Categoría: Economía

Hoy somos….¡CRÍTICOS!

La educación es la llave para abrir la puerta de oro de la libertad.

George Washington Carver

Para comprender el alcance de este artículo, el cual versa sobre: (a) el pensamiento crítico y su reflejo o no en la educación pública, (b) los intereses en promover este pensamiento y contraponerlos con nuestra realidad e historia, (c) observar aquellos valores que se transmiten en la Educación y (d) hacer observable el distanciamiento en la Educación desde la estratificación social o «clasismo»; importante se hace valernos de una fértil herramienta para su ejercicio y desarrollo: la poesía.

La poesía, en tanto cobra sentido en su interpretación y entendimiento, va a resultar ser un enriquecedor vehículo para conducirnos en el cuestionamiento reiterado y, de esta manera, traer a la superficie aquello que, simbólicamente, queda oculto en el texto. Algo que, de contraponerlo con la realidad que nos ocupa y rodea, por analogía nos devolverá la hermenéutica del mundo en que vivimos.

En este sentido, alcanzaremos a preguntarnos: ¿procurará silenciar nuestro Sistema, hoy día, a aquellas personas que promueven el sentido crítico de las cosas, afloran la disonancia entre la normatividad y deseabilidad del sistema y las realidades social, económica y ambiental? o, por el contrario, ¿serían personas a las que, dada su contribución ética y moral – además de económica y social – , les concedería el Sistema un trato digno, justo y rayano con lo especial? Promoviéndose tanta participación y democracia…¿terminarán siendo ambas un mero espejismo?

Buceando en el mar de la vida revelaremos el conocimiento de aquello que queda sumergido y oculto bajo la expectativa de una afirmativa respuesta. Esto no es sino traer a la luz conocimiento, y está en la luz de nuestro pensamiento: en nuestra claridad mental. ¿Cuál será el súper poder del pensamiento crítico?, ¿cómo se logrará?

Vamos a parir el conocimiento del mismo y lo vamos a hacer conducidos desde el ejercicio práctico de la interpretación y análisis de la poesía. Para ello, vamos a abordar este crucero explorando una anécdota de infancia y un ejercicio universitario propio. Siendo de un calado tan emocional y personal todo el trabajo que se acerca, y habiendo sido la poesía tan importante y crucial en mi vida, ello resulta curioso y efectivo para dilucidar ese poder crítico con que la poesía nos dota.

Por el momento, vayamos al turrón: he aquí una anécdota de infancia para una hermenéutica agudizada al término de este artículo. Luego, de ser agua, bébeme hasta el final – te diría el mismo-.

A. Una anécdota de infancia.

 VIII. EL REINO PERDIDO (en otras versiones clasificado como Poema I) 

Las huestes de Don Rodrigo
desmayaban y huían
cuando en la octava batalla
sus enemigos vencían.

Rodrigo deja las tiendas (05)
y del real se salía,
solo va el desventurado,
sin ninguna compañía;
el caballo de cansado
ya moverse no podía, (10)
camina por donde quiere
sin que él le estorbe la vía.

El rey va tan desmayado
que sentido no tenía;
muerto va de sed y hambre, (15)
de verle era gran mancilla;
iba tan tinto de sangre
que una brasa parecía.

Las armas lleva abolladas,
que eran de gran pedrería; (20)
la espada lleva hecha sierra
de los golpes que tenía;
el almete de abollado
en la cabeza se hundía;
la cara llevaba hinchada (25)
del trabajo que sufría.

Subiose encima de un cerro
el más alto que veía
desde allí mira sus banderas,
y estandartes que tenía, (30)
cómo están todos pisados
que la tierra los cubría;
mira por los capitanes
que ninguno parescía.

Mira el campo tinto en sangre (35)
la cual arroyos corría.
El triste de ver acuesto
que gran mancilla en si tenía,
llorando de los sus ojos
de esta manera decía: (40)

"Ayer era Rey de España,
hoy no lo soy de una vía,
ayer tenía criados
y gente que me servía;
hoy no tengo ni una almena (45)
que pueda decir que es mía.
¡Desdichada fue la hora,
desdichado fue aquel día
en que nací y heredé
tan grande señoría; (50)
pues lo había de perder
todo junto y en día!
¡Oh, muerte!
¿por qué no vienes
y te llevas este alma mía? (55)
Pues, este cuerpo mezquino
te lo agradecería".

Romancero Viejo (o Romancero Español o Romancero Viejo Español)

Fui muy torpe en hablar, según me han dicho mis padres, pensaban que era «muarra» porque no lograba decir una palabra entendible para los tres años. Sin embargo, para esa edad, viendo a mi hermana mayor con sus tareas de párvulos, me fascinó eso de sentarme en una silla sobre otra para lograr alcanzar la mesa y, así, ponerme a hacer el copiado de todo aquello que veía.

Me fascinó eso de aprender. Entretanto me enseñaba mi madre a leer, aprendía, a la vez, la grafía de las letras. En poco tiempo, terminé leyendo, escribiendo y hablando. ¡Todo un hito personal! Pero como para no terminar siendo un hito, mi padre al repasar nuestras tareas se irritaba con los atranques y al final «me cundió más que quemar broza».

Para ese momento, me fascinaba una cartilla, escribir, leer y todo aquello que advirtiera relacionado. Según mis padres, solía despertarme muy temprano – sobre las cinco de la mañana o antes – y, en mi emoción e inquietud, me iba al salón de mi casa. Encendía la luz y empezaba a abrir y cerrar cajones buscando el material – no era consciente de que ocasionaba molestias – ; de esta manera, despertaba a mis padres.

Tengo el vago recuerdo de ver a mi madre aparecer de repente en el pasillo, claro que ella revive la escena y me vivifica el diálogo y el panorama: «¡Vero!, ¿qué estás haciendo?» – con la cara adormecida -, «¡venga, chiquilla, acuéstate ya, anda!» A lo que me negaba sin palabras, dando un paso atrás…y miraba con tanta ternura y encanto que terminaba mi madre diciéndome, algo así como: «bueno, pero no hagas más ruido, no abras más cajones…¿no ves que nos vas a despertar a todos?»

De mayor, cuando se ha recordado esta anécdota tan usual en mis costumbres de infancia, me han hecho saber que, al volver a su dormitorio, se reían de las cosas que tenía.

Por aquel entonces, para cuando tenía cuatro años, iba con mi madre al bar de mi abuelo Pepe. Ella se encargaba de ayudar en limpiar y dejarlo todo preparado en la cocina para el día siguiente. Unas tareas que hacía en las ausencias de mi abuela María y mi tía Paquita, quienes subían a pasar alguna pequeña temporada invernal en Asturias – región donde vive gran parte de mi familia paterna, hoy día- .

Entretanto acondionaba mi madre todo, me fue enseñando a mejorar mi lectura y a aprender a recitar poemas del Viejo Romancero. El primero de ellos fue «Fontefrida, Fontefrida»; sin embargo, terminó resultándome corto. Así que, nos aventuramos a aprender el Poema VIII, el de «El Reino Perdido». Al menos, así es como aparece clasificado en el libro de casa.

Desde ese entonces, he sentido siempre fascinación por la poesía y la literatura. En EGB, recuerdo que en séptimo curso apareció un nuevo proyecto educativo: «Poetas en el Aula», al que nos unió Doña Rosa Baena, nuestra profesora de lengua, tutora y directora del Centro – la mejor maestra que he tenido jamás: maravillosa y muy humana – . Eso de los certámenes, me encantó; y sacar a flote la capacidad expresiva del lenguaje lírico, me enamoró. Ponerme yo a escribir poemas es algo que he vivenciado en la música; también he sido cantante y no he podido evitar hacer mis propias letras y canciones. Es algo que me encanta.

Para cuando redacté este artículo, quise recordar ese poema que me enseñó mi madre, el cual recitamos ocasionalmente. Supongo que hacerlo juntas nos ayuda en las pequeñas lagunas de versos que podamos tener; de hecho, al procurar escribirlo de memoria he olvidado algunos versos, los cuales he ido a buscar.

Revivir este poema es revivir, además de mi infancia y recuerdos, la importancia de la poesía en nuestra Educación. Generalmente, a la poesía se la asocia con cierta debilidad y sensiblería, catalogándola, peyorativamente, de algo que «para nada sirve«. Cuando, precisamente, es la cuna, no solo de la más elevada destreza lingüística y expresiva, sino de la interpretación de figuras y recursos estilísticos portadores de todo un intenso simbolismo que nos ayudan a agudizar el ingenio, a ser sagaces y, consecuentemente, a madurar nuestro pensamiento crítico.

De considerar la capacidad interpretativa que nos proporciona la literatura y, en especial, la poesía, un acierto sería acercar el análisis de un video y canción para la intención, en parte, de este artículo: analizar la evolución de nuestro sistema educativo, su conexión con nuestro presente y aquellos valores que verdaderamente se promueven para el crecimiento y avance social y económico de nuestros días. ¿Se incluirá la poesía?

B. Una expresión práctica de las destrezas lingüísticas y literarias.

Siguiendo esta línea, volver la mirada a mi pasado reciente puede proveerme una expresión práctica de aquello que vengo a afirmar. De esta manera:

«Another brick in the wall» es una canción que va más allá de la crítica al sistema educativo de los años 50, los que correspondieron a su compositor, Roger Waters. Concretamente, su autor evoca el trauma de niñez que sufrió tras la muerte de su padre; momento que sintetiza como «un ladrillo en la pared». Su primer gran trauma.

Con cada una de sus experiencias traumáticas crea un muro, un muro que lo proteja. Posiblemente, en su propia visión de protección o burbuja que hace, utiliza un muro, como los muros de guerra donde murió su padre (Segunda Guerra Mundial).

Estos «ladrillos« (traumas) también representan a cada uno de los alumnos y los contextualiza en la escuela, donde reciben: oscuro sarcasmo – como menciona la letra de esta canción -, la pretensión del control moral y ético del sistema y una disciplina draconiana. Y donde conviven con profesores preocupados sólo en adoctrinar e insuflar más que obediencia. Características propias del paradigma tradicional, cuyo objetivo último es transmitir un conocimiento reglado, dentro de un sistema severo que no deja espacio para la creatividad, la autorrealización o la autonomía. Un sistema que opaca la motivación y el entusiasmo. Todo esto queda sintetizado en el minuto 1:48 de esta otra versión de la canción (…), donde escuchamos: «Repeat after me:..» (repite después de mí), después de haber ridiculizado al alumno por escribir poesía.

Vemos los niños desfilar como zombies a la trituradora: adoctrinados a los que se les castra la imaginación y la creatividad, y se les amolda a las directrices de un sistema controlador que, tomando la cadena de valor de Porter (1985) como referencia, nos hace productos «commodities»no diferenciados dentro de una cadena de producción.

