Yo, la sabiduría, he residido con la sagacidad y hallo hasta el conocimiento de las capacidades de pensar.
Proverbios 8:12
Narrador:
La fábula que hoy te cuento
bien te puede sonar,
aunque sé que es inédita
- esto suele pasar -
que bien dibujan los personajes (05)
mucho de la realidad.
¿Serán enseñanzas primitivas
las que nos traen sus totem?
¿Entenderemos las personalidades
y lo que los personajes esconden? (10)
¿Cuál será la moraleja?
¿Habrá una, habrán más?
¿Todo aquel que la lee
lo mismo discernirá?
Hay detalles que se pierden (15)
y otros se quedan atrás;
así la profundidad del alma,
así la sabrás descifrar.
Con todo, a lo que iba,
vayámonos a una selva; (20)
había diversidad de animales,
muchos habitaban en ella.
Había diferentes secciones,
dependiendo del animal
y de la flora y fauna en contraste; (25)
no toda la selva es igual.
Había una clase dominante
por su risa la descubrirás,
se ríe cuando hace daño
y a carcajadas, además. (30)
Su bandera es el cinismo
con que oprime la libertad;
a sus ojos se hacen bondadosos,
se disfrazan de verdad.
Con el tiempo han crecido, (35)
quieren todo controlar;
y controlan desde las sombras,
esa es la realidad.
Son perversos y crueles,
solo buscan la insatisfacción; (40)
adormecer a la población en el miedo
y procurarles confusión.
Se diseminan entre los líderes
que gestionan cada rebaño,
o piara o compañía, (45)
son el telediario.
Parece que hay líderes
pero en realidad no los hay;
los hilos de todo mueven
con la mayor perversidad. (50)
Llevan así miles de años,
pero solo unos pocos de miles;
cada atisbo de claridad que aparece
lo retuercen para que no lo mires.
Lo tapan, lo esconden, (55)
también lo vienen a liar;
y si ven que se les escapa
el control y el mandar...
mandan que eliminen
a quien trae claridad. (60)
Ellos mandan, no organizan,
eso es una gran verdad;
han sumido a toda la selva
en un caos descomunal.
Como la tecnología avanza, (65)
y los descubrimientos también,
los animales se comunican
y gustan también de leer
e intercambiar experiencias
y puntos de vista, así es... (70)
No quieren que tanto sepan,
no quieren perder su control.
Han ideado algo nuevo,
han ideado un complot.
Los líderes de las manadas (75)
y de los rebaños y demás,
unos los siguen encantados,
otros no pueden más.
Mas, si contradicen a aquellos
que a la cabeza están (80)
haciendo vivir un espejismo
alejados de la realidad,
pronto los quitan de en medio
la vida les hacen enfermar...
con otro ejército de sicarios (85)
que para sus favores están.
Para perpetuarse con el tiempo,
se han infiltrado en sociedad.
Mas, disfrutan en la selva
si los siguen, y sin piedad, (90)
haciendo daño a su paso,
sembrado la crueldad
y la injusticia con los otros,
así los vienen a entrenar.
Son su talón de Aquiles, (95)
pues, tan perversos no son;
obedecen, con el tiempo, por miedo
y con miedo a su opresión.
Saben de qué son capaces
cómo te pueden destruir (100)
haciendo que te hagan el vacío
o que te discriminen, es así.
O moviendo más hilos todavía,
mueven cada organización
para conseguir lo que pretenden, (105)
maquiavélicos es que son.
Habían podrido la selva
hasta más no poder,
y como son tan perversos
y les mueve lo cruel; (110)
no soportaban la alegría
que en la selva aún se ve.
Tampoco solastran el amor,
eso no lo pueden ver.
Ellos entrenan en el odio (115)
y en la envidia, también.
En subrayar mucho el ego
y en ensalzarse, también.
No son felices con nada,
con nada de lo que ven. (120)
No sienten amor,
en sus hechos se ve.
Sienten satisfacción hiriendo,
y maltratando, más bien;
teniendo todo, como tienen, (125)
¿por qué será esto?, ¿por qué?
Porque si todo tienes,
¿por qué es que te esfuerzas
en pisotear a otro
para que nada tenga? (130)
¿Por qué te molesta la alegría,
por qué te molesta el amor,
por qué disfrazas de estos
lo que te causa pavor?
Fácil es apreciar, entonces, (135)
que aquello por lo que están
no es la abundancia, ni el crecimiento,
tampoco es la libertad.
