramos en la cuestión: “Si un árbol grande cae y no hay nadie para escucharlo, ¿hace algún ruido?” (ver García-Melero (Ed.), 2017).
Por cierto, ¿se ha dado usted cuenta de lo vetusto que es el aprendizaje activo? Como ve, se remonta a la transferencia de filosofías orientales desde sus primeros momentos. En concreto, la podemos apreciar en la influencia del Yi Jing (Libro de los Cambios) de épocas neolíticas, de acuerdo a la tradición oral, en las enseñanzas de Lao-Tsé (604 a.C.) precursor del Taoísmo (ver García-Melero, (Ed.), 2017).
Luego, si consideramos su carácter milenario, por una parte, y, por la otra, cómo la práctica continuada del mismo a lo largo del tiempo ha posicionado a países como China, Japón, Hong Kong entre las cinco primeras posiciones de las pruebas PISA reiteradas veces desde que forman parte de la prueba (ver El Periódico (Ed.), 2016), ¿no cree que el aprendizaje activo es una metodología excepcional? Una metodología que puede incluso ayudar a identificar cómo mejorar el cómo hacer las cosas desde su instrucción netamente práctica. Un aprendizaje que en sí lleva aparejado un know-how concreto; una manera particular de acometerlo, que se perfecciona y mejora con la propia puesta en acción.
Para comprender mejor el término “know-how“, atendamos ahora a aquellas definiciones que se proporcionan al respecto. En este sentido, es un concepto íntimamente vinculado a la organización, gestión y administración empresariales.
Luego, siguiendo esta línea, “cuando se aplica a una organización se dice que es la experiencia con que esta cuenta para desarrollar sus actividades, ya sean productivas, administrativas, financieras, comerciales y/o de control (Know-how, Wikipedia, 2019)”.
Atendiendo a una visión personal del concepto de know-how, éste ha venido a constituirse como una fórmula empresarial única que combina la adecuación de recursos humanos y físicos en pro de ofrecer eficacia y eficiencia en su quehacer diario, algo que ha venido a eregirse como un valioso activo, tal, que condiciona la fórmula maestra de numerosas franquicias, por ejemplo. En este sentido, cabría preguntarnos: ¿cómo hace las hamburguesas Mc Donalds?, ¿es sólo cómo hace las hamburguesas o es algo más?, ¿podría estar el éxito en cómo se organizan en el trabajo sus equipos?, ¿estará, tal vez, en a quién compran sus materias primas y bienes, cómo se abastecen de ellos?, o definitivamente la cuestión es ¿qué calidad incorporan en su producto y en qué cantidad para minimizar costes o maximizar beneficios? Como podemos apreciar, son todas aquellas respuestas que dan solución al quehacer diario las que encierran ese “modo de saber hacer las cosas” propio y personal de cada organización. Un know-how que confiere carácter, personalidad e identidad y que revierte, no solo en eficacia y eficiencia productiva, sino que aflora en la propia empresa dotándola de toda una filosofía, dando lugar a la formación de una cultura empresarial única. Luego, know-how es cultura, es filosofía.
En resumen, “el know-how tiene una directa relación con la experiencia, es decir la práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo” y se extiende más allá del conocimiento meramente académico, albergando: transferencia de tecnología, técnicas, información secreta, teorías e incluso datos privados —como clientes o proveedores -, formación de equipos humanos, y un largo etcétera (know-how, Wikipedia, 2019).
C) La problemática del KNOW-HOW en nuestro sistema educativo.
Alcanzado este ecuador, es decir, acercada la definición y alcance del know-how en una organización, como la puede ser todo aquel Centro Educativo de nuestro Sistema, atendamos al análisis del panorama español en materia educativa para hacer visible la problemática de que adolece en torno al “saber hacer” las cosas; en concreto, de la necesidad de dicho “saber hacer”, de dicho know-how. El sempiterno problema de nuestra educación: el cómo hacer las cosas (Zabalza, 2000).
Siguiendo esta línea, podemos apreciar que existe una diferencia formal y profunda entre los modelos pedagógicos que, en esencia, dilucida nuestra Comunidad Educativa para el progreso y mejora de nuestra educación, y aquellos otros modelos que, en existencia, prevalecen en el aula. En este sentido, existe una disonancia entre lo que las recomendaciones y orientaciones del grueso de nuestra actual legislación y Comunidad Científica proponen para la mejora de la calidad de nuestra educación y aquello que verdaderamente cobra vida en las aulas.