Por eso: «¡Hey! ¡Profesores! ¡Dejad a los niños en paz!» . Como viene a decir Perez, (1999), dejad que aprendan a vivir y a ser. No solo a conocer y hacer (Delors et al., 1996) – en este sentido, cabe preguntarnos cómo se conoce y sabe en España, país a la cabeza en abandono escolar en la Unión Europea como más tarde analizaremos -.

Y, ¿qué sucede con el muro? Lamentablemente, entre todos van configurando ese muro que no les deja ver más allá, el muro del conformismo. Un muro que los separa de la autorrealización. Que los separa del «puding«.

Esta hermenéutica no es sino la interpretación de la canción y video de Pink Floyd: «Another brick in the wall» (¿veis que fascinante es el análisis propio de la «literatura» de la letra y video de esta reconocida canción?). Fue un trabajo realizado para una asignatura del primer trimestre, «Sociedad y Familia», del Máster del Profesorado que cursé en el año académico 2017-2018. Un trabajo, como podemos apreciar, que se enfoca en el pensamiento crítico y la hermenéutica y bien nos puede valer para hacer una crítica objetiva tanto a nuestro actual sistema como a esta nueva normalidad que se nos presenta para la Educación.

¿Qué quiere dar solución este análisis crítico? ¿Qué es aquello que nos transmite Pink Floyd en su canción y vídeo?, ¿qué quieren decir su letra y cada una de las secuencias del video? ¿Cuál es la transcendencia de su temática para la fecha en que fue compuesto y grabado este tema así como para la actual? ¿Por qué habrá sido una canción tomada como bandera para promover una educación integral, equitativa y transcendental para la vida de las personas? ¿Por qué la educación, según Nelson Mandela, será la mejor de las armas para cambiar el mundo?

Volviendo al sentido del análisis propuesto para «Another Brick in the Wall», se hace observable la importancia de la literatura y su temática lírica. Los recursos estilísticos utilizados en el lenguaje poético se transmutan en apreciaciones simbólicas en las imágenes del vídeo y, desde el entendimiento que nos proporciona esa plasticidad literaria del poema, podemos alcanzar un conocimiento más profundo de aquello que se nos presenta ante los ojos. Éste sería el sentido crítico que nos proporciona la métrica y el análisis literario para transmutarlo en la simbología del propio vídeo.

Ridiculizar al alumno por escribir poesía va más allá de ensordecer la sensibilidad de hacer sonar, con ritmo, las palabras; como podemos apreciar. Si la métrica, los recursos y la hermenéutica que lleva envuelta la poesía nos transmiten la enseñanza de ser un vehículo para ese «sentido crítico» que, en apariencia, espera de nosotros nuestro actual sistema educativo, ¿opacar esta sensibilidad y capacidad lingüística desde el desmerecimiento y humillación tendrá por fin último alejarnos de la agudeza, ingenio y sagacidad que le son inherentes? ¿Será esto cierto hoy día? ¿Estamos en un sistema educativo que se inclina, como en antaño, hacia la élite? ¿Interesará a la élite que la población goce de ese sentido crítico que contrapone la experiencia vivida con la normatividad y deseo de aquello que se promueve?

¿Contrastar nuestra realidad con la deseabilidad del sistema nos puede conducir a apreciar la relatividad de nuestra vida dentro de esa «ley general de aparente progreso«?

C. ¿Qué es el pensamiento crítico?

El sentido crítico, como vengo definiendo desde las habilidades que lo ponen de manifiesto (agudeza del ingenio, sagacidad, contraste de información e interpretación de datos y símbolos), consiste en aquel pensamiento que, desde el proceso que involucra, tiene como objetivos: analizar, entender y evaluar la manera en la que se organizan aquellos conocimientos que se pretenden interpretar y representar en el mundo; y, en particular, las opiniones o afirmaciones que en la vida cotidiana suelen aceptarse como verdaderas (ver Kahneman, Slovic y Tversky (Eds.), 1982).

Esta última definición contrapone, en adición, el método científico delimitado dentro del campo de las heurísticas con la heurística en psicología; esto es, el atajo mental.

Con todo, un mayor entendimiento nos lo proporciona el definir de manera generalizada el concepto de «Heurística». En concreto, su definición atiende a los términos «hallar» y «descubrir». La heurística se refiere a aquellas ciencias, artes o disciplinas del descubrimiento; encaminadas, por consiguiente, en la aplicación de un método científico. En este sentido por «heurística» se entiende aquellos procedimientos, estrategias, esquematizaciones, silogismos, leyes o conclusiones sobre el conocimiento que se pretende hallar o descubrir de cualquier cosa (Wikipedia, 2021).

D. ¿Ha sido el pensamiento crítico de la ciudadanía amenazado a lo largo de nuestra historia?

Alcanzado el entendimiento de lo que el pensamiento crítico es, y habiéndonos cuestionado la importancia de la poesía – además de su ridiculización en el ejemplo propuesto – como instrumento para aflorar las destrezas de este pensamiento, bien se hace importante hacernos otras preguntas para abordar su contestación desde un pequeño marco teórico que las enmarca y arroja luz.

En este sentido, ¿seguirá nuestro sistema silenciando, hoy día, a aquellas personas que promueven el sentido crítico de las cosas, afloran la disonancia entre la normatividad y deseabilidad del sistema y las realidades social, económica y ambiental? o, por el contrario, ¿serían personas a las que, dada su contribución ética y moral – además de económica y social – , se les concedería un trato digno, justo y rayano con lo especial?

El pensamiento contracorriente no es rebelde, por el contrario, sigue su curso de pensamiento en otro sentido; aunque, acogiéndose a la propia norma, derecho y deseabilidad del Sistema establecido para todos. Por estas fundamentales razones es a contracorriente, normativo y opuesto a la rebeldía. Esto último, el pensamiento rebelde, sería la corrupción: se opone a la norma, viola el derecho, se aleja de la deseabilidad que promueve el Sistema y lo corrompe.

D.1. Jesús de Nazareth: el Salvador del mundo humillado en la Cruz.

Preguntar «si seguirá» nuestro sistema silenciando, degradando o humillando a personas que presentan un desafío al sistema, aún acogiéndose a derecho y norma y haciéndolos prevalecer – algo totalmente opuesto a la rebeldía, en tanto es sucinto a derecho – , encuentra más de un grave y transcendental antecedente: Jesucristo y Sócrates, por ejemplo.

Hablar del paso de Jesucristo por la historia se considera axiomático. Él, a quien consideramos la encarnación del Verbo en figura humana – predicha desde remotas edades -, aparece cuando la humanidad había alcanzado tal punto de materialización que no podría ser salvada a menos que el Espíritu Divino lograra manifestarse en el mundo físico. De esta manera, esa «Luz» que no había terminado de tangibilizarse en la Tierra, consigue encarnarse en Jesús de Nazareth y convertirse, así, en el Eje de la Evolución Humana (Schure, 1990, p. 9).

Con Jesús de Nazareth alcanzamos una revolución interior de valor incalculable; pues, logra cambiar la faz del mundo entero. Con Él surge una transformación de la mentalidad; una mentalidad que cabalga en una dialéctica entre: la sensibilidad y la inteligencia, la intuición y la razón. Importante se hace subrayar que, para aquel momento, prevalecía la videncia sobre la intuición y, la razón, estaba supeditada a un papel secundario: la Ciencia no era más que una hija de la Religión (Schure, 1990, p. 9).

Jesús de Nazareth es un antes y un después, su paso por la historia es tal que marca toda una «taxonomía» para la cronología de nuestros acontecimientos, de nuestra historia per se: antes de Cristo y después de Cristo.

Con Jesucristo concebimos a la Sabiduría primordial como una continuación armoniosa de esta dialéctica a la que obedece esta transformación de mentalidad. Desde este momento, el dominio del mundo material se convertirá en el objetivo de la humanidad; la razón empieza a predominar sobre el sentimiento (Schure, 1990, p. 9).

Luego, cabe preguntarnos si su presencia en la Tierra es la de enseñarnos esa transformación mental desde el equilibrio, la que nos conduce a nuestra «Luz», a nuestra «Verdad». ¿Cómo es que el ejercicio del poder, del dominio y del sometimiento de las gentes han venido creciendo, predominando la razón y alejando a las clases sociales?, ¿existe algún conocimiento que va más allá de aquello que promueven, a grandes rasgos, nuestras actuales religiones y que, sin embargo, no nos han venido a educar en él?, ¿existe un conocimiento oculto y esotérico en las enseñanzas del cual nos han alejado desde el aborregamiento?, ¿no fue dado este conocimiento para todos?, ¿es posible que si nuestra civilización hubiera crecido armónicamente, equilibrando nuestra sensibilidad (inteligencia emocional) e inteligencia, nuestra intuición y razón; nuestra civilización actual fuese verdaderamente civilizada, humana y justa?, ¿sería nuestra civilización, hoy día, armoniosa, solidaria, empática, pacífica?, ¿hubiera progresado nuestra civilización, de considerar tal equilibrio, de otra manera?

Definitivamente, ¿terminó Jesús de Nazareth por lograr aquel objetivo fundamental del que nos habla Schure? De no ser así, no haber alcanzado la humanidad tal evolución, ¿a qué podría deberse?

Desde luego que el conocimiento que nos transmite Jesús de Nazareth – cada una de sus enseñanzas a lo largo de los Evangelios- nos conduce al entendimiento de cómo autorregular nuestra conducta, cómo buscar ese equilibrio entre sensibilidad e inteligencia, intuición y razón; necesarios para conocer nuestra «Verdad», conocer que somos «Luz». Esto es, lo que en otras culturas y fes – cuestionado que también fueran conocidas por Jesucristo – se conoce como iluminación o despertar de la conciencia, entre otros (ver Schure, 1990; Tolle, 2001).

¿Podemos apreciar que fue silenciado? ¡Silenciado no!, podemos apreciar, de leer los Evangelios, que fue injustamente torturado y le propiciaron la más humillante de las muertes a condenados en su tiempo: la crucificción.

D.2. Sócrates: el error, la mayeútica y el despertar de la conciencia.

El paso de Sócrates por la historia es tal que supone un cero absoluto en el eje de cartesianas de la filosofía occidental. Es la figura filosófica que marca un antes y un después en el pensamiento «griego«. Precisamente se debe a concebir el pensamiento filosófico desde el prisma de la moral; además de su método, el cuál es la esencia del pensamiento crítico y su método científico. Este método es una heurística que nos conduce a contraponer ideas – incluso las ignoradas o el error-, cuestionarlas reiteradamente y, así, alcanzar a dar a luz el conocimiento de las cosas (ver Segura (Ed.), 2017).