Tampoco es la democracia,
tampoco es la igualdad; (140)
aunque de ello disfrazan
cada cosa que harán.
Se alimentan de las emociones
que están en el sufrimiento;
disfrutan de la ira (145)
y mucho más, dando tormento.
Son de sangre fría,
reptiles es que son;
no te hablo de cocodrilos,
ni de hienas, ¡oh no! (150)
Te hablo de animales
que de la selva no son.
Eran de otro planeta
y en la selva aterrizaron.
Se disfrazaron de gran serpiente, (155)
de anaconda se disfrazaron.
Se sumergen en lo acuoso,
viven en la profundidad;
son reptiles muy temidos
que controlan y sin piedad. (160)
Las hienas en esta fábula
mucho tienen que ver.
Ellas se ríen, se ríen,
se ríen, mucho, y a placer.
Son favoritas de las anacondas, (165)
controlando es que están
en la apariencia de democracia
que no te deja respirar.
Bajo el mando de las anacondas
las hienas de toda la selva (170)
han desarrollado un plan,
el complot que viene de ellas.
Quieren mermar en la selva
a casi toda su población;
han empezado a espabilarse... (175)
y eso, como que no.
Crecer en el espíritu
eso es elevarse;
no sentir pavor por sus cosas
y todo revelarse. (180)
Eso sería el acabose,
que los animales comprendieran
que en unirse y en quererse
está el fin de ellas.
Mas, como ellas querían (185)
ejecutar todo el plan,
el que llevaban años organizando
desde milenios atrás,
pensaron que con los mosquitos
todo llegaría al final. (190)
Empezó una mañana
de repente su trama
todos a sus hogares,
a sus guaridas, a sus camas.
¡Qué vienen los mosquitos! (195)
¡Infernales es que son!
Te pican, y si te pican,
puedes morir de dolor.
Las comadrejas de la selva
hicieron su gran labor; (200)
a la medicina se dedicaban
ellas eran curación.
Unos pocos es que picaron
pero agrandaron la infección
y entre los animales infiltrados (205)
en lo que era su corrupción,
aumentaron la cosa enseguida
una peste es que causó.
Los mosquitos estaban en la selva,
nadie dice que no, (210)
y la picadura era tremenda,
más allá va del dolor.
Pero no era inmensurable,
los mosquitos, en formación;
había gato encerrado (215)
y la Jirafa lo vio.
Hienas:
Todos contra la Jirafa,
la Jirafa nos quiere matar;
quiere haceros ver lo que no veis
quiere, también, libertad. (220)
Como vosotros conocéis
cómo aquí es el plan...
despotricad a la Jirafa,
difamadla, además.
Animales del complot:
¡La Jirafa está loca! (225)
¡La Jirafa es agresiva!
¡La Jirafa miente cuando habla!
¡Es la serpiente viva!
Hienas:
No paréis de atosigarla,
procuradle una crisis nerviosa, (230)
la insultáis, y sin piedad,
que la desquiciéis, toda, toda.
Negáis hasta el infinito
todo el mal que le hacéis,
que la encierren con camisa... (235)
¡O ya veréis, ya veréis!
Narrador:
Los animales del complot
filtraron como el polen
toda esa mentira
para maltratarla toda. (240)
Mas, la Jirafa era inteligente,
la Jirafa supo observar
que se organizaban para desquiciarla
para hacerla machacar.
Como tenía un hijo, (245)
todo esto ella aguantaba;
y le daba fuerza su hijo,
nada la amedrentaba.
Pero, no soportaban
que siguiera en sus trece; (250)
más se resistía la Jirafa,
más daño le acometen.
Han urdido otro plan,
lo han hecho con mucho tiempo,
han acudido organizaciones (255)
y administraciones en el intento;
y han separado a la Jirafa
de su hijo, además.
Los animales del complot...
frio es que dan. (260)
A sabiendas de lo que hacen,
hasta se ponen a disfrutar
de todo el daño que causan
a esta pobre mamá.
Mas, la Jirafa no se viene abajo, (265)
la Jirafa avanza más;
como todos los animales
en complot no están...
han empezado a ver la mentira
que viene ya desde atrás. (270)
Ahora quieren a los animales,
los quieren, a todos, inocular,
con una cura que los previene
de este ataque infernal.
Parece un gesto bondadoso, (275)
parece noble, y no es verdad.
La cura es una herramienta
para poderlos más controlar.