Una afirmación que puede ser acercada desde diferentes perspectivas, así:
A. de considerar el reflejo de la calidad de la educación en la ciudadanía: el Informe de la UNESCO, visto como la fuerza de empuje de los propósitos educativos de la educación mundial, direcciona la intención educativa hacia la autonomía del aprendizaje, hacia el aprender a aprender, intensificando el sentido de la responsabilidad y de la solidaridad (Delors et al., 1996). Sin embargo, nuestro sistema educativo es parco en dar a luz una ciudadanía emprendedora y activa, en este sentido, Domínguez y Molina (2012) advierten de la necesidad de contar con una población crítica, informada y cualificada, que sea capaz de emprender proyectos y gestionarlos; lo que requiere de una implicación coherente de las autoridades educativas.
Por otra parte, en relación al perfil del trabajador que demanda el mercado laboral, Robins (1996) recuerda la necesidad de acercar los contenidos y competencias clave en que son instruidas las personas a la realidad empresarial. Como subraya este autor, y no pudiendo olvidar en última instancia que el aprendizaje adquirido en los centros ha de perfilar al futuro trabajador y/o emprendedor, el grado de competencias y habilidades del perfil del alumno se presenta muy alejado de lo que empresas y organizaciones demandan en sus trabajadores.
Siguiendo esta línea, la implicación coherente de las instituciones educativas con los propósitos educativos en los que ha de instruir al futuro trabajor y en los que ha de acomodar su acción, difiere de lo que se espera desde la normatividad y recomendación institucional, así como de lo que dilucida la ciencia; como considera Pedro Rascón, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), «el cambio social de nuestra era aún no ha sido trasladado a la escuela» (Rius, 2010).
B. de considerar las orientaciones metodológicas para la mejora de la acción docente: desde la propuesta normativa de la Recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre, sobre las Competencias (desde ahora Recomendación Europea), la cual direcciona la actual Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa en España (LOMCE, 2013), son: la cooperación y el trabajo en pares las propuestas metodológicas que recomiendan, pues satisfacen los objetivos que pretenden las siete competencias clave que dilucidan y proponen.
Adicionalmente, con objeto de orientar la acción docente hacia la eficacia y eficiencia que se espera conseguir en el sistema educativo, las propias instituciones políticas proporcionan a la acción docente la llave con la que abrir la puerta al logro. Así es que, la OCDE proporciona desde su Informe: “La Naturaleza del Aprendizaje: Utilizando la investigación para inspirar la práctica docente” los principios en torno a los que ha de gravitar el ejercicio de la enseñanza-aprendizaje. A saber: a) los estudiantes son el centro, b) las emociones son integradoras del aprendizaje , c) la educación ha de construir conexiones interdisciplinares u horizontales, d) se ha de alentar y fortalecer los contactos entre estudiantes y facultativos, e) se ha desarrollar la reciprocidad y la cooperación entre los estudiantes, f) se ha de utilizar técnicas de aprendizaje activo, g) se ha de proveer retroalimentación con prontitud, h) se ha de enfatizar la temporalización de las tareas, i) se han de propiciar altas expectativas, j) se han de respetar diversos talentos y formas de aprendizaje (Dumont, Istance y Benavides (Ed.) 2010).
Considerado esta dimensión, la de hacer observable el fiel reflejo, o no, de los propósitos educativos en la acción docente, podemos apreciar cerca de una década después de este hallazgo, como Zabalza (2000), en su artículo “Estrategias didácticas orientadas al aprendizaje”, con objeto de orientar la práctica docente, sistematiza las metodologías más apropiadas en las que ha de apuntar la acción desde el aula. En este sentido, subraya que «en la realidad nos hallamos inmersos en una cultura escolar claramente centrada en la enseñanza» (p. 459), destacando que «Resulta, por tanto, muy conveniente remover un poco las aguas de lo convencional para abrir el paso a otras posibilidades» (p.459) e insistiendo en que «un gran reto que la enseñanza deberá asumir en la próxima década. Mudar el significado que tradicionalmente se ha dado a la docencia» (Zabalza, 2000, p. 461).