Preguntarnos si la poesía habrá sido importante en el pensamiento de Sócrates, posiblemente nos conduzca a una respuesta afirmativa. Pues, Sócrates era capaz de recitar al completo toda la obra en verso de Esopo, un gran fabulista de la Antigua Grecia, semilegendario, caracterizado por su agudeza, brillantez y sagacidad; habilidades con que impregnaba cada una de las reflexiones y enseñanzas que transmitía en sus fábulas (ver Segura (Ed.), 2017, Wikipedia 2020A). Una muy interesante, precursora de la disonancia cognitiva, la encontramos en la Zorra y las uvas.

La transcendencia de la sagacidad, el ingenio y la agudeza que transmite el lenguaje lírico es fácilmente apreciable en las destrezas hermenéuticas y su conexión con la realidad. Son habilidades propias que conducen y, a su vez, son vehículo del cuestionamiento de las cosas. De esta forma, presentándose tan axiomático que cada uno de nosotros no puede saltar fuera de su propia sombra, fácil es comprender que somos una parte de aquello que encontramos en nuestro camino. Luego, ¿sería importante la instrucción previa recibida en Sócrates para el desarrollo de su método? Obviamente, sí.

Por su parte, la importancia de su método reside en la aplicación práctica que nos ofrece desde su pensamiento moral (ver Segura (Ed.), 2017). Como podemos apreciar, este alcance es análogo al de la intención de la obra de Esopo: fábulas para el sentido de la moral y de la justicia, fábulas para hacer pensar (Wikipedia, 2020A).

Siguiendo esta línea, en el ejercicio del método socrático pretendemos el conocimiento, no solo de cualquier cosa, sino fundamentalmente de uno mismo, junto al autodominio que lleva aparejado la autoexploración y el autoconocimiento, nos permiten restaurar la relación entre el ser humano (microcosmos en filosofía oriental) y la naturaleza (medio ambiente, espiritual – macrocosmos en filosofía oriental-). Luego, su método dialéctico y su mayéutica están encaminados en esta nueva cosmovisión: el razonamiento moral. Aquel razonamiento que, a través de su método, nos devuelve una ciencia que busca el interior del ser humano (ver Segura (Ed.), 2017).

nosce te ipsum (conócete a tí mismo y conocerás el Universo y a los dioses – el despertar de la conciencia – ).

Inscripción del frontispicio del Templo de Apolo – Delfos -.

Pues bien, siendo un hombre de bien que promocionaba el desarrollo de la virtud de la persona: su misericordia, bondad, belleza, fortaleza y sentidos de la justicia y de la moral; fue silenciado por el Sistema con una condena de muerte.

Sócrates murió envenenado con cicuta porque «corrompía» a la juventud con su pensamiento. Esto es, los conducía a tener pensamiento crítico, a ser reflexivos, a autoexplorarse, tener autodominio y ser personas con valores éticos y con sentidos de la justicia y de la moral. Pero, esto no interesaba a la élite, con lo que se lavaron las manos – como precursores de Pilatos – subrayándose en que se oponía a la doctrina y creencias de culto a los dioses atenienses: Sócrates cuestionaba la verdad de su mito como conocimiento sobre el que erigir toda una Creación y promocionar una forma de vida ética y con sentidos de la justicia y de la moral (ver Segura (Ed.), 2017; Wikipedia, 2020).

veritas filia temporis

Aforismo latino

Dicen que la verdad es hija del tiempo. En este sentido, el tiempo nos ha devuelto, en la figura de Sócrates, un pensador prominente, totalmente contracorriente, que se acoge a la norma y la lleva más allá: al bienestar de las gentes desde el desarrollo y cultivo de su virtud, de su moral.

El tiempo nos ha sacado a flote una gran verdad: el Sistema económico y social del momento de Sócrates silenció la posibilidad de diseminar una manera con la que hacer, a la ciudadanía, personas con sentido crítico. Personas que observan las cosas, su expresión práctica y se cuestionan si verdaderamente son dadoras de la certeza que promueven o, por el contrario, la corrompen.

E. El Método Socrático.

E.1. Sócrates en la Escuela.

No menos importante es acercar la visión educativa de este método. Desde las perspectivas de la psicología cognitiva y de la pedagogía, en el método socrático – idea ignorada o error y/o mayéutica – encontramos toda una metodología didáctica con la que hacer alcanzable, no solo ese pensamiento crítico que se promueve en nuestra actual legislación educativa, sino también: «ayudar a construir modelos mentales funcionales dotados de poder predictivo y explicativo que ayudan a la construcción de aprendizajes significativos; como metodología activa, involucra un proceso interpretativo que permite comprender la realidad, confiriéndole el carácter de  actividad constructiva. Igualmente, favorece la relación interpersonal entre maestro y discípulo, así como con el grupo, lo que permite una mayor socialización, además de conferir el efecto catalizador que procura la emoción en el aprendizaje. Sin olvidar que esta metodología metacognitiva ayuda a desarrollar la reflexión, el pensamiento deductivo e inductivo, la solución de problemas, el planteamiento de hipótesis, entre otros,  lo que deriva en una mayor actividad cerebral, que como ha sido probado, procura su mayor desarrollo y favorece la inteligencia». (García-Melero, 2018).

E.2. La Mayeútica: la quintaesencia de la Universidad de Harvard.

De preguntarnos por su aplicación práctica en nuestra actual educación, en primer lugar cabe señalar la educación elitista; como lo es la Universidad de Harvard – la primera posicionada en el mundo en el ranking de Shanghái 2019 para la calidad y excelencia educativa -. (El País, (Ed.), 2019). En esta Universidad el método socrático ocupa un lugar preeminente, siendo la quintaesencia de su sistema pedagógico (ver Donham, 1922, citado por García-Melero, 2018).

De considerar un apunte histórico sobre la aplicación del método científico desde el que aflorar la importancia del método socrático en esta Universidad, Donham (1922) bucea en las anécdotas e intenciones educativas de la Universidad de Harvard y nos acerca que «Christopher Langdell, desarrolló en 1870 el método de casos más antiguo conocido. De acuerdo a este mismo autor, por aquel año Langdell era el nuevo decano de la Harvard Law School (HLS) y procedió a abordar su clase desde el método socrático debatiendo un caso que sus alumnos posteriormente deberían producir y dar solución. Su éxito fue tal, que en 1920 la escuela de negocios, Harvard Business School (HBS) introdujo en la asignatura de marketing el método del caso en 1920. Posteriormente, se fueron sucediendo otras de sus escuelas» (García-Melero, 2018).

En adición, Donham, en su trabajo, explica que el objetivo principal es que los estudiantes aprendan por sí mismos, a través de procesos de pensamiento independiente, desarrollando la capacidad de usar sus conocimientos y habilidades, construyendo nuevos significados desde aprendizajes anteriores. Ya que, según este autor, los conocimientos sin la capacidad de ponerlos en práctica no son útiles, además de que la habilidad no alentada continuamente por nuevos conocimientos convierte en rutina a cualquier actividad (García-Melero, 2018).

E.3. Posibilidades del Método Socrático.

Como podemos apreciar, el Método Socrático en su conjunto – así como aquella intención moral para la que lo trajo a luz Sócrates: la de conducirnos a nuestra realización, al despertar de nuestra conciencia – , es todo un método didáctico y también pedagógico que cumple, más que sobradamente, tanto las intenciones educativas de nuestra legislación, como las recomendaciones de instituciones y organizaciones internacionales para tal fin y para el progreso científico que promueven. Considerando como tales:

(a) la ruptura del distanciamiento entre profesor y alumno, (b) la promoción de la socialización en clase, (c) la focalización de la atención en el alumno, (d) la capacidad de procurar la emoción como catalizadora del aprendizaje, (e) la facilidad para trabajar la cooperación y el trabajo en pares, (f) la posibilidad que brinda para promover metodologías metacognitivas que, por igual, ayuden a: (g) desarrollar la reflexión, (h) el pensamiento deductivo e inductivo, (i) la solución de problemas, (j) el planteamiento de hipótesis, (k) la creatividad; esto es, aquello que comporta el desarrollo de nuestro pensamiento crítico desde la aplicación de (l) las heurísticas como mediadoras para potenciar las destrezas lógico-matemáticas transferidas desde el desarrollo de las destrezas lingüísticas; (m) la construcción de aprendizajes significativos (ver Chickering y Gamson, 1987; Dumont, Instance y Benavides, (OCDE Eds.) 2010; Libro Verde de la Comisión, 2003; LOMCE, 2013; Real Decreto 1105 Currículo básico de ESO y Bachillerato, 2014; Resolución del Parlamento Europeo y del Consejo, 2006; todos citados por García-Melero, 2018).

F. El Pensamiento Crítico en la Ciudadanía: ¿nuestra Educación lo promueve o lo castra?

Locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes

Albert Einstein

Existe una diferencia formal y profunda entre los modelos pedagógicos que, en esencia, dilucida nuestra Comunidad Educativa para el progreso y mejora de nuestra educación, y aquellos otros modelos que, en existencia, prevalecen en el aula. En este sentido, existe una disonancia entre lo que las recomendaciones y orientaciones del grueso de nuestra actual legislación y Comunidad Científica proponen para la mejora de la calidad de nuestra educación y aquello que verdaderamente cobra vida en las aulas.

De considerar el reflejo de la calidad de la educación en la ciudadanía: el Informe de la UNESCO, visto como la fuerza de empuje de los propósitos educativos de la educación mundial, direcciona la intención educativa hacia la autonomía del aprendizaje, hacia el aprender a aprender, intensificando el sentido de la responsabilidad y de la solidaridad (Delors et al., 1996). Sin embargo, nuestro sistema educativo es parco en dar a luz una ciudadanía emprendedora y activa. En este sentido, Domínguez y Molina (2012) advierten de la necesidad de contar con una población crítica, informada y cualificada, que sea capaz de emprender proyectos y gestionarlos; lo que requiere de una implicación coherente de las autoridades educativas.

Por otra parte, en relación al perfil del trabajador que demanda el mercado laboral, Robins (1996) recuerda la necesidad de acercar los contenidos y competencias clave en que son instruidas las personas a la realidad empresarial. Como subraya este autor, y no pudiendo olvidar en última instancia que el aprendizaje adquirido en los centros ha de perfilar al futuro trabajador y/o emprendedor, el grado de competencias y habilidades del perfil del alumno se presenta muy alejado de lo que empresas y organizaciones demandan en sus trabajadores. 

Si la intención de nuestra Educación es la de formarnos para nuestro futuro mercado laboral, ¿cómo de bien lo está haciendo la Educación Española? Lamentablemente, contamos con la Educación más triste de la Comunidad Europea, «nos hayamos considerablemente alejados de las previsiones políticas educativas europeas, en tanto nuestro país se presenta como aquel con mayores tasas de abandono escolar, así como un nivel de formación superior medio en la población bastante suficiente, además de alejado del de aquellos países vecinos más desarrollados – en contraposición a la mitificación de la creencia popular de la sobrecualificación de la población española –» (ver OCDE (Ed.), 2018).