Como la tecnología está avanzada
y hay democracia de aparentar, (280)
el laboratorio de hipopótamos
ha tenido que expresar
que en realidad no es una cura,
que es algo experiencial. (285)
Algo que está en ensayo,
esa es su verdad.
Pero se han ayudado, entonces,
de los cocodrilos del pantano.
Ellos llevan las noticias, (290)
siempre están desinformando.
A la cura, que es ensayo,
la llaman cura de verdad,
y hablan, de cuando la pinchan,
que has alcanzado inmunidad. (295)
Ahora salen a la selva,
y más pican los mosquitos
a los que se pusieron la cura,
¡fíjate lo que te digo!
No siendo una cura, (300)
sabiendo esto desde el principio,
insisten con que te pinches
y, si no, todo te quito.
Porque si esto no se pinchan
ya no pueden transitar (305)
con libertad por la selva,
¿esto por qué será?
Porque mosquitos, no había tantos,
pero ahora sí hay más;
han mutado cuando pican (310)
a los que con la cura están.
Y usan medios de control
que en realidad son fraudulentos,
se sabe que han dado por picadura
a mucho de los muertos (315)
que han sido por otra cosa,
¡vaya fábula la que cuento!
La Jirafa es tranquila
y sabe bien investigar;
y más investiga por su hijo, (320)
ella lo quiere salvar.
Porque hay rumores de que a los cachorros,
a las crías de todo el lugar,
las anacondas, desde sus hienas,
también los quieren pinchar. (325)
Ahora enferman de muchas cosas,
ahora empiezan a salir
efectos secundarios
que vienen siempre a no salir
a la plaza, donde se habla... (330)
Fíjate, es así.
Los del complot, mosqueados,
ya no saben que decir,
pero arremeten las hienas
que quieren el plan seguir. (335)
Lo siguen porque son corruptas,
mucho tienen que esconder,
conciencia no tienen ninguna,
les gusta el perecer;
aparentar crecimiento, (340)
aparentar libertad,
y gesto de nobleza
en esta cura aplicar.
La Jirafa sigue en sus trece...
Jirafa:
A mi las cuentas no me dan, (345)
los hipopótamos han expresado
hasta donde pueden alcanzar;
que la cura es razonable
como por experimento tomar
sin olvidar que es un ensayo, (350)
que es experimental.
Luego, por definición técnica,
una cura cura no es,
es un experimento lo que hacen
e inmunizarse eso no es. (355)
A más de dos meses vista,
nada se puede afirmar...
y que hay que esperar resultados
para lograr su verdad.
Y han pasado los meses, (360)
y otras comadrejas
de a las que le hierve la sangre
y en la verdad, pues no cesan,
han recabado pruebas
y muchos estudios además, (365)
desde el empirismo catapultan
a esta cura infernal.
Pero frenan sus hallazgos,
y más no pueden frenar;
admitido ha sido en Corte (370)
un genocidio brutal.
Y si sigo con las curas...
¿qué puedo yo hilar?
Oye, pues cuando el plan de vacunas
de mi hijo, yo tomo, (375)
no hay una sola de las enfermedades
que se propaguen con este pronto.
¡Es que no conozco plaga,
pero plaga alguna!,
esto que a mi niño han puesto, (380)
de su calendario, sí es cura.
Si los cocodrilos afirman
lo que no se puede afirmar
y no paran de hablar de ello
- es que es un sin cesar-.... (385)
Los cocodrilos son pieza clave
en todo este plan.
¡Y que me dices de las comadrejas!
¡Pero si te quieren pinchar!
¡No todas las comadrejas (390)
siguen desde siempre el plan!
Claro que están asustadas,
las pueden hasta despedir,
o quitarles sus carreras...
por no decir que sí. (395)
¿Esto es ecuánime,
suspenderlas en sus carreras
porque averigüen e informen
o se opongan a ellas?
¿Desde cuando oponerse, (400)
con tanta prueba refutable,
conlleva de parte del gobierno
esta conducta indeznable?
Este acción es desmedida,
democrática no es... (405)
¿Cuántos son los principios
que se violan, eh?
Porque en la selva hay leyes,
hay jueces también...
¿qué hacen los leones (410)
que no se ponen de pie?
Y las panteras, ¡madre mía!
Han de seguir el plan,
pero como ven lo que hay
y no es nada normal, (415)
han empezado, por sectores,
a, con su fuerza, revelar
que están por la soberanía,
por el pueblo es que están.
