Etiqueta: Inteligencia Emocional

Hoy somos….¡LUZ!

No todo lo que es oro brilla; remedio chino e infalible.

Me gustas tú; …próxima estación…esperanza; Manu Chao.

A. INTRODUCCIÓN.

¿Has caído alguna vez en la cuenta de la capacidad de una bombilla para iluminar cualquier habitación de una casa? De estar completamente a oscuras y tropezando con todo, pasas a identificar con perfecta claridad cada elemento que se encuentra en su interior, una vez has encendido la luz.

Esa luz de esa habitación es asimilada a esa claridad que encontramos en nuestra mente y nos ayuda a discernir soluciones, dilucidar respuestas o el entramado de cualquier asunto; es la luz de nuestro esclarecimiento interior. Desde luego que, constantemente, podemos apreciar que se nos ha iluminado el pensamiento, que hemos alcanzado el entendimiento de las cosas.

Esta luz, si nos observamos, es una luz que alcanzamos cuando reflexionamos, cuando estamos serenos, cuando hayamos paz. Probablemente, de ser la solución a un problema, rápidamente el entusiasmo recorra nuestro cuerpo y nos encienda de felicidad.

Esta viene a ser la experiencia de nuestra iluminación intelectual, de ponerte un ejemplo, y seguro es algo cotidiano o, al menos, habitual en tu vida. En este sentido es como podemos entender qué es la iluminación.

Para empezar, en su acepción más habitual significa «adquisición de entendimiento«. Con todo, podemos abstraer su significado como concepto filosófico y religioso; pues, después de todo, apuntan en la misma dirección.

Son dos palabras alemanas las que denotan y distinguen a la iluminación intelectual y espiritual. Así, la «iluminación intelectual» entendida como el esclarecimiento interior, poner en claro o llegar al fondo de un asunto, se denomina Aufklärung. (Wikipedia, 2021A).

Por su parte, el término Erleuchtung es aquel que denota a la «iluminación espiritual«, siendo ésta la experiencia de lo divino, reconocida en su manifestación. Una manifestación que comprende la experiencia del sentido de unión con Dios o con el Universo (depende de la fe, doctrina o filosofía) y, por igual, la experiencia de un sentimiento de paz, amor y felicidad excelsos (Wikipedia, 2021A).

Desde luego que en este sentido, el de la «Iluminación espiritual«, la vía para alcanzarla se presenta muy plural. Con todo, ya sea la perspectiva de las religiones abrahámicas, ya sea una filosofía o religión oriental – por ejemplo – todas convergen en la persona virtuosa y en un camino (manera de ser, de hacer las cosas, de vivir y relacionarse con los demás) movido por el amor, la bondad, la verdad, la humildad, el sentido de la justicia y orden -por ser breve -. Si bien, aquella iluminación espiritual que contempla la vía religiosa, la que es conectada a una religión, profesa por igual el desarrollo de la fe, la esperanza y la caridad como virtudes.

Esta fe, esperanza y caridad son definidas como virtudes teologales por Santo Tomás de Aquino y son equiparables a las que promueve la filosofía taoísta y todas aquellas doctrinas y religiones que nacen o tienen raíz en estas enseñanzas. Así, de considerar la obra madre de todas ellas, el Tao-Te-King de Lao-Tsé, por fe entenderíamos la confianza en el Tao; por esperanza, la no intervención en el flujo de las cosas y espera en la resolución armónica que proviene del Tao; y, en la caridad, el dar y otorgar en abundancia, no solo a aquel que por igual te da y otorga, sino a aquel que no lo merece, por igual (Golden (Tr.) Lao Tsé, 2014).

De considerar la intención de este artículo, procurar un entendimiento profundo de la «iluminación intelectual» y de la «iluminación espiritual», nos conduce a un estudio que traspase esas primeras nociones que ofrece wikipedia y que suelen ser desdeñadas como aportaciones entretanto no se subrayan con un consistente argumento. Así, necesario se presenta bucear en la primera definición y procurar un conocimiento más esclarecedor con respecto a aquellos medios para alcanzarla y objetos para su consecución y logro, y que dan sentido a su esencia y existencia.