En este sentido – profundicemos un poco más – , cuatro años después de la apreciación de Robins, esto es, en el 2000: «el Consejo Europeo fijó en Lisboa la estrategia educativa europea: «Convertir Europa en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con más cohesión social» (Marina 2018).

Sin embargo, ¿qué es lo que ha sucedido? Descaradamente apreciamos una doble moral en el Sistema, si bien el Informe de la UNESCO direcciona las intenciones de políticas educativas hacia la autonomía del aprendizaje, hacia el aprender a aprender, intensificando el sentido de la responsabilidad y de la solidaridad (Delors et al., 1996); y, por otra parte, el compromiso Europeo se pronuncia con una economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con más cohesión social» (Marina, 2018) – algo a lo que ayudaría enormemente el Método Socrático como hemos podido comprobar, quintaesencia de la educación de la élite -; definitivamente esa normatividad y deseabilidad es totalmente ignorada desde el propio ejercicio práctico de la legislación y organización del sistema educativo europeo.

Para que comprendan mejor la intención manifiesta del Sistema Educativo; si bien desde la LOMCE nos especifican siete competencias como las que siguen: 1. Competencia en comunicación lingüística. 2. Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología. 3. Competencia digital. 4. Aprender a aprender. 5. Competencias sociales y cívicas. 6. Sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor. 7. Conciencia y expresiones culturales – preciosas en apariencia -, también nos castran la manera en la que conseguirlas. En este sentido, «la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaria, preocupada por el influjo de las ‘fake news’ y de las redes sociales, ha pedido a educadores, padres y gobernantes que fomenten el pensamiento crítico de los jóvenes para ayudarles a tomar decisiones informadas» (Marina, 2018). Pero, ¿qué es lo que nos encontramos? Nos encontramos que «la única asignatura que tiene como objetivo específico desarrollar esa competencia, que es la Filosofía, ha sido eliminada de la Enseñanza Secundaria Obligatoria, y reducida en el Bachillerato» (Marina, 2018).

Podemos apreciar con nitidez que la implicación coherente de las instituciones educativas con los propósitos educativos en los que ha de instruir al futuro trabajador y en los que ha de acomodar su acción, difiere de lo que se espera desde la normatividad y recomendación institucional, así como de lo que dilucida la ciencia.

De considerar un repaso al pensamiento crítico, aquello que nos ha traído hoy aquí, ya hemos podido apreciar la importancia y «transcendencia» del Método Socrático y de las enseñanzas de Jesús de Nazareth. No solo nos ayudan a desarrollar nuestra inteligencia emocional, autorregular nuestra conducta y, por supuesto, el pensamiento crítico; sino que, adicionalmente, el Método Socrático es la quintaesencia de la Universidad mejor posicionada internacionalmente y sobre la figura de Jesús de Nazareth se ha edificado todo un imperio de religiones «cristianas». ¿Habrá alguna intención manifiesta de «silenciar» la promoción del pensamiento crítico en nuestra ciudadanía?, ¿sería ésta la razón definitiva por la que «silenciaron» a Sócrates y a Jesús de Nazareth? ¿Me querrían silenciar a mi por promover el pensamiento crítico, por ejemplo?

Para este hoy, 2018, tenemos a la vicepresidenta del Gobierno abogando por maneras con las que fomentar el pensamiento crítico, maneras con las que no «aborregarnos«, aunque simplemente sea para discernir qué es «fake» de lo que no lo es. De buscar más y más información, de irnos a 2010, por ejemplo, tenemos a Pedro Rascón, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), quien nos subraya rotundamente que «el cambio social de nuestra era aún no ha sido trasladado a la escuela» (Rius, 2010).

¿Hemos de seguir buscando más apuntes al respecto? Personalmente, no concibo nada más interesante para poner la guindilla a este artículo – tan emocional para mí – que ponerme en las palabras de Leonardo da Jandra. Un filósofo excepcional al que espero leer mucho.

G. Leonardo da Jandra: la opinión de un gran filósofo sobre cómo nuestro Sistema castra el pensamiento crítico.

Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo, lo que hace falta es cambiarlo.

Leonardo Da Jandra, escritor y filósofo mejicano.

Hoy día, estoy convencida de que, en tanto se promueve la contribución personal de la ciudadanía en aquellos objetivos económicos y sociales para el desarrollo sostenible que se espera y, por otra parte, los Organismos e Instituciones Educativas – nacionales y supranacionales – insisten en la necesidad de contar con una población autónoma en su aprendizaje y con un elevado sentido crítico y de la responsabilidad; estas personas que afloran las vicisitudes del sistema, promoviendo cambios desde nuevas apreciaciones y/o fórmulas, han de contar con el propio respaldo y apoyo de las gentes y gobiernos. ¿Tendría sentido, entonces, promover una cosa para luego castigarla? No creo, a no ser que todo sea un espejismo, ¿verdad?

Al menos, considero que es un gesto loable, inteligente y, por igual, participativo y solidario con la sociedad, eso de promover el sentido crítico constructivo. Porque, malhablar es algo carente de honra y madurez; mas, alinearte con la deseabilidad, principios y normas del sistema político, económico, social y educativo global para promover críticas constructivas – basadas en el método científico – desde las que sacar a flote vicisitudes y, a su vez, promover alternativas, es algo honroso.

En este sentido, importante se hace subrayar el pensamiento cosmocentrista que promueve el profesor y filósofo Leonardo da Jandra, quien viene a cuestionar aquella intención educativa de nuestro sistema actual.

En «Lecturas Sumergidas», Emma Rodríguez (2014) nos acerca un trabajo fascinante: «Leonardo da Jandra: “La ética, no la libertad, debe ser lo primero”». La riqueza de este trabajo es tal que, sobradamente, traspasa las expectativas de la intención primera que buscaba para aflorar el pensamiento de da Jandra. Así, a continuación se hace una selección de aquellas partes de su ensayo que traen a la luz aquellas vicisitudes que éste filósofo y escritor ha explorado y encontrado en nuestro actual Sistema – más allá de lo educativo – social, político, económico y ambiental.

De acuerdo a Rodríguez (2014) Leonardo da Jandra es un escritor y filósofo mexicano de esos «contracorriente», de esos que transmiten un mensaje con fuerza y se hace eco; muy a pesar de los «outsiders» y medios oficiales, quienes, generalmente, se muestran ajenos a aquel pensamiento que no es copia de lo que promueve «la tendencia». Este escritor y filósofo se aleja de «la tendencia», tanto, que hasta decide mudarse, junto a su mujer, lejos del mundanal ruído. Con todo, su obra, «Filosofía para desencantados», nos acerca una visión amplia de nuestro paradigma actual y la necesidad que surge de ir transmutándolo hacia nuevas formas.

Si en palabras de Kuhn (1972) la efectividad de la investigación bajo un paradigma se perpetua en tanto éste se retroalimenta, desde el ejercicio del método, en la experiencia que lo conduce a ir reciclándose con nuevos cambios, da Jandra nos va a acercar esa necesidad de cambio que descansa, fundamentalmente, en el sentido de la ética en la ciudadanía.

En este sentido, ¿abremos de dar un salto «cuántico» per se? Esto es, ¿habremos de volver a plantearnos un paradigma más primitivo y cosmocentrista de manera tal que nos permita aunar nuestra razón y lógica con nuestra intuición, emoción y sensibilidad humanas?, ¿habrá de prevalecer en nuestra sociedad un hemisferio sobre otro, o habrán de venir, otra vez, en su versión primigenia: unidos y de la mano?, ¿aquel equilibrio entre sensibilidad e inteligencia, entre intuición y razón que nos acerca Jesús de Nazareth para alcanzar nuestra «Luz», nuestra «Verdad», será el verdadero propósito, no solo para la realización del ser humano, sino para la realización de una vida focalizada en el aprendizaje y la evolución y en armonía con nuestra naturaleza ambiental?, ¿será la proposición de Jesús de Nazareth similar a aquella que, en Occidente, promovió Sócrates cuatro siglos antes?, ¿serán las proposiciones de Jesús de Nazareth y de Sócrates aquellas que promueven vetustas filosofías orientales, centradas en el respeto de la naturaleza y en el equilibrio del ser?, ¿será de extrañar que la vida contemplativa de los monjes de Shaolín sea un mundo aparte, en el «Universo» Tibet?

Actualmente, considerando la nueva situación que se nos presenta – ese nuevo cambio de vida que se vaticina- bien puede valernos para apreciar cómo es que, aún hoy, nuestros sistema parece devolver más que ladrillos para un muro que nos separa de nuestra realización, que nos doblega en el conformismo infeliz.

De acuerdo a la información que nos revela Rodríguez (2014), «hoy, en la sociedad del consumo y de la tecnología, habitar en medio de la naturaleza salvaje, funciona como un estímulo para ir a la obra, para abrir las páginas de una entrega que nos atrapa con su carga de crítica a las sociedades actuales, una crítica que para nada se queda ahí, en el mero grito, en el descontento, sino que funciona como punto de partida para plantear el ideal de un mundo que “sin dejar de ser racional y pragmático sea al mismo tiempo moral y espiritual.”

Podemos apreciar como se funde esa intención que se promueve desde este artículo: la de la necesidad de trabajar nuestro pensamiento crítico y la de poner al alcance de la ciudadanía métodos filosóficos que nos ayuden a reflexionar y hacer críticas constructivas; amén de toda su contribución positiva en el buen desempeño de nuestras «competencias clave».

Siguiendo esta línea, el plantear el ideal de un mundo que «sin dejar de ser racional y pragmático sea al mismo tiempo moral y espiritual« es «un objetivo inconcebible sin la mediación de la filosofía, filosofía que debe volver a los espacios públicos y que debe atreverse, una y otra vez, a “poner el pensamiento cabeza abajo (Rodríguez, 2014).

Sin embargo, vivimos en un tiempo donde se empuja la filosofía de manera, tal, que ya es solo una asignatura amoldada en «comentarios de texto estructurados» para Bachillerato – también alejada del propio ejercicio del pensamiento y reflexión desde su ejecución práctica -.

¿Por qué hasta para la asignatura de filosofía de Bachillerato se castra el pensamiento crítico y se conduce al alumno a organizar la vida y obra de un filósofo dentro de una estructura que no deja espacio más que para hacer coincidir aquella información que – dado lo que he podido trabajar con mis alumnos – viene ya orientada a cada epígrafe del comentario?, ¿no sería más reflexivo trabajar, junto al comentario de texto, la elaboración de ensayos o contraponer en un ensayo pensamientos de diferentes filósofos? Desde luego que, de considerar aquellas habilidades y destrezas, así como preferencias, que la nueva generación de Zers presenta, la elaboración y redacción de historias y ensayos es la que más fascina entre ellos. De acuerdo al análisis de investigaciones llevadas a cabo por las instituciones y organizaciones que abajo se detallan en la imagen (sobradamente más de 10.000 observaciones a escala global), el 26% de la población mundial de esta nueva Generación Z siente especial atracción hacia esta metodología.