Mira, me duele la cabeza (420)
de tanto pensar...
estaba por escribir algo,
y científico, además,
pero como es tanto, tanto,
y ya no puedo más,... (425)
Al riachuelo es que me marcho,
en la hierba me voy a echar.
Narrador:
Se ha echado la Jirafa
en la orilla del riachuelo,
parece una piedra de cerca, (430)
parece una piedra de lejos.
Bien domina la Jirafa
el arte del camuflaje;
como piedra sobre piedra
es que parece el pelaje. (435)
Se ha echado
y se ha dormido,
y se ha venido a despertar
con las cosquillas de una araña
que con ella venía de atrás. (440)
Araña:
He escuchado tu monólogo,
estaba yo en tus antenas;
¡ay que ver que eres rara
y tozuda, mi estrella!
Pero, sabes lo que te digo, (445)
que tienes toda la razón;
tejes muy bien las cosas,
toda la telaraña, mi amor.
También nosotras sabemos
todo lo que está pasando. (450)
Recuerda que por nuestra acrobacia,
y también nuestro tamaño...
lo mismo estamos en el techo
que en las plantas de aquí abajo.
Nos adaptamos a los cambios, (455)
a los imprevistos, además;
en esto nos parecemos
y en hilar, en hilar.
Me resultas muy sociable,
y como no me vas a comer, (460)
quiero quedarme contigo,
quiero contigo tejer.
¿Te importa que en tus antenas,
esas que arriba quedan;
aquellas que nadie alcanza (465)
a mirarte bien, mi estrella;
te importa que arriba teja
mi tela, lo que es mi hogar?
Me gusta escucharte, Jirafa,
me gusta contigo hablar. (470)
Jirafa:
Para nada, no me importa,
me traerás compañía...
Así, cuando yo hable,
respóndeme, vida mía.
Que una es rara, (475)
diferente es que me ven;
más daño me han hecho ahora
por ver lo que no hay que ver.
Araña:
Sé todo lo que te pasa,
nosotras todo lo sabemos; (480)
estamos en todos los rincones,
casi como un dios parecemos.
Sabemos qué se está haciendo,
sabemos todo el plan...
y como no nos gusta nada (485)
lo que os puede pasar,
hemos ideado ayudaros
con todo de tela plagar.
Jirafa:
Creo entender lo que me dices,
pero prefiero escucharte; (490)
me gusta esto de hilar
y vosotras sí que tenéis arte.
Araña:
Nosotras somos rechazadas
por nuestra apariencia externa...
pero somos muy cuidadosas (495)
y hacendosas, mi estrella.
Y la tela que tejemos
increíble es que es,
resiste hasta elefantes
si se dejan caer. (500)
Nuestra tela es nuestra casa,
nuestra tela es nuestro nido;
y es también nuestra red,
gracias a ella he comido.
Como la plaga es de mosquitos, (505)
vosotros nos necesitáis.
Os curamos de vuestro enjambre,
vosotros comida nos dais.
Hemos organizado por toda la selva
reunirnos en los puntos clave... (510)
donde más animales habitan,
donde más mosquitos caen.
Así, llenando de telas
grandes y grandes rincones,
empezarán a caer los mosquitos, (515)
os lloverán las bendiciones.
Pues, en breve, todas nosotras,
la plaga os quitaremos.
¿Cuándo os quitemos la plaga
nos echaréis de menos? (520)
A veces los animales
no saben agradecer,
en la cadena de la vida,
del otro, su quehacer.
Y los animales de esta selva... (525)
ya sabes lo del complot,
unos son buenos animales,
y otros, como que no.
Pero como los del complot no son todos,
más bien pocos son (530)
y además están mosqueados,
¿qué paradójico, no?
Pueden otros vigilar a estos
y con su mismo arte
alejarlos de que quiten las telas (535)
cuando están para curarte.
Como están por el "crecimiento"
y también por la "bondad"...
a puerta fría se vigila
y nada podrán quitar. (540)
Solo necesitamos, Jirafa,
que, a todos, tú comuniques
que lo llenamos todo de tela
para que los mosquitos no piquen.
Narrador:
La Jirafa fue presta (545)
a los animales avisar;
llegó a todos los rincones,
sabían todos que iba a pasar.
Se sintieron felices
con la nueva proposición. (550)
Cuidaron que hicieran sus telas
las mimaron y con amor.
Vigilaron que no molestaran
a las arañas en su labor.