Esta propuesta de Zabalza (2000), en tanto seis años después la Recomendación del Parlamento direcciona los propósitos educativos para Europa en ese sentido, puede ser apreciada como una precognición. Sin embargo, el reto que este autor dilucida con respecto a la acción docente en una década vista desde la publicación de su artículo, esto es: trasladar el foco de atención al alumno, centralizando la acción docente en su aprendizaje, ha terminado convirtiéndose en una “piedra filosofal”. Al igual que ésta, esta transmutación es algo ansiado y beneficioso, aunque muy difícil de conseguir.
Siguiendo esta línea, en la medida que se prioriza la focalización de la instrucción práctica en la enseñanza en detrimento del aprendizaje, podemos abstraer que parece costar trabajo desprenderse de la metodología tradicional (ver Monereo y Monte, 2001 y Quinquer, 1997, citados por Ruíz, 2012; Rius, 2010; Zabalza, 2000).
En este sentido, Quinquer (1997), citado por Ruiz (2012), subraya la necesidad de formar al personal docente en estrategias o modelos didácticos aplicados que se adecuen a las exigencias que demanda cada Centro. De esta manera, se posibilita desmitificar el concepto de buena escuela enquistado en el Sistema Educativo, dando paso a la apertura de horizontes en el entendimiento de lo que el aprendizaje es y de los beneficios que reporta la interacción entre profesor-alumno y la focalización de la instrucción práctica en el discente (ver Bruer, 1995, citado por Ruíz, 2012; Dumont, Istance y Benavides (Ed.) 2010).
Con relación a orientar la práctica en el discente, atender la diversidad y contar con conocimiento sobre las sintomatologías que presenta el alumnado con necesidades especiales, se hace necesario reflexionar sobre la información que al respecto proveen estudios centrados en esta materia. En este sentido, con objeto de hacer observable en qué medida nuestra escuela requiere de formación y medidas para la atención a la diversidad y, con ello, favorecer la inclusión, consideramos acercar el estudio realizado por Soroa, Gorostiaga y Balluerka (2016). Desde su investigación en 108 centros, con una muestra compuesta por 1278 docentes, logran sacar a luz el conocimiento que, sobre la sintomatología e intervención educativa en niños con TDAH, los maestros tienen. Desde su estudio analizan la instrucción recibida por el profesorado en educación formal, no formal e informal en la materia, así como el conocimiento auto-percibido sobre TDAH y la auto-eficacia percibida para ser docente de niños que presentan este trastorno; llegando a la conclusión de que el conocimiento que poseen los docentes sobre el mismo oscila entre un nivel bajo y moderado.

Desde este estudio, estas investigadoras promueven la necesidad de formar al docente en distintas vías que comporten una mejora de la calidad y de la cantidad de la información recibida, lo que conduciría a una autopercepción positiva sobre su desempeño eficaz y eficiente en su profesión (Soroa, Gorostiaga y Balluerka, 2016). No obstante, cabe preguntarse si la formación que reciben los profesores es luego puesta en práctica. En este sentido, Bolívar (2019) se cuestiona como siendo nuestro país uno de los que mayor inversión hace en formación del profesorado dentro de la UE, sea un país con una Educación considerablemente alejada de la de otros países, de tomar el rasero de rankings y pruebas objetivas estandarizadas, como lo son las evaluaciones PISA. Luego, ¿qué de aquello en lo que se instruye al docente es verdaderamente llevado a la práctica? Como dijo Platón: «El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara, pero no siembra».
(UN PARÉNTESIS)
¿Se limitará la “formación” recibida, a gran escala, a un pago por dicha “formación” y estampar la rúbrica para la gestión administrativa y registro oficial?
Cuando se invierte en formación muy considerablemente (Bolívar, 2019) y no se ven resultados, hemos de cuestionarnos todo; especialmente la precariedad educativa que nos devuelven las aulas para con un gasto en formación tan mayúsculo. ¿Se forman o solo estampan la firma para poder luego computar en formación en los test diseñados que así la cotejan: horas de formación recibida?