De continuar un poco con este apunte de mi experiencia profesional, todos sabemos que ese epígrafe del comentario de texto destinado a contraponer las características del pensamiento no deja espacio, prácticamente, para la creatividad, originalidad y el desarrollo del pensamiento crítico.

Adicionalmente, todavía me estoy preguntando cómo es que los profesores de filosofía – al menos de los centros de los alumnos con los que he trabajado – no le acercan comentarios de texto redactados por ellos mismos como guía. La verdad es que es la primera vez que hacen un trabajo académico de tal madurez, habiéndose castrado la asignatura de filosofía y limitarse al bachillerato, ¿no creen que la capacidad reflexiva y madurez de los alumnos la están castrando hasta para el propio comentario que les ofrecen?

Y si considero: «¿habláis en clase de las cosas?», «¿os piden que cuestionéis lo que os explican, qué lo conectéis con el mundo exterior?»...La respuesta es el silencio y que escuchan o leen los apuntes que, con respecto a cada filósofo, les provee el profesor. ¿Estamos también en filosofía con el grave problema de la clase magistral, desplazando el propio método filosófico por alguna razón? Porque, la verdad, a mi me fascina la filosofía, si fuera licenciada de esta «maravilla», para su asignatura, y siendo quien proveyera la instrucción práctica de esta disciplina, ¡lo flipaba sola haciendo pensar a mis niños! Que por poner a pensar, pongo a pensar y a reflexionar desde las matemáticas. Algo que me ha garantizado transformaciones en mis alumnos: de muy deficientes a matriculas de honor.

Ahora, recordando a da Jandra: «¿Por qué vivimos en tiempos tan anti filosóficos?»

De acuerdo a Rodríguez (2014), estamos atravesando unos tiempos en los que «se entra en decadencia y se potencia la oralidad y la genitalidad sobre la reflexión crítica. El tiempo actual es un tiempo generalmente anti filosófico porque se busca la gratificación por encima de todo. Y aquí he de citar a los señores que yo llamo neo-fenicios, quienes tienen en sus manos el poder económico, que es ante el que ahora está supeditado el poder político».

Siguiendo este argumento, como ya venimos señalando con respecto al pensamiento crítico y la filosofía: se promueve, pero a la vez se desplaza con «sutileza» o, lo que es peor, se reduce y limita la presencia de la filosofía tan sólo a bachillerato. En este sentido, Rodríguez (2014) se pone en palabras de da Jandra y nos dice así: «Estos señores hacen un énfasis muy específico en sacar a la filosofía y a la ética de la enseñanza, porque una juventud consciente, reflexiva, crítica, es muy difícil de domesticar. Está claro que la filosofía representa el mayor obstáculo para quienes manejan todo el aparato a nivel global y, por eso mismo, para mí representa toda una garantía contra la domesticación de la conciencia».

H. Adelanto de una idea.

Alcanzado este punto, creo que ha sido más que suficiente para sacar a flote esa pretensión del Sistema con querer hacer de nosotros, los ciudadanos, meros ladrillos de un muro que nos separa del verdadero conocimiento de nuestro potencial y riqueza como humanos y como sociedad.

De considerar el pensamiento crítico per se, otro día trabajaremos las posibilidades tan grandes que brinda la enseñanza de Ciencias de Empresa y Economía para agudizar el ingenio, la creatividad, promover el desarrollo del espíritu de empresa y el sentido de la iniciativa, ser críticos y, de entre muchas otras cosas, promover el desarrollo de habilidades orientadas en la solidaridad, el liderazgo, la cooperación, el trabajo en equipo…

Importante se hace hoy recordar que es una asignatura OBLIGATORIA en aquellos países que cuentan con mejores sistemas educativos, con mejores resultado es pruebas estandarizadas de control de calidad y excelencia educativa y, por supuesto, con las economías más desarrolladas del planeta ¿por qué será?

Ahora, volviendo a la trasliteración de los términos que nos proporciona la Cadena de Valor de Michael Porter (1987), si consideramos nuestro resultado como «futuros Trabajadores» que nos devuelve a la sociedad la Cadena de Valor de nuestro actual Sistema Educativo, podemos apreciar que: como estrategia entre agentes dentro de una cadena productiva que persigue la comunicación abierta y el beneficio mutuo, creando una ventaja competitiva, definitivamente, no encaja con el «producto» de nuestra educación actual. Razón por la cual considero que sí somos fruto de una mera cadena de producción, no de la de valor.

Por último, y volviendo a la ventaja competitiva de la cadena de valor, según Bueno (1996) se genera por medio de competencias distintivas o claves, las cuales generan una «rentabilidad relativa» sobre los «rivales».

¿Por qué no la buscamos de verdad?, porque establecidas ya están.

Recordad siempre las experiencias de Sócrates y Jesús de Nazareth. Sus miradas críticas fueron tan críticas, que le cerraron los ojos. Con todo, esto es signo de que aquello que se miraba era muy verdadero.

Preferible es ser silenciados por derribar un muro para la mejor visión y alcance de todos, que guardar nuestro propio silencio ante aquello que se presenta inaceptable.

Aquí os dejo mi mirada crítica y el mensaje de que no hay nada más grande que el amor. El amor está en dar, más que en recibir. El amor es, así, libre y nace, por tanto, en el verdadero altruismo; sin esperar nada a cambio. Porque si das amor de acuerdo a aquel que recibes, entonces no es amor, es la condescendencia de la correspondencia.

Si saludáis sólo a aquellos que os saludan, ¿dónde está vuestro mérito? – vendría a decir Jesús de Nazareth -. Lao-Tsé nos diría que aquel que es abundante (grande en misericordia y virtud) es abundante con quien lo es con él y con quien no lo es. Eso es el Te de la abundancia. Igual que el de la confianza, deposita confianza en quien es de confianza contigo y en quien no lo es.

¿Creéis que, por ser crítica desde mi pensamiento, harían lo posible por apagarme la sonrisa y arrugarme la mirada?
Un beso

De esta manera, ¿es apasionado y puro el amor por promover tus ideales y pensamiento? Yo creo que sí, procura una fuerza inefable, es abundante, es de confianza y saluda a todos, sin distinciones.

Con mucho amor y Qi, a todas aquellas personas que encuentran inspiración en alguna de mis palabras.

por Verónica García-Melero

Índice

Bueno Campos, E. (1996) Organización de empresas. Madrid. Ed. Pirámide.

Chickering, A. y Gamson, Z. (1987) Seven principles for good practicce in undergraduate education. AAHE Bulletin, 39(7), 3-7.

Cowen, R. (s.f.) Los sistemas educativos europeos ¿crisis o transformación? Instituto de Educación. Universidad de Londres Recuperado de: http://www.quadernsdigitals.net/datos_web/biblioteca/l_7171/enLinea/6.pdf

Delors, J. et al. (1996) La educación encierra un tesoro. Santillana Ediciones UNESCo.

Dumont, H., Istance, D. y Benavides, F. (Eds.) (2010) The Nature of Learning: Using Research to Inspire Practice. Paris: OECD Publishing

García-Melero, V. (2018). Coreografía de metodologías didácticas basadas en la mayéutica para el desarrollo del espíritu empresarial y el pensar del empresario. Trabajo Fin de Máster. Burgos: Universidad Isabel I

Johnson-Laird, P. (1983) Mental Models. Toward a cognitive science of language, inference and consciousness, Cambridge: Harvard University Press

Kahneman, D., Slovic, P. & Tversky, A. (Eds.) (1982) Judgment under Uncertainty: Heuristics and Biases. Cambridge, UK: Cambridge University Press

Kuhn, Thomas S. (1972) [1962] La estructura de las revoluciones científicas México, D. F.: Fondo de Cultura Económica

Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa. (BOE núm. 295, de 10 de diciembre)

Libro Verde de la Comisión, de 21 de enero de 2003, titulado «El espíritu empresarial en Europa».

Marina, J. (2018) El pensamiento crítico. EL Confidencial. Recuperado el 25 de Abril de 2020 de: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/educacion/2018-02-20/el-pensamiento-critico_1524397/

OCDE (Ed.) (2018) Getting Skill Right: Spain. OCDE Publishing. Recuperado el 2 de Noviembre de 2021 de: Getting Skills Right: Spain | en | OECD

Pérez, C. (1999) Educación para la convivencia como contenido curricular: propuestas de intervención en el aula. Estudios Pedagógicos, 25, 113-130

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Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre, por el que se establece el currículo básico de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato. (BOE núm. 3, de 3 de enero)

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Rius, M. (20 febrero, 2010). Escolares sin motivación. La Vanguardia, s/p.

Robins, S. (1996). Comportamiento Organizacional. México: Prentice Hall.

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Schure, E. (1990) Tratado de Cosmogonía. Barcelona: Editorial Humanitas.

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Tolle, E. (1997) El Poder del Ahora. Una guía para la iluminación espiritual. Madrid: GAIA Ediciones, 2001

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Vídeo: Another Brick in the wall (HD) (Parts 1,2&3 Full Version). Recuperado de: https://youtu.be/DARIh0ElaxM

«Z», el Caballo de Troya.

Aquello que se agranda es porque es pequeño,

aquello que se empequeñece es porque es grande.

Lao-Tsé

Hoy, día seis de Enero, epifanía del Señor, me gustaría hacer un guiño a la infancia, con lo que me parece apropiado comenzar este artículo con alguna diminuta historia de mi propia cosecha. En este caso, no es un cuento, sino una escueta parábola basada en un chiste: La Parábola del Caballo. Enfocada en el sentido crítico, la conciencia que tenemos de las cosas y el estado de consciencia que venimos a desarrollar desde nuestra percepción personal del mundo que nos rodea.

Y dice así:

Hubo una vez en Arabia un diestro y astuto asuntista y vendedor, con una capacidad de persuasión extraordinaria. Un día se acercó con un caballo viejo a una pequeña taberna, donde procedió a recuperarse de su caminata y, también, liberarse de su viejo acompañante.

Ideó una estratagema, tal, que provocó en toda la taberna el vituperio del pobre animal. No obstante, alcanzado este objetivo, procedió a hablar las maravillas de su caballo:

«Mi viejo amigo, aquí donde lo ven, es tan viejo como vieja ha sido su instrucción y domesticación. Con solo mostrarle unos pequeños gestos o llamar su atención con pequeñas palabras, es capaz de hacer muchas de las labores que se requieren en el día a día de la casa. Por ejemplo, si le digo «eh Hierro», sabe que ha de sacar la basura al vertedero, y así lo hace. Si le digo «ssssshhh», sabe que ha de balancear al bebé en el patio exterior. Muy amablemente toma una soga que tiene instalada y procede a mecer la cunita de nuestro hijo. Cuando le levanto la mano derecha sabe que ha de llevar la cesta de los trapos a lavar a la fuente, y así lo hace. Es más, mi mujer le dice «bien, Hierro» y toma de un extremo la prenda en cuestión y la agita dentro del agua. En realidad, facilita mucho el lavado a mi señora».