En este sentido podemos cuestionarnos: ¿existe un vínculo entre la iluminación espiritual y la motivación de la conducta humana?, ¿convergen en dicho vínculo, de haberlo, alguna filosofía o doctrina ancestral y algún propósito que sirva de vector para construir alguna teoría de la motivación humana?, ¿este propósito que sirve de vector para construir una teoría de la motivación humana nos ayuda a dilucidar el bien último que persigue el hombre en su realización y logro de su plenitud?, ¿qué características presenta el ser humano que ha alcanzado tal grado de realización?, ¿ha sido este logro de realización y plenitud estudiado a lo largo de nuestra historia y conectado, a su vez, con la iluminación espiritual?, ¿dónde convergen la iluminación intelectual y la espiritual?

Ahora bien, atendiendo a una amplitud de miras y para con la sociedad, este tema se presenta fascinante y, a su vez, motor para encaminarnos en aquello que – de manera elemental – la RAE define como Noosfera, esto es: «conjunto de los seres inteligentes con el medio en que viven» (Wikipedia, 2021B).

De dilatarnos en el concepto podriamos considerar desde su primera definición por Vladímir Vernadski como conjunto de seres vivos dotados de inteligencia, hasta la teoría de la noosfera recogida más tarde por el teólogo cristiano Pierre Teilhard de Chardin.

En concreto, para este teólogo, dicha noosfera atiende al proceso de evolución de la conciencia universal, así es que lo considera un intervalo, una fase, que es consecuencia de la inmediatamente anterior. Pues, su teoría, originariamente, se articula en tres fases: geosfera, biosfera y noosfera; siendo cada fase el efecto de la inmediatamente anterior.

Así, siendo la biosfera (o evolución biológica) la fase que precede a la noosfera y la geosfera (o evolución geológica) la fase que marca un principio en esta sucesión encadenada de efectos y antecedente de la evolución biológica, Teilhard nos hace profundizar en una conciencia más madura y colectiva que traspasa la Noosfera en una cuarta fase. Pues, de profundizar en la evolución de la conciencia, conducida por la humanidad, alcanzaría su teoría su cénit en una última etapa de la evolución: en la cristosfera. Entiéndase que la noosfera es el estado que conduce la energía liberada en el acto del pensamiento. Está a la altura de las cabezas humanas interconectando toda la energía del pensamiento y generando la conciencia. Lo cierto es que es vetusto y variado lo que hay escrito en este sentido (Wikipedia, 2021B).

Con todo, y abstrayendo la importancia de traer a colación el concepto de Noosfera, así como la Teoría de Teilhard, cabe preguntarnos: ¿la educación del individuo encaminada en la consecución de su realización y plenitud nos devolvería una sociedad orientada en la paz y la tolerancia?, ¿serían la paz y la tolerancia vehículos para la evolución de la conciencia del hombre? En este sentido es bueno recordar que los vectores direccionales de la Educación Mundial, desde el Informe Delors, no son otro sino el de hacer de las personas, personas tolerantes, respetuosas entre ellas y para con el medio en que viven (ver, Delors et al., 1996). ¿Será importante recuperar en nuestra educación y sistema social, económico y político la importancia del campo de la metafísica y su papel en la consecución del propósito de vida y realización y plenitud del ser? ¿Nos conduciría la evolución de nuestras conciencias a una cuarta fase evolutiva definida por Teilhard como cristosfera?

De lo que no cabe duda es que orientar nuestros esfuerzos educativos en el desarrollo de la tolerancia y, por ende, en nuestra inteligencia emocional, no solo se circunscribe al marco de acción educativa mundial que viene proponiéndose e impulsándose desde hace casi tres décadas, sino que, por igual, se alinea tanto con aquellas averiguaciones que ha venido dilucidando la ciencia y pensadores como con nuestro propio sentido común. ¿Acaso no es feliz cuando respeta y aprecia que le respetan?, ¿acaso no siente paz cuando se siente integrado socialmente? Como verá, es fácil de digerir esto, créame: somos conciencia, somos luz, y más felices estamos cuando brillamos. ¿Residirá nuestra luz en la energía que proviene del amor? En este sentido, la hija de Albert Einstein recientemente nos ha revelado en un vídeo la importancia, según su padre, del amor como fuente de energía de todo ser vivo que fundamenta y explica, al unísono, la Teoría General de la Relatividad.

B. LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL Y LA AUTORREALIZACIÓN SEGÚN KURT GOLDSTEIN.

Siguiendo la línea de interrogantes propuesta, la cual nos permitirá profundizar en el conocimiento de aquello que denominamos «iluminación intelectual» e «iluminación espiritual», nos aventuramos a contestar esa primera pregunta: «¿existe un vínculo entre la iluminación espiritual y la motivación de la conducta humana?»