Camino del riachuelo (555)
la Jirafa cayó,
la picaron tres mosquitos,
muy grave ella quedó.
Nadie por allí circulaba,
nadie es que la vio; (560)
allí yacía la Jirafa
desmayada por el dolor.
Se exterminó la plaga,
nada tenían que temer;
pero insistían con la cura (565)
y el tenerla que poner.
Entonces, entre los animales
empezó una gran rebelión;
los leones hicieron mucho
en toda esta ecuación. (570)
Ellos comenzaron un giro,
a dar a todo otro color
y las panteras se rebelaron,
se unieron al pueblo, ¡cómo no!
Las hienas, ahora indefensas, (575)
nada podían hacer;
toda la selva en la calle
no querían su quehacer.
Hasta los animales afines
aquellos, los del complot, (580)
se dieron cuenta que el plan
era su perdición.
Estos se rebelaron,
se unieron por la labor,
nada tuvieron que confesar, (585)
solo los movió el amor.
Las anacondas enloquecidas
a la superficie salieron,
abrieron sus fauces todas
y a por ellos fueron. (590)
Mas, como el número era ingente,
toda la selva en una vez
se levantó con enorme fuerza
y a todas las hizo caer.
Pero esto no era todo, (595)
faltaba la Gran Anaconda,
se deslizó por la selva,
se deslizó por la sombra.
Se elevó en el riachuelo,
asustó a todo el lugar... (600)
jamás habían visto ellos
un tamaño similar.
Vio la Gran Anaconda
a la Jirafa en el suelo,
empezó a reírse con fuerza, (605)
un estruendo llegó al cielo.
La Jirafa se despertó,
la Jirafa se vino arriba;
no esperaba el espectáculo
que se le venía encima. (610)
Miró al cielo y miró
como la Gran Anaconda
abrió sus fauces, con soberbia,
quería morderla toda.
En ese justo instante (615)
la Jirafa pataleó
y como el cristal que se estalla
con un aire, en perfección,
golpeó a los colmillos de ella,
de repente los quebró. (620)
La Gran Anaconda no solo era constrictor,
veneno, la Gran Anaconda, escupía a traición
y mordía, la bicha, con sus grandes colmillos,
era temida, era espantosa, era atroz, muy atroz.
En el dolor de sus colmillos (625)
la Anaconda se estremeció,
aprovechó la Jirafa, entonces,
y su glándula le mordió.
Se tragó todo el veneno ella,
azul es que quedó. (630)
Cayó la Jirafa al suelo,
mucho llanto se oyó.
La Araña, enloquecida,
desde la rama soltó
la tela que había tejido (635)
con sus hermanas, en comunión.
Cayose sobre los ojos
de la Anaconda, los cubrió;
y en ese momento sutil
la selva entera se le acercó. (640)
Le dieron tremendas coces,
la mordieron también,
saltaron y la arañaron
la apalearon muy bien.
Hasta las hienas se le tiraron, (645)
la dentellearon toda toda...
terminó, la selva entera,
terminó con la Anaconda.
Algo bajó del Cielo,
aún no saben que es lo que fue; (650)
brillaba, muy bien brillaba...
y no se entendía muy bien
el lenguaje con el que hablaba,
la Anaconda sabrá que fue.
Tomó a la Anaconda (655)
y la elevó en los aires,
la expulsó de aquella selva
y también de sus mares.
Y fuera de la vista
es que la Anaconda quedó; (660)
¿dónde está la Anaconda,
quién se la llevó?
Ahora viven en armonía,
ahora son evolución;
y la Jirafa, por sorpresa... (670)
pues no, no murió.
Una chispa de aquella luz
a la Jirafa curó;
ahora disfruta esta nueva vida
junto a su hijo, su amor. (675)
Jirafa:
Yo que estoy por la enseñanza,
como así me caricaturizan,
he tomado el permiso
de tomar, del narrador, la silla.
Esta fábula escrita (680)
para el pensamiento, corazón,
tiene una fácil moraleja...
seguro la sabes, ¿no?
La fuerza todo lo puede,
la fuerza está en la unión, (685)
toda la selva unida
todo en la selva venció.
La unión hace la fuerza
es una grande ganancia;
y el amor todo lo puede (690)
es la gran enseñanza.
Araña:
Mas, ésta no es toda la enseñanza,
¡el amor todo lo transforma!
No os olvidéis de la telaraña
y de cómo tejer las cosas. (695)
Por Verónica García-Melero