Desde luego que apreciar cómo es la Educación Española la que encabeza la estadística de abandono escolar en Europa y obtiene unos resultados en pruebas estandarizadas muy por debajo de la media europea, “da para mucho pensar“. Recordemos que la Educación es la que perfila al futuro trabajador, ¿interesará en España, de manera oculta, mantener a la población en el aborregamiento? ¿Por qué? Más sentido crítico se tiene y más se agudiza el ingenio, menos te meten la “pescadilla” doblada. Luego, alejar a la población de su sentido crítico y capacidad de discernimiento para con cualquier asunto, es un gran objetivo: más borrego se es – menos y/o peor se le educa -, más fácil se adoctrina, más fácil se controla y domestica y más fácil se esclaviza en un sistema de apariencia democrática y de progreso, entre otros.

La verdad es que España está llena de “chiringuitos“, ¿podría ser éste otro? ¿Interesará en España la promoción de la formación del profesorado junto al control y verificación de su verdadera respuesta productiva o sería la persona promotora de tal idea perseguida desde las cloacas del Estado por haber descubierto, en la sola proposición, un “chiringuito” o, con ello, alejar desde esta praxis a la Educación de objetivos ocultos? ¿La acosarían y maltratarían a través de los adeptos de las cloacas simplemente por ser una idea brillante – recordemos que España es el país de la envidia -? ¿Violarían sus derechos fundamentales, llegarían a violar su intimidad? ¡Madre mía!, habría que preguntarnos: ¿qué clase de personas constituyen las cloacas en España y son sus adeptos? ¿Estarán muy diseminadas entre la población? Con solo poner mi mirada atenta a la pasividad de la ciudadanía española, mucho puedo vislumbrar. ¿De qué adolecerá gran parte de la población española?
Son cuestiones que una se hace, especialmente, viendo el panorama que nos devuelve nuestra más reciente actualidad: un partido político que lidera el Gobierno y está involucrado en procesos en los que se denuncia el uso del aparato del propio Gobierno para espionaje de la oposición y civil, o entran en Audiencia unos 300 presuntos asesinatos llevados a cabo por el mismo, o existen partidos que se financian desde negocios de narcotráfico, se denuncian abusos a menores, se producen constantes desfalcos, evasiones, se torpedea desde el propio Gobierno al partido naciente que saca a la superficie muchos de sus chiringuitos y actuaciones inconstitucionales…la verdad es que da para cuestionarse muchas cosas…..más aún cuando más nos quieren amordazar con decretazos inconstitucionales (García-Melero, 2021).
Bien, más adelante profundizaremos en lo que nos devuelve la literatura científica al respecto, por el momento sigamos con la valoración que, de la realidad de las aulas y de los pasillos de los institutos, nos devuelve la mirada atenta de diversos profesionales de la vivencia educativa formal.
Con ánimo de detenernos en la opinión publica de profesionales y expertos en educación, consideramos el artículo periodístico de Rius (2010). Desde él, este periodista nos acerca las opiniones de distintos profesionales relacionados con el contexto educativo, de entre ellas, destacamos la de Valentín Martínez-Otero, psicólogo, pedagogo y profesor en la facultad de Educación de la Universidad Complutense, quien afirma que «Muchos alumnos, aun sin ser plenamente conscientes, se desmotivan por falta de estímulos suficientes en el aula; en las programaciones no siempre se tienen en cuenta sus intereses, y el proceso educativo sigue más centrado en la enseñanza y el profesorado que en el aprendizaje y en el alumnado».
En relación a esta resistencia al cambio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (i.e. OCDE), desde su informe de 2010, “La Naturaleza del Aprendizaje: Investigación Científica para inspirar la Práctica Docente” promueve la necesidad de transformación de las Instituciones Educativas, facilitando pautas a incardinar en la concreción curricular de los Centros y de la que es responsable el profesor. En este sentido, Dumont, Istance y Benavides (Ed.) (2010) compilan los avances científicos más destacados, reconstruyendo los principios que garantizan un buen ejercicio de la práctica docente, acorde con la sociedad y con el sistema económico en el que vivimos.
Igualmente, promueven los beneficios que, una práctica educativa perfilada de acuerdo a los mismos, garantiza: dotar de significación al aprendizaje, favorecer el desarrollo cognitivo y emocional, favorecer la construcción de lazos emocionales, favorecer la socialización e inclusión, desarrollar la autonomía del aprendizaje, favorecer el conocimiento y consciencia del medio ambiente, desarrollar el sentido crítico, favorecer el reconocimiento de la heterogeneidad del grupo, entre otros. Con relación a este conocimiento: ¿es posible discernir un método didáctico que consiga aunar todos estos principios para la buena praxis?