En este sentido, al indagar aquellas necesidades que mueven al individuo en su autosatisfacción alcanzamos una coherente conexión de las mismas con la propia «iluminación espiritual». De acuerdo a Modell (1993) y VV.AA. (2008), Kurt Goldsein nos introdujo originariamente el concepto de autorrealización para hacer alusión a la «realización del potencial humano». En este sentido, hablamos de la expresión de la propia creatividad, la búsqueda de la iluminación espiritual, la búsqueda del conocimiento y el deseo de darle a la sociedad. Todos estos no son sino ejemplos de autorrealización. Es más, de acuerdo a este teórico organísmico «la tendencia a realizarse a sí mismo tanto como sea posible es el impulso básico…el impulso de autorrealización es la motivación verdadera» (Modell, 1993, p. 44).

Como podemos apreciar, la tendencia a realizarnos a nosotros mismos es un impulso básico, es aquella verdadera motivación que logra la realización de todo nuestro potencial como seres humanos. En una primera aproximación, podemos apreciar que este potencial presenta diversas metas, como por ejemplo: la expresión de nuestra creatividad u originalidad, el deseo de dar a la sociedad y la propia iluminación espiritual, vista como la experiencia de un sentimiento de felicidad, gozo y paz excelsos y alcanzados desde aquel camino espiritual que, por antonomasia, es virtuoso, como ahora veremos. Con todo, son otros estudios al respecto los que amplifican y procuran un mejor entendimiento de la autorrealización y, por igual, los revisaremos.

C. CONVERGENCIA DEL TAOÍSMO Y DEL PENSAMIENTO DE KURT GOLDSTEIN EN EL DESARROLLO DEL POTENCIAL DEL SER COMO ILUMINACIÓN ESPIRITUAL O AUTORREALIZACIÓN.

Acabamos de establecer un vínculo entre la iluminación espiritual y la autorrealización, este no es otro sino la «realización del potencial humano». De esta manera, y siguiendo nuestro esquema interrogatorio, cabría cuestionarnos: «¿convergen en la realización del potencial humano alguna filosofía o doctrina ancestral y algún propósito que sirva de vector para construir alguna teoría de la motivación humana?»

En primer lugar, resulta conveniente subrayar que esta «realización del potencial humano» estudiada por Goldstein es precursora de la teoría de Abraham Maslow. De abordar su trabajo, entendemos que la autorrealización es el climax de dicho potencial, es el punto álgido de la satisfacción de las necesidades de las personas; algo que puede apreciarse desde la experiencia sensible junto a aquellos rasgos de personalidad y patrones de conducta que manifiesta la persona autorrealizada (ver Modell, 1993; VV.AA. 2008). Con todo, procuraremos un estudio y comprensión de su Teoría más adelante.

Siguiendo la intención de esta cuestión, si hemos podido dilucidar que esa «realización del potencial humano» es el vector que direcciona la «Teoría de la Motivación Humana» de Abraham Maslow; ahora cabría apreciar cómo la filosofía taoísta converge en dicha motivación verdadera para alcanzar el desarrollo del ser, para alcanzar dicho potencial; lo que denomina «Te».

En este sentido, y por ser breve, la simple recuperación de la apertura del libro de «El Te», dentro de la obra «Tao-Te-King» de Lao-Tse, nos proporciona un esclarecedor entendimiento del mismo. De esta manera, esta introducción nos dice así:

«La versión primitiva de la palabra «Te» muestra un cruce de caminos con un ojo en su centro, al igual que «Tao», pero con el dibujo de un corazón añadido. Su sentido exacto es «virtud», «poder» o «potencia«».(Golden (Tr.) Lao Tsé, 2014, p.51)

Aquí cabría señalar que la propia introducción nos advierte que por el concepto de «virtud» ha de entenderse el sentido original del latín, esto es, «la calidad inherente o innata de una cosa», no en el sentido de la moral. (Golden (Tr.) Lao Tsé, 2014, p.51).

Por igual continua diciendo: «Expresa la medida de la fuerza innata de una persona. Al valor simbólico del ojo que discierne el camino se añade el del corazón, que en la cultura china es la sede de la mente y la inteligencia, de la voluntad y el coraje, además de las emociones y pasiones». De esta manera, «El conocimiento del «Tao» otorga el «Te», el poder de hacer las cosas» (Golden (Tr.) Lao Tsé, 2014, p. 51).