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Inmediatamente el dueño de la taberna quiso hacerse del animal, ofreciéndole dos monedas de plata por él. Propuesta que desdeñó inmediatamente el asuntista. «¿Cómo te voy a vender a mi acompañante fiel y noble, con lo avispado que ha llegado a ser?, esa cantidad es una menudencia». Rápidamente, el tabernero volvió a hacer otra nueva oferta, esta vez mucho más generosa. «Te ofrezco dos monedas de oro por él, ¿Qué te parece?». En este caso el vendedor aceptó, fingiendo pesar y nostalgia hacia su caballo, y se deshizo del animal.

Un año después, el asuntista se acercó a la taberna, donde rápidamente lo asaltó el tabernero con una conversación un tanto agraviada. «Oye, ¡cómo me has podido engañar así! El caballo no atiende a mandato alguno, es flojo con avaricia y lo que se dice ayudar…todo lo contrario, es una bestia torpe y muy desordenada». A lo que le respondió el asuntista: «Desde luego que si hablas así del caballo, tú no vendes el caballo».

Como vemos, discernir la enseñanza de esta parábola es bien sencillo. Desde luego que nuestra percepción sobre las cosas va a depender directamente de la conciencia que se tenga sobre las mismas. Y la conciencia, en este ejemplo, no es sino el conocimiento personal y responsable que se tiene sobre las virtudes del caballo. Con lo que, observamos que dependiendo del conocimiento que, sobre las cosas, se tiene, así es nuestro juicio y elección. Luego, consideremos esta enseñanza para reflexionar sobre la información que acerca este artículo.

Este artículo pretende hacer un análisis del alcance democrático, medioambiental y de derechos, humanos y sociales, que conllevan los acuerdos comerciales TTIP y CETA (más abajo describimos sus acrónimos). Se contrasta la información que proporcionan diversos profesionales e investigadores sobre dichos acuerdos junto a las «virtudes» que nos acercan las instituciones de las que emanan o con las que guardan una estrecha relación. Por consiguiente, no perdamos de vista aunar las dos caras de la moneda de estos dos acuerdos. Teniendo conocimiento de sus dos caras podremos apreciar como alteran nuestro estado de consciencia, es decir, nuestra percepción y conocimiento de nuestro mundo psíquico individual y del mundo que nos rodea.

Ahora, seamos críticos, sometamos a cuestiones la realidad que nos presentan. Preguntémonos: ¿qué hay de verdad detrás de las «virtudes«, que del TTIP y del CETA, distintas instituciones nos acercan desde sus análisis?, ¿comprenden los análisis y estudios de estas instituciones el alcance económico y social de estos acuerdos?, ¿están siendo justas estas instituciones desde el prisma en el que nos acercan los datos económicos y sociales?, ¿los datos que nos presentan las instituciones son un fiel reflejo de la realidad económica o, por el contrario, llevan una buena capa de maquillaje?, ¿contemplan estos acuerdos los principios que la OMC prevé para la negociación y desarrollo de los mismos?, ¿han advertido a la ciudadanía del rebajamiento que en normativa de estandarización y control de calidad de productos se ofrece al producto foráneo?, ¿le ha parecido bien a la ciudadanía europea que se le ofrezca un producto que viola la normativa que le es impuesta y, adicionalmente, dañe su salud?, ¿le ha parecido bien al productor europeo destinar grandes volúmenes de su cifra de ventas para conseguir el producto que satisface los requerimientos de las normativas que le son impuestas, mientras el productor foráneo se las salta a pipiola?

Desde luego que no toda noticia es noticia. Es noticia aquella noticia de la que se hace noticia. Aquí podemos apreciar la cobertura y repercusión que, sobre la «realidad«, tiene el cuarto poder: «los medios de comunicación» – lo que llamaríamos prensa antes de la revolución digital-. No obstante, hay muy diversos profesionales que han hecho los deberes y, con ello, nos han acercado, desde sus averiguaciones, las vicisitudes que esa verdad esconde. ¿Por qué nos presentan estos acuerdos como si fueran maravillosos, acaso quieren que nos entren por «el ojo«?

Con objeto de analizar organizadamente el alcance que, sobre nuestra democracia, medio ambiente y derechos, tienen estos dos acuerdos comerciales: el Transatlantic Trade and Investment Partnership (desde ahora TTIP) – en español, Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión-, y el Comprehensive Economic and Trade Agreement (desde ahora CETA) – en español, Acuerdo Integral sobre Economía y Comercio-; estructuramos los contenidos a tratar.

De esta manera, desde la sección «e.cono.MIא» de este blog echamos un vistazo a: (a) las bondades que conlleva un acuerdo comercial, (b) los tipos de acuerdos comerciales y normativa prevista para su negociación en la UE, (c) las novedades en la normativa a aplicar, (d) los principios sobre los que ha de erigirse un acuerdo comercial de acuerdo a la Organización Mundial del Comercio (desde ahora OMC), (e) el análisis del alcance económico, político y social que conllevan ambos acuerdos en contraposición a lo que nos acercan instituciones y organismos europeos, (f) la observancia o no observancia de los principios propuestos por la OMC y, (g) la comparación de los resultados económicos que arrojan las estadísticas de estas instituciones con lo que nos proporciona la prensa al respecto, un año después de su entrada en funcionamiento.

Con respecto a las bondades que conllevan los acuerdos comerciales, desde la página web de los Consejos de Europa y de la UE, su Editorial (2018A), nos acerca las siguientes ventajas, literalmente:

«apertura de nuevos mercados para los bienes y servicios de la UE, mayores oportunidades de inversión y de protección de las inversiones, abaratamiento del comercio mediante la supresión de los derechos de aduana y la reducción de la burocracia y agilización del comercio con la facilitación del tránsito por aduana y el establecimiento de reglas comunes».

En tanto estos acuerdos respeten verdaderamente los principios sobre los que se presume se desenvuelven, han de contribuir positivamente a las economías de ambos lados de la balanza que los procura equilibrar. Aunque, es bueno rescatar también, que esto no quiere decir que sea la mejor opción. Es decir, no quiere decir que el libre comercio se erija sobre cualquier otro régimen comercial. Algo que Torres (2014) evidencia en su entrevista con ATTAC, recordando que tanto la teoría económica, como la económica ortodoxa, no han terminado por evidenciar que el libre comercio sea mejor que cualquier otro régimen, salvo en condiciones de competencia perfecta, claro que, viene a ser imposible que se den en la realidad.

Es más, en este sentido, este catedrático en economía aplicada nos recuerda que son generalmente tres los tipos de medidas que comportan estos acuerdos comerciales: la homologación y equivalencia en los productos, la protección de la inversión y la existencia de tribunales en los que arbitrariamente solventar litigios que terminan, de acuerdo a lo que demuestra la experiencia, favoreciendo al interés privado. Igualmente, nos viene a concluir que las consecuencias que, sobre la población europea, se esperan del tratado TTIP se presentan terribles. Además de no ser probable la revitalización de la economía, tampoco el TTIP mejorará la vida de los europeos. Es más, provocará un menoscabo en nuestra salud muy considerable. En este sentido Torres (2014) nos informa que enfermedades que apenas padece nuestra población surgirán, asimilándose a las mismas dolencias que presenta la población estadounidense.

Más adelante, en este artículo, echaremos un vistazo a esa «competencia perfecta» y los «fallos de mercado» que imposibilitan a la misma, con lo que podemos subrayar al libre comercio de un régimen más, no la mejor opción. Ahora, con ánimo de organizar nuestra mente para asimilar el alcance de estos tratados, vayamos por partes.

El segundo punto a tratar sería contemplar la institución que regula y da mandato para llevar a cabo la negociación del acuerdo comercial. Ésta no es otra sino el Consejo. Desde la página web del Consejo Europeo y del Consejo de la Unión Europea podemos apreciar cual es la intención política comercial de la UE. Según su Editorial (2018A), la política comercial de la UE se usa así mismo como vehículo para fomentar los principios y valores europeos, desde la democracia y los derechos humanos hasta la defensa del medio ambiente y los derechos sociales.

Los acuerdos comerciales que se gestan y acometen difieren según su contenido, diferenciando básicamente tres: de asociación económica, de libre comercio y de asociación. No obstante, también participa en otros acuerdos no preferenciales integrados en otros acuerdos de mayor envergadura, como los acuerdos de colaboración y cooperación.

La normativa que regula la negociación de estos acuerdos comerciales no es otra sino el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Concretamente, lo que contempla su artículo 218.

A priori, ya podemos hacer observable, desde la aportación de Torres (2014), que la intención de homologar o hacer equivalentes nuestros productos con respecto a los estadounidenses conlleva el rebajamiento de normativa a exigir a los productos foráneos. Éstos, además de utilizar el etiquetado normativo como una opción, no un deber, son producidos con hormonas, productos químicos y diversos tratamientos totalmente prohibidos por nuestra normativa ya que ponen en riesgo nuestra salud. Ahora, preguntémonos: ¿esta permisividad fomenta los principios y valores europeos?, ¿es democrático exigir una normativa draconiana en un lado de la balanza y laxa en el otro?, ¿es democrático que a nuestros productos se les exija un control de calidad  y etiquetado escrupuloso mientras a los productos foráneos se les ofrece como una opción?, ¿se comprometen nuestros derechos humanos en tanto determinados productos que nos ofrecen atentan a nuestra salud?, ¿se preserva la defensa del medio ambiente con la producción y consumo de alimentos transgénicos?…

  • «la intención de la Comisión Europea de recomendar que se dividan en acuerdos independientes las disposiciones relativas a la inversión y otras disposiciones comerciales.
  • Y el cometido del Consejo en las negociaciones comerciales».

Como tercer punto a tratar, consideramos las novedades en la normativa europea con respecto a la negociación y celebración de acuerdos comerciales. En la página de los Consejos Europeo y de la Unión Europea, su Editorial (2018A) nos informa que el 22 de mayo de 2018, el Consejo adoptó unas conclusiones que abordan la manera en que se negocian y celebran los acuerdos comerciales. Desde ellas se exponen los principios fundamentales que sustentarán el planteamiento del Consejo sobre dichas negociaciones comerciales. En concreto, rescata dos cuestiones que fueron tratadas. Literalmente, éstas son:

Con posterioridad, en junio de ese mismo año, dadas las tensiones comerciales a escala global, se pronunció subrayando «la necesidad de preservar y afianzar el sistema multilateral sustentado en normas». Igualmente, también manifestó la necesidad de mejora, que junto con socios afines, requiere el funcionamiento de la Organización Mundial del Comercio (desde ahora OMC). No olvidemos que los principios de la OMC son los que rigen la UE.

Alcanzado este punto, el cuarto punto a tratar sería contemplar los principios sobre los que han de erigirse los acuerdos comerciales. En este sentido, resulta conveniente acercar los principios hegemónicos de la OMC para con los propósitos de dichos acuerdos. Decimos hegemónicos ya que dominan o se elevan sobre cualquier otro; es decir, todo principio que se considere en añadidura en los textos jurídicos inherentes al desarrollo de cualquier acuerdo comercial, no pueden contravenir los principios fundamentales. En este sentido, las negociaciones comerciales orientadas al desarrollo de acuerdos en esta materia han de contemplar: la lucha contra la discriminación, la predictibilidad y la competencia leal.

Consideremos una lectura más detallada de dichos principios. La propia edición de la página de los Consejos Europeo y de la UE (2018A) nos viene a decir que:

Con respecto al principio de «lucha contra la discriminación», la OMC contempla dos aspectos diferentes: «la nación más favorecida» y «el trato nacional». En relación a «la nación más favorecida», los países no pueden hacer distinciones entre sus socios comerciales. En cuanto al «trato nacional», los bienes importados y los de producción nacional deben recibir el mismo trato.

En consideración al principio de «predictibilidad», el hecho, más que de no crear barreras comerciales, eliminarlas, ofrece predictibilidad a las empresas. Esto conduce a la creación de empleo y a una mayor oferta de productos a precios más bajos.

Finalmente, el principio de «competencia leal» descansa sobre la promoción de un sistema de normas dirigidas a velar por que la competencia se presente abierta y leal. En este sentido, tienen cabida la imposición de aranceles y otras formas de protección en ocasiones particulares dentro de circunstancias determinadas.

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Como podemos apreciar, no hacer distinciones entre socios comerciales conllevaría normativas análogas en producción y comercialización de servicios, de manera que los bienes importados reciban el mismo trato. Si las importaciones contravienen nuestra normativa de etiquetado y calidad, para empezar, ¿se produce el trato nacional o existe alguna nación más favorecida? Si se permite la importación de productos nocivos para nuestra salud que incumplen nuestra normativa de control sanitario, ¿se produce el trato nacional o existe alguna nación favorecida? No obstante, no hemos de olvidarnos de los siguientes principios.

Especial atención merece la predictibilidad. En este sentido, la Editorial (2017) del periódico El diario, en su artículo «Todas las claves del CETA, el acuerdo con Canadá», nos informa que de acuerdo al Consejo de los Canadienses, la mayor organización de acción social de Canadá, el CETA provocará la caída del 0,5% del PIB de la UE y del 1% del PIB de Canadá. Adicionalmente, subraya que este acuerdo conlleva la pérdida de 230.000 empleados de aquí a 2023, la mayoría en Europa, comportando una bajada salarial. Como podemos apreciar, la predictibilidad esperada no casa con las estimaciones económicas que se prevén.

A continuación, vamos a analizar con algo de más detalle lo que nos acercan ambas caras de la «moneda», es decir, las «virtudes» que nos presentan las instituciones de las que emanan dichos acuerdos y las aportaciones de diversos profesionales e investigadores al respecto, a quienes subrayan de «detractores».

Para ello, continuemos con el artículo de El diario. Según su Editorial (2017), y de acuerdo al artículo propuesto por VV.AA.(2018), la entrada en vigor del acuerdo CETA supondrá la supresión del 99% de los aranceles que gravan el consumo de los bienes canadienses. Traduciendo las estimaciones que se prevén, supondrá un impacto en la economía europea de 12.000 millones de euros, un 50% mayor al impacto que se estima para la economía canadiense. Además, este acuerdo supondrá un incremento del 20 al 25% de nuestros intercambios. Sin olvidar que Alemania es quien se lleva el gran trozo de tarta de seguir las previsiones análogas a las de 2015, donde su participación fue de un 33%, en contraste con la participación española, que fue de un triste 0,5%. Luego, podemos asegurar que no todos los países de la UE se beneficiaran, a priori, de este acuerdo comercial en igual medida.

Siguiendo con el artículo propuesto por VV.AA (2018), nuestra economía, la española, con respecto a la canadiense, se puede coger por el rasero de las economía complementaria, ya que no supondrá una amenaza competitiva y, por consiguiente, tampoco supone una invasión de un país en el otro. Es más, se nos acerca un perfil de consumidor canadiense con alto poder adquisitivo y de gustos afines a los nuestros.

Además de la supresión de los aranceles, nos advierten que se producirá «una mejora sustancial de las condiciones de acceso a los mercados de servicios y a la contratación pública».

Parece un camino de rosas a seguir: «Usted simplemente tiene que poner un pie delante del otro y seguir adelante» (George Lucas). Sin embargo, este camino puede ser visto como un «allanar el camino al TTPI», como un «caballo de Troya», donde priman la rebaja de los estándares de control y calidad de los productos canadienses a los que nos obedecemos a comprar para mantener el «flujo libre» de esa nueva realidad comercial.

Me pondré en palabras de Álvarez (2017), quién en su artículo sobre el acuerdo CETA nos aclara la realidad de la industria canadiense, algo que igualmente nos viene a acercar la Editorial (2017) de El diario:

  • Por una parte, permite que la carne de vaca y pollo sea lavada con agua clorada, algo prohibido en la UE. Sin hablar del alcance para nuestra salud.
  • Por otra parte, nos advierte que Canadá es uno de los tres grandes productores mundiales de alimentos transgénicos. Siendo la «Tolerancia Cero» la política que salvaguarda nuestra salud en Europa, permitiéndo sólo un 0,1% de material modificado genéticamente (GM). ¿Cómo es posible que el etiquetado de los productos canadienses sea una opción cuando en los europeos es una obligación en lo que a material GM se refiere?
  • También nos informa acerca del uso de la ractopamina para el engorde del ganado bovino, cerdos y pavos. Algo terminantemente prohibido en la UE.
  • Y de seguir, también nos informa acerca del salmón clonado, de los colorantes alimenticios, y porque no se conoce más.

De volver a considerar el propósito de la política comercial que describe el Consejo Europeo y el Consejo de la Unión Europea, podemos observar la amenaza que para la democracia, medio ambiente y derechos humanos y sociales comportan este tipo de productos. También nos podemos detener, nuevamente, en la no consideración del principio de «lucha contra la discriminación», podemos observar que no se presenta un trato igualitario para los bienes importados y nacionales.

Después de hablar con mi marido, ingeniero técnico agrícola, me ha comentado que nuestra producción es sometida a controles de calidad cada vez  más rigurosos y frecuentes. De hecho, España es uno de los países con los estándares de calidad más elevados en productos hortícolas. Los estándares que, por su parte, predica Tesco-Global Gap abogan por un residuo mínimo de materia activa, es decir, el residuo que deja en el alimento el tratamiento fitosanitario. Otra cosa en la que nos encabezamos, – dice él- es en eliminar este tipo de tratamiento en nuestra producción agraria en detrimento de la lucha integrada de insectos. Algo totalmente natural, sin residuos.

Para conseguir todo lo anterior, el esfuerzo de nuestra industria, de nuestro sector agrícola y ganadero y de tantas miles de familias españolas que se dedican a ello, ha de pasar por el filtro de la inversión constante. De desplazar bienestar personal en pro de una política agraria que se derrumba ante el hecatombe a que nos aboca el tratado CETA. Diluyendo todo nuestro sudor en unas aparentes cifras que no son más que las migajas de un pastel. Unas migajas que no han sido contrastadas con toda la maquinaria económica que se desencadena en las economías de mercado.

Para explicarme mejor, voy a detenerme en los llamados «fallos de mercado», es decir, aquellas situaciones en las que el mercado falla como mecanismo eficiente en la situación y distribución de los recursos, bienes y servicios. De acuerdo a VV.AA. (2017), de entre los distintos fallos de mercado, el libre funcionamiento de los mercados termina por amplificar las desigualdades en la distribución de la renta. Algo que ha sido demostrado empíricamente. La autoridad termina por intervenir, aplicando una política distributiva de renta: generalmente, impuestos progresivos sobre la renta para financiar los gastos públicos.

Al abordar el acuerdo CETA, hay que contemplar, a priori, si existe función de redescuento. Es decir, si el Banco Central Europeo baja el tipo de interés, nuestros bancos comerciales tomarán mayor cantidad de préstamos. Esto no es sino la generación de pasivos monetarios, que se traduciría en un aumento de la base monetaria, que a través del efecto multiplicador de ésta, dará lugar a un aumento mayor de la oferta monetaria. Los bancos comerciales, por extensión, también bajarán el tipo de interés que cobran, concediendo más préstamos a los particulares. Esta situación es la que produce un verdadero efecto expansivo en la economía, en concreto: Inversión, PIB, empleo. Sin embargo, de considerar nuevamente las proyecciones del Consejo de los Canadienses, este acuerdo conduce a una caída del PIB y una drástica pérdida de empleo, especialmente en Europa. Con lo que, en un principio, parece no comportar una bajada del tipo de interés.

No obstante, y a título personal, tampoco contemplo una hipotética bajada del tipo de interés como benefactora del acuerdo CETA. Me parce deplorable llevarme a la boca un trozo de buey engordado en pesebre y junto a él, el odio. Prefiero un plato de humildes lentejas.

Por otra parte, en el artículo: «7 preguntas sobre el Tratado Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP) cuya respuesta deberías conocer», González (2014) nos acerca, brillantemente, los enigmas que gravitan en torno a la cara oculta de este tratado.

La Editorial (2017) de El Diario nos informa que es un acuerdo actualmente negociado entre EEUU y la UE, cuya pretensión es aumentar el comercio e inversión recíprocamente entre ambos bloques y así procurar el crecimiento del empleo, fundamentándose en un mejor acceso de los factores productivos al mercado, siempre conducidos a través de una «compatibilidad reglamentaria» que aboga por un ordenamiento normativo mundial.

Llama la atención el origen de este tratado, González (2014) nos brinda esa información, no es otro sino la Declaración Transatlántica firmada en 1990 por George Bush, Giulio Andreotti y Jaques Delors. Posteriormente se han sucedido más acuerdos que tienen como eje el mismo objetivo.

De su artículo, se hace imprescindible subrayar las amenzas que entraña dicho acuerdo para nuestro Estado y los riesgos a los que se expone la ciudadanía, tanto europea como estadounidense. Siguiendo esta línea, González (2014) nos advierte que el TTIP supone para nuestro Estado la difuminación absoluta del mismo dentro del marco de dicho acuerdo, imposibilitando la aplicación de políticas distintas a las directrices que establezca la normativa neoliberal del TTIP. Sin pasar por alto el menoscabo a que es sometido nuestro estado de derecho, este acuerdo supone la privatización de la justicia. Quiere decir, que toda aquella discrepancia que pudiera surgir en torno a las inversiones exteriores quedarían al arbitrio de procedimientos privados. Algo sobre lo que, igualmente, reflexiona Torres (2014).

Si esto nos parece poco, los riesgos que supone este tratado para la ciudadanía europea comienzan con la pérdida de derechos labores, la limitación de los derechos de representación colectiva de los trabajadores y el riesgo de rebaja salarial. Sin olvidar: la privatización de los servicios públicos y la debilitación de los estándares técnicos y de normalización industrial.

Para la ciudadanía estadounidense, González (2014) los resume en: mayor dependencia del petróleo, no etiquetado de productos modificados transgénicamente, eliminación de reglas sobre los mercados financieros, eliminación de las evaluaciones independientes de los medicamentos no producidos en los EEUU y de las reglas de preferencia nacional en los contratos públicos.

Los riesgos que predica González en este artículo pueden ser vistos desde el prisma de la Teoría de Puertas Giratorias que saca a colación López de Miguel (2015) en su artículo. De acuerdo a este autor, sectores como el farmacéutico o el de agricultura han abierto sus puertas a ex-asalariados de Bruselas, lo que, en palabras del autor, «demuestra las sinergias entre los negocios de la Comisión Europea, el Gobierno de Reino Unido y otros tantos en lo que respecta al TTIP y a las negociaciones comerciales». Otro sector que hace girar la puerta es el de Telecomunicaciones, lo hace para el comisario belga, abanderándose de «proteger la responsabilidad colectiva y la confidencialidad».

Curiosamente, los riesgos que, para la ciudadanía tanto de un lado como del otro del Atlántico, entraña este Tratado, están conectados con los sectores que hacen girar la puerta. No obstante, me parece importante rescatar la idea que subyace a esta Teoría de Puertas Giratorias, que no es otra sino la de beneficiar al sector privado desde el conocimiento y manipulación del sistema monetario que alberga el ente político y público encarnado en sus propios representantes y líderes. Todos ellos conectados con los sectores bancario y energético a su vez, como podemos apreciar en el vídeo: La Gran Estafa (la teoría de las puertas giratorias).

No obstante, este artículo quedaría incompleto si no consideramos lo que la Comisión Europea nos acerca al respecto del CETA un año después. En su comunicado de prensa: «Un año después: el acuerdo comercial entre UE y Canadá ofrece resultados positivos», la Editorial (2018B) de esta página nos acerca, sucintamente, números. No hay mención alguna acerca de la controversia que ha desatado el tráfico comercial de los productos canadienses. Es más, las estadísticas que ofrecen se presentan difusas, no delimitando con claridad la base a la que se refiere el porcentaje.

Con respecto a lo inmediatamente mencionado, y con ánimo de esclarecer lo que se quiere decir, tomamos literalmente la información de este comunicado de prensa. Así, su Editorial (2018B), nos señala que: «En toda la UE, las últimas estadísticas disponibles, que abarcan el período transcurrido entre octubre de 2017 y junio de 2018, indican que las exportaciones están aumentando más de un 7 % anual». Bien, las exportaciones están aumentando en un 7% anual, ¿esto se refiere al comercio conjunto de la UE con terceros países o exclusivamente con Canadá? Podríamos deducir que es exclusivamente con Canadá, ya que es con respecto a este país el comunicado, sin embargo, no se especifica con claridad y las estadísticas mostradas a continuación son, igualmente, difusas.

De seguir con la noticia, su Editorial (2018B) nos informa que: «Los productos farmacéuticos, que representan el 10 % de las exportaciones de la UE a Canadá, lo han hecho un 10 %». Esto quiere decir que de las estadísticas históricas que se poseen, las exportaciones de farmacia, exclusivamente dentro del comercio con Canadá, representan un 10%. Ahora, con el acuerdo han subido un 10%, suponemos que con Canadá. Bien, de ser dentro del comercio con Canadá, del 7% que representa su incremento en exportaciones, se estaría refiriendo a un 10% del volumen que representa el 7%. En tal caso, sería un porcentaje reducido. Si lo hubieran acercado con respecto al volumen, en euros, se podría apreciar con claridad.

Sin embargo, volvamos a releer esta introducción a las estadísticas: «En toda la UE, las últimas estadísticas disponibles, que abarcan el período transcurrido entre octubre de 2017 y junio de 2018, indican que las exportaciones están aumentando más de un 7 % anual…»  La cuestión que subyace a todo esto es: ¿es que las estadísticas no se han elaborado con respecto a datos económicos como las cifras de ventas expresadas en euros, y para determinados productos, adicionalmente otra magnitud? Resulta muy extraño que se acerquen este tipo de estadísticas, sin volúmenes, sin cantidades, sin cantidades respecto de un total. Y lo que es peor, que no se diferencie cual es el peso de dicho porcentaje por países. Como ya hemos analizado antes, no todos los países participan de igual manera según las previsiones iniciales. No es lo mismo un 33% (un tercio) que la migaja de un 0,5%. Ahora, transcurrido un año, tampoco parece ofrecerse la información con cristalina nitidez.

Llama la atención, sobremanera, que no se pronuncie en absoluto con respecto al alcance que, en materia de derechos sociales y humanos, así como en medio ambiente, ha ocasionado el tráfico comercial de los productos canadienses. Paradójicamente, Cecilia Malmström, comisaria del Comercio, declara que hay mucho que celebrar con este acuerdo comercial. Aunque es una fase temprana, las exportaciones han aumentado en general, y de manera extraordinaria la de algunos sectores. También señala que «en determinados ámbitos se está aplicando rigurosamente lo que se acordó, para tener la certeza de que los ciudadanos y las empresas puedan sacar el máximo provecho de las nuevas oportunidades». Más adelante afirma que «estamos defendiendo un sistema comercial internacional abierto y basado en normas».

De acuerdo a toda la información analizada de distintas aportaciones, se ha podido hacer observable que la aplicación de normas no termina de encajar con los principios que predica la OMC. Considerar como oportunidades, exclusivamente, el tráfico comercial, la venta de productos, como poco, me parece deshumanizar nuestros derechos humanos y sociales para empezar.

Y solo deteniéndome aquí, de utilizar la calculadora, sería más rentable para el español producir productos transgénicos o utilizar pesticidas y otros venenos que acaban rápidamente con las plagas. Aumenta la producción y abarata los tratamientos, luego reduce los costes e incrementa la producción. Se obtendría un apalancamiento más positivo para su inversión que considerar nuestra normativa europea, nuestro bienestar y nuestra salud. Muy probablemente, también podríamos hablar de un apalancamiento más positivo que esa previsión de un 0,5% para España. En este sentido, nos quedamos en ascuas, la información no se presenta para informar con esta claridad.

Desde luego que pretender vendernos el caballo de que un incremento del PIB, o indicador análogo, es síntoma de Bienestar Social, bien se merece una buena explicación y crítica. Con lo que próximamente se considerará un análisis, basado en noticias reales, contantes y sonantes, que evidencien las falacias de estos indicadores macroeconómicos. Por el momento, vamos a terminar de escudriñar este comunicado de prensa.

Ahora, nos detenemos en los sectores que representan un mayor peso en las exportaciones de acuerdo a estas estadísticas. Recordando a López de Miguel (2015), sectores como el farmacéutico y el de agricultura han abierto sus puertas a ex-asalariados de Bruselas, lo que: «demuestra las sinergias entre los negocios de la Comisión Europea, el Gobierno de Reino Unido y otros tantos en lo que respecta al TTIP y a las negociaciones comerciales».

El girar por la puerta a ex-asalariados de estos dos sectores, agricultura y farmacia, parece volver a coincidir en los resultados que apuntan las escuetas estadísticas ofrecidas, concretamente:  «el sector más beneficiado el de fruta y frutos de cáscara, el cual ha incrementado sus exportaciones con Canadá en un 29%» Sin considerar, «el chocolate, en un 34 %, las de vino espumoso, en un 11 % y las de whisky, en un 5 %» Por otra parte, las exportaciones de farmacia, que han aumentado en un 10%, junto al incremento de la parafarmacia, un 11%, suman un 21% (Editorial, 2018B). Como observamos, casualmente estos sectores se han llevado el gato al agua. Aunque del sector agrario no es de extrañar, después de todo, ¿quién no compraría un producto de calidad excelente, que preserva el medio ambiente y que no daña la salud, a un precio inmejorable?

Esto, en realidad, terminaría por crear un serio problema en Canadá. Claro que la Teoría de David Ricardo nos demuestra que en pro de la eficiente asignación de recursos y especialización…¿qué?, ¿va a dejar de producir Canadá sus productos transgénicos?, ¿va a dejar de utilizar sus tratamientos agrícolas? En este sentido, es muy importante considerar el enfoque de la política comercial y la normativa industrial y de calidad y salud de América del Norte. De acuerdo a Torres (2014), a diferencia de la europea, no la hay de esta manera. Es el consumidor el que ha de demostrar que el producto «X» le está perjudicando la salud. La privatización de la justicia conlleva dejarla al arbitrio privado, algo que igualmente subraya González (2014) y que termina por beneficiar al sector privado.

Con todo, de considerar hasta la fecha de publicación y, sin ánimo de ser conspiracioncita, casualmente coincide con el equinoccio de Otoño. Resulta que la comunicación de los resultados de este primer ciclo económico del tratado coincide con lo que la simbología de culturas y religiones, a lo largo del tiempo, nos acercan como el recogimiento, como el atesorar los granos (el balance) y la muerte (el cierre de balance/ de ciclo) para dar paso al invierno (al comienzo del siguiente ciclo). 

Imagino que, con toda la información que ha acercado este artículo, eres capaz de discernir, desde tu sentido crítico y tu propia conciencia, «lo que se acordó»: sacar el máximo provecho de las nuevas oportunidades gracias a un acuerdo internacional abierto y «basado en normas». Yo, personalmente, me he quedado al leer esto como las Euronews: No comment. Con lo que de volver al inicio del presente artículo, reflexionaría sobre aquello de «Desde luego que si hablas así del caballo, tú no vendes el caballo».

     – Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido?

Felices Reyes!

por Verónica García-Melero

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Álvarez, Y. (2017). Cinco cosas que te vas a comer con el acuerdo CETA. Recuperado de: https://elsaltodiario.com/ceta/cinco-cosas-que-te-vas-a-comer-con-el-acuerdo-ceta-que-entra-en-vigor-hoy

ATTAC (2014). Entrevista a Juan Torres López sobre el Tratado de Libre Comercio USA-UE [Vídeo]. Recuperado de: https://www.dailymotion.com/video/x1y4fbr

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González, J. (2014). 7 preguntas sobre el TTIP cuya respuesta deberías conocer. Recuperado de: http://www.eldiario.es/agendapublica/proyecto-europeo/preguntas-Tratado-Transatlantico-TTiP-respuesta_0_315669128.html

López de Miguel, A. (2015). El negocio de las puestas giratorias, enésima cara oculta del TTIP. Recuperado de: http://www.publico.es/internacional/negocio-puertas-giratorias-enesima-cara.html

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