Considerando adicionalmente las Recomendaciones que, para la praxis docente, promueve la LOMCE (2013) con ánimo de hacer alcanzables los objetivos y propósitos de nuestra Educación, cabe preguntarnos: ¿está el profesor motivado con su trabajo?, ¿le motiva lo que hace?, ¿tiene verdadera vocación como profesor?, ¿qué promueve en el aula de lo que se recomienda institucionalmente?, ¿qué promueve en el aula de lo que recomienda la Comunidad Científica?
Estas cuestiones nos ayudan a profundizar en el porqué de las cosas, en su esencia. Las cuales se aprecian muy útiles para indagar más allá de la naturaleza que, en apariencia, nos acercan diversas aportaciones al respecto de la realidad de las aulas y de los pasillos de los Institutos. Y, por igual, nos ayudan a esquematizar aquellas razones que subyacen en el lastre de know-how en la formación y práctica educativa que se aprecia.
Siguiendo esta línea de aflorar toda aquella causalística que comporta el entramado de circunstancias y relaciones que se establecen con respecto a cómo trabajar en la Educación para alcanzar las metas educacionales políticas y globales, podemos sintetizar las siguientes desde el reflejo en nuestro Sistema Educativo: una educación que no gravita en torno al alumno, no sabe cómo lograrlo o no se esfuerza en ello; unos propósitos educativos que no han sido llevados aún a la Escuela; una población parca en emprendimiento y sentido crítico; un profesorado demandante de formación complementaria para adecuarse a los problemas del hoy; una formación recibida que no termina de tangibilizarse – ¿cómo es la formación, se evalúa, se audita, se contrasta en el aula…?- ; el cuestionamiento de la vocación profesional del profesorado en tanto no se adecua la práctica real a la esperada desde la recomendación política;…
D. ¿Cómo afecta el lastre en know-how de nuestro Sistema Educativo en la consecución de las metas educativas europeas?
Con objeto de apreciar la distancia que separa a la capacidad de desarrollo económico y social de nuestro Sistema Educativo de la consecución de los objetivos propuestos por la Agenda Europea dentro de su marco de acción política “Estrategia Europa 2020“, se hace fundamental detenernos en identificar: cúales son esas metas propuestas, cómo se ha considerado el plan de acción, qué tácticas operativas se recomiendan institucionalmente, de haberlas, y abstraer la esencia del porqué de esta Estrategia que está cercana a volver a ser rediseñada, dada su fecha de caducidad, 2020 (siendo Agosto 2019 cuando fue redactado originariamente este artículo).
En primer lugar, especial mención merece la consideración del espíritu de la propuesta estratégica, qué la eleva, qué es lo que la hace prosperar como estrategia ideal para nuestra actual sociedad. De esta manera, de acuerdo a la página web de la Comisión Europea (Ed.) (2019): “La Estrategia Europa 2020 es la agenda de crecimiento y empleo de la UE en esta década. Señala el crecimiento inteligente, sostenible e integrador como manera de superar las deficiencias estructurales de la economía europea, mejorar su competitividad y productividad y sustentar una economía social de mercado sostenible”.
De acuerdo a la descripción simplificada que de la Estrategia Europa 2020 hace la Comisión Europea (Ed.) (2019) en su web, dicho plan de acción se articula sobre cinco dimensiones: (1) Empleo, (2) Investigación y Desarrollo, (3) Cambio Climático y Energía, (4) Educación y (5) Pobreza y Exclusión Social. En este sentido, y atendiendo sucintamente a la dimensión que nos ocupa en este ensayo científico-literario, recuperamos más dilatadamente aquellos objetivos propuestos que permiten encaminar los planes de acción social y económico en la “Educación”.
A tenor de la argumentación anterior, y de acuerdo a la información que emana de esta página de la Comisión Europea, en materia de “Educación”, se prevé conseguir para 2020: (a) alcanzar una tasa de abandono escolar inferior al 10% y (b) conseguir una formación de estudios superiores en al menos el 40% de la población comprendida entre las edades de 30 y 34 años.