De acuerdo a esta exposición y al conocimiento y experiencia personal con esta filosofía y con las artes marciales que se erigen sobre dicho pensamiento, Kung-Fu de Monjes Shaolín, podría discernir que tanto la regulación de nuestra conducta, como el autocontrol y dominio de nuestro cuerpo – que parecen fruto de nuestro raciocinio, de nuestra mente – son en realidad la consecuencia y el fruto que se consigue en la perseverancia y en la persistencia, en nuestra fuerza, en nuestra resiliencia; siendo todas ellas consecuencia de la autodisciplina que nace en nuestra voluntad. «La verdadera disciplina no es impuesta, nace de nosotros mismos», Proverbio Oriental.

Así es que el error y la persistencia y perseverancia que acompañan al coraje y a la voluntad por superarte en el entrenamiento personal – por ejemplo – son los que nacen en la emoción, en el corazón y, consecuentemente, son los que permiten el desarrollo de nuestra potencia. Aquí es donde nace la verdadera focalización o atención plena, cuando logramos un entusiasmo tal, fruto de nuestra emoción, que logramos fluir como el agua. «Be water, my friend», diría Bruce Lee, amante de la filosofía taoísta como nos revela su propio «Jet Kune Do Tao», focalizado en la voluntad y en la economicidad de la física del movimiento.

De una manera análoga sucede con el acceso al conocimiento. En este sentido, no es hasta que descubres dentro de ti mismo aquello que en apariencia te trasmite el conocimiento sobre cualquier asunto, materia o tópico, hasta que no alcanzas el entendimiento de que la sabiduría es la que logra alcanzar la sagacidad con que discernir cualquier asunto, tópico o problema. Esta potencia o poder de hacer las cosas que es definido «Te» y encuentra imagen en la sabiduría es la consecuencia del camino, «Tao»; esto es, es haber alcanzado la capacidad de discernir el «camino correcto» y «tomarlo».

Así es que se «toma el Te en el camino», esto es: se alcanza el corazón (entendimiento y unión con el Tao) en el cruce (ojo – discernimiento) del camino (manera de ser, hacer las cosas, aquello que nace y es fruto de tu amor y voluntad) y gracias a tu esfuerzo y dedicación movidos por el espíritu (mano que sale del camino). Así, «la verdadera fuerza reside en el espíritu» (Bruce Lee).

Luego, muchas son las caídas y los errores que nos conducen a nuestro «Te» dentro de un camino virtuoso. No es de extrañar una máxima que empuja en el coraje, la valentía, la resiliencia y la imperturbabilidad en pro del descubrimiento de tu sabiduría y propio perfeccionamiento o potencia: «Si te caes siete veces, ¡levántate ocho!» (Proverbio chino). Aquí, «ocho» hace alusión al óctuple sendero, a haber caminado todo el camino, esto es: la iluminación espiritual e intelectual que, como vemos, nace y es fruto de una manera de ser y vivir humilde, desapegada y focalizada en la bondad, la misericordia , el coraje, la resiliencia y la autodisciplina – por ser breve -.

En resumen, no solo esta primera definición de Goldstein sobre «la autorrealización» es precursora de las investigaciones y teoría de Abraham Maslow sobre la motivación humana, sino que es la esencia del objeto hacia el que conduce el Tao o Dao (camino) que lega el conocimiento filosófico taoísta de Lao-Tsé, esto es: el Te como desarrollo de la potencia del ser (Golden (Tr.) Lao Tsé, 2014, p.51).

C. LA AUTORREALIZACIÓN COMO BIEN ÚLTIMO Y LOGRO DEL SER HUMANO SEGÚN LA TEORÍA DE LA MOTIVACIÓN HUMANA DE ABRAHAM MASLOW.

Por igual, indagar en la verdadera esencia y existencia de esta «iluminación espiritual» nos conduce a que, fruto de aquellas capacidades y habilidades que se van desarrollando y puliendo desde y en nuestra conducta y nos conducen a ser personas honestas, bondadosas, misericordiosas, leales, verdaderas, justas, fuertes, resilientes, entre otras, – muy orientadas en la inteligencia emocional – es donde entendemos la «autorrealización» del ser visto desde el conocimiento que nos lega la «Teoría de la motivación humana» de Abraham Maslow.

En este sentido, profundizar en esta teoría tan extendida en el campo de las Ciencias Empresariales y Económicas (la conocí en segundo curso de mi titulación, gracias a nuestra profesora, Mercedes, de la Universidad de Sevilla) