Es como el buen óleo sobre la cabeza,
Salmos 133:2 RVR 1960
el cual desciende sobre la barba,
la barba de Aarón,
y baja hasta el borde de sus vestiduras;

La Torá en su origen,
un cilindro la contiene.
¿Están separadas sus palabras?
Parece que no, en las letras deviene
05 (414) uno de sus secretos…
signos, no hay, no los contiene.
¿Signos de puntuación?
Así es, no se hallan escritos.
En secuencias apareció
10 (419) el secreto, también el mito.
¿A qué me refiero yo?,
¿qué se haya cifrado?,
¿es el misterio de Dios,
en letra, número y grado?
15 (424) ¿Cómo te diría yo?...
La cábala, ¿cuál es su hallazgo?,
¿es por inspiración de Dios
revelar lo no hallado?
Claro está que es leer
20 (429) con un arte elevado
los designios de Dios;
llámalo: profetizado.
Porque, desde luego que la Torá,
con la inspiración del cielo,
25 (434) letras jeroglíficas de misterio,
para el sentido verdadero,
es el propósito de este arte,
interpretarlo, de nuevo,
el contenido de la Torah;
30 (439) esa es la cábala, según veo.
Y, ¿quién puede revelar
esos secretos del cielo?,
¿quién puede desvelar
su sentido verdadero?
35 (444) ¿A quién revela el Santo,
bendito sea, los misterios supremos
de su nombre santo?
Puede entenderse bien,
aquí mismo, entendamos
40 (449) en el Zohar III, 78b,
interpretemos, leamos:
Bienaventurados son los justos:
de ayer, hoy, los esperados;
deséelos en su gloria,
45 (454) bendito sea, el Santo,
para revelarles misterios supremos,
misterios de su nombre santo.
No los revela a ángeles,
tampoco a ningún santo.
50 (459) Esto viene a leerse,
así es que interpretamos
que el hombre está por encima
de estrellas, ángeles, astros.
Es un comensal que el Santo hizo
55 (464) para sentarlo en su mesa,
a su imagen y semejanza lo hizo,
esa: su mayor grandeza.
Así, puede conversar con el hombre
como un igual, su destino;
60 mas, no confunda el humano
quién es el Santo: ¡Sea, el Santo, bendito!
Mas, como un igual,
no es igual,
solo es: parecido.
65 Así, en la humildad está
este hermoso destino.
De ello nos habló Jacob,
Isaac también lo hizo,
Primero lo hizo Abraham,
70 y Moisés, también lo hizo.
No sería Patriarca Salomón,
aunque en Proverbios quedó dicho:
corona de hermosura sobrevendrá
a la humildad, su destino.
75 Curiosamente, también está,
escritura es del Taoísmo,
hermosura sobrevendrá,
lo que a corona, al Tao, su nido.
Aves lo sobrevolarán,
80 otras lo querrán por cobijo.
Hará que se arrimen a él,
castas diversas…
estudiosos y ricos.
¿Le querrán la corona arrebatar?
85 ¡Es algo tan excepcional y distinto!
Pues, celebridades, las hay a miles,
políticos, doctos, eruditos…
¿Y que me dices de acaudalados?
¡Millones hay de ricos!
90 Mas, ninguno logra alcanzar
lo que el virtuoso en su camino.
De esta corona de grandeza,
la mayor de las hermosuras,
el Rey Salomón dijo de ella:
95 más que oro y plata, más se avalúa.
El sabio no requerirá buscar
de nadie, a nadie en su camino,
mas, de su Tao éste hizo Te,
virtuoso es su destino.
100 Precisamente es la humildad,
alejarse del apego,
del tumulto, la celebridad;
éstos avivan el ego.
¿Cómo, cabalista, iba a ser,
105 quien busca la fama, el apego,
la celebridad envuelta de fe
por la abundancia del dinero?
¿No es el dinero un falso dios,
un falso dios que tanto engaña?,
110 a tantos, los conduce a la muerte;
a otros tantos, le es guadaña;
a otros, le es corrupción;
a otros, por una bolsa los traga;
a otros, le es condición:
115 inseguridad envuelta de mucha patraña.
¿Querrá Dios que nos falte?
¡para vivir, nos hizo,
y en abundancia!
Ponlo, a Él, primero,
120 ¿faltárate algo?,
ninguna ganancia.
Mas, ¡qué pocos lo que, esto, creen!
Y por más bolsa que tengan…
su propia bolsa, los traga;
125 pues, la hermosura del sabio,
el dinero no paga.
¡Qué decir del Rey David!,
de David, el Rey ungido,
padre del Rey Salomón;
130 ¿leísteis sus Salmos? Cantando lo dijo.
También cantando nos enseñó,
a entonar un nuevo sentido,
a la Torá, a las buenas nuevas,
de nuestra salvación, nuestro sino.
135 Mas, ¿cómo cantar a Dios
y qué cantar, por qué y cuándo?
¿Cómo?, ¿qué se yo?...
Que tú, que si yo,
que si cuándo….
140 ¿Cuándo y cómo cantar?,
¿requeriré en mi canto
primero saber por qué,
para qué es que yo canto?
De esta manera simple,
145 ¿necesitará la Tierra
conocer la gloria del Padre,
conocer su letra hebrea?
Así es que te traigo hoy
la vivificación de algo escrito.
150 Sólo con ello quiero yo
resucitar lo ya dicho.
Tal vez, al poner voz,
hallemos algo de sentido
o, ¿por qué no?, mejor guardar
155 y entender lo que es bendito.
Siempre caigo en recordarte:
yo creo en Jesucristo.
Al igual que hizo Él,
para buscar a Dios,
160 se hace preciso
estudiar linderos de antaño:
Judeocristianos, Judíos.
No quiere decir que sean todos,
pero ¿qué, ahora, son?
165 ¿serán, ahora, precisos?
Verónica García-Melero


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