A) Con relación a la consecución del techo del 10% en la tasa de abandono escolar:En este sentido, y recabando información del panorama de nuestro Sistema Educativo que evidencie el grado de consecución de estos objetivos propuestos, de acuerdo al informe “Getting Skills Right: Spain” de la OECD, se informa que: “España tiene las tasas más elevadas de abandono escolar de Europa” para el estudio realizado en 2016, de unos 18 puntos porcentuales (OECD (Ed.), 2017, p. 20) y que “Los esfuerzos para reducir la tasa están en marcha, con el Plan de Reforma Nacional 2013 que establecen los objetivos para alcanzar los propuestos por la Estrategia Europa 2020” (OECD (Ed.), 2017, p.20).

Como podemos abstraer de esta situación tan lamentable, es muy improbable pasar en tan solo cuatro años a una reducción de la tasa de abandono escolar de hasta el 46% de la actual tasa medida para 2016. Con todo, para escapar de la opinión crítica pura y dura con relación a dicha tasa, la abstracción de improbabilidad en la consecución del logro de reducción de la misma hasta un 10% previsto por la Estrategia Europa 2020, queda firmemente establecida como imposible de acuerdo a los Archivos de Europapress Madrid (2019). Dichos Archivos nos informan que la tasa de abandono se redujo en tan solo un 0,33 por ciento para 2018 con respecto a 2017 – frente al 46% que se esperaría por ciencia infusa -, alcanzando un porcentaje del 17,9%. Estadística proporcionada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional de las variables educativas de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística.
B. Con respecto al segundo objetivo propuesto en la Estrategia Europa 2020 para la Educación: conseguir una formación de estudios superiores en al menos el 40% de la población comprendida entre las edades de 30 y 34 años (Comisión Europea (Ed.), 2019), hemos de subrayar que, en oposición a esa creencia popular sobre la sobrecualificación de la población española, nace la necesidad de dismitificar la misma, como así señala el informe publicado por la CRUE. Según su estudio, un 35% de la población española de 25 a 64 años cuenta con estudios superiores, muy cercano a la media de la OECD, situada en un 36%, y por encima de la de la Unión Europea, de un 33%. No obstante, cabe señalarse que la media de los países vecinos de economías más desarrolladas cuentan con tasas considerablemente más elevadas, en torno a 10 puntos porcentuales superiores a las de España (Bernardo, 2017).
Con todo, sí es cierto que podemos abrazar esta situación ya que nos hayamos muy cercanos al cumplimiento del objetivo, de ese 40%. Sin embargo, se hace necesario detenernos en los estudios avanzados, como las maestrías universitarias (másters). En este caso, la media española es de tan solo un 9% frente a una media europea del 21% (Bernardo, 2017).
E) CONCLUSIÓN.
Las Recomendaciones del Parlamento Europeo sobre materia de Competencias Clave y orientaciones metodológicas son el presupuesto legislativo que dirime la organización institucional educativa de los distintos países miembros. En este sentido, son el eje sobre el que gravita el Estrategia Europa 2020 como agenda para el desarrollo social, económico y sostenible de la Unión Europea. Sirviendo, dicha estrategia, para direccionar y alinear las políticas educativas de los distintos países comunitarios en la consecución de unos objetivos generales compartidos, de entre ellos los de Educación.
Desde el análisis propuesto se ha prodido dilucidar que nos hayamos considerablemente alejados de las previsiones políticas educativas europeas, en tanto nuestro país se presenta como aquel con mayores tasas de abandono escolar, así como un nivel de formación superior medio en la población bastante suficiente, además de alejado del de aquellos países vecinos más desarrollados – en contraposición a la mitificación de la creencia popular de la sobrecualificación de la población española – .
Igualmente, hemos podido traer a la luz el conocimiento que, con respecto a la tangibilización de la innovación y de las recomendaciones políticas en Educación, nuestro Sistema Educativo emprende y pone en práctica. En este sentido, nos hayamos alejados de la “Nueva Escuela” que se pretende, ésta aún no ha llegado a nuestras aulas. Predominando en las mismas una Educación focalizada en la enseñanza y en las metodologías tradicionales que devuelve al Sistema alumnos con un perfil en habilidades y destrezas que no casa con el solicitado por el actual mercado laboral; amén de un alumno desmotivado e insatisfecho con la Educación recibida – habida cuenta de la mayor tasa de abandono escolar de toda Europa-.
Con relación a las metodologías tradicionales de enseñanza cabe traer a colación su carácter suficiente en el aprendizaje del alumno y, en especial, para el alumno de nuestra generación actual. En este sentido se evidencia desde el estudio experimental que: no deja nada en la mente del estudiante, lo aliena, lo aburre, lo desmotiva, no favorece la construcción de aprendizajes significativos, no favorece el recuerdo, ni tampoco la socialización. Es una metodología excesivamente alejada de la sociedad del conocimiento, que no tiene en cuenta las peculiaridades que presenta el alumno de la Generación Z en sus procesos cognitivos de aprendizaje. Es una metodología focalizada en el profesor, que no ayuda a construir lazos emocionales, tampoco considera los intereses de los alumnos, y tampoco ayuda a focalizar la atención (ver Adler, 1982; Aldana, 2014; Bonwell y Eison, 1991; Chickering y Gamson, 1987; Cross, 1987; Dale, 1964; Gardner, 2011; Kwan, 2018; Strauss & Fulwiler, Sutherland & Bonwell, 1996; 1989-1990; Ueltschy, 2001; Umble & Umble, 2004; ).
Nuestra Educación no es acorde con la era en la que vivimos, con el presente de nuestros alumnos, con las características y peculiaridades que presenta esta nueva Generación de Zers y, por extensión, no se halla comprometida con el futuro inmediato que espera a nuestros jóvenes, aquellos sobre los que descansa la nueva Revolución Industrial que ya está floreciendo.
Concibiendo la relación causa-efecto a la que por Ley física obedece la polaridad del estudiante-futuro trabajador y, por tanto, educación-desarrollo económico, podemos afirmar que nuestro país se halla inmerso en una crisis tecnológica y de desarrollo económico y social para con respecto los presupuestos y objetivos de sostenibilidad que dentro de este marco, el Educativo, la Unión Europea organiza y recomienda. En este sentido, los dos indicadores de la Estrategia Europa 2020 que comportan las dos tácticas/objetivos de acción en Educación se presentan: muy deficiente y suficiente.
F) DISCUSIÓN.
Existe una necesidad sempiterna que gravita en torno a cómo hacer las cosas, en torno al know-how (Zabalza, 2010). En este sentido, se presentan como enriquecedoras las proposiciones que Cabero, Gallego, Martínez y Monedero (2013) recomiendan: (1) la necesidad de investigar en nuestra Educación, en nuestras aulas, qué de aquello que promueve la Ciencia y Política cobra vida en las mismas, esto es: ponerle números, hacer estadísticas que afloren la realidad de nuestro compromiso para con las medidas políticas que en materia educativa se promueven y proponen, revelando así qué es lo que se hace en clase; y, por otra parte, (2) procurar ser adaptables, flexibles, acoger la innovación desde la creatividad y originalidad propias que todos sabemos que albergamos como profesionales de la Educación, sin dejarse llevar por las modas que se suceden en psicología cognitiva. Esto es, unas veces unas metodologías son válidas o más eficientes para ciertas actividades, otras veces lo son otras. Procurar la objetividad, por consiguiente.
Otra posibilidad que se presenta constructiva y positiva para ayudar a avanzar a nuestro Sistema Educativo la podemos encontrar en el benchmarking. Esto es, analizar y adaptar en nuestro Sistema aquellas medidas y maneras de hacer las cosas que funcionan en otros Sistemas, si bien, hace de ellos Economías líderes.
Siguiendo esta línea, y de acuerdo a la experiencia personal, la Educación Británica está focalizada en la motivación de los alumnos, la metodología activa, el trabajo en pares y la cooperación. Para ello se sirven de un nivel de concreción curricular adicional, al que podríamos denominar – por asimilación – Cuarto Nivel de Concreción Curricular. En el mismo, programan la actividad diaria de clase, el cual es evaluado desde la auditoria interna del Centro. Un nuevo rol en Educación encargado de supervisar y controlar que la acción docente en el aula casa con las proposiciones de su política educativa y, por ende, las del Centro.
En adición, la figura contractual del trabajador es la de personal laboral, ya que desde la misma se ha podido comprobar que el nivel de compromiso para con la política educativa y formación recibida es más que suficiente para velar por el trabajo bien hecho. Para la motivación y compensación del trabajo del educador, éste recibe bonificaciones por la formación profesional en que es instruido en el propio Centro u otra institución. Formación profesional que recibe a través de lo que denominan: “Induction”.

Pensando en cómo trazar un camino para el futuro que espera a mi niño. Con amor, mamá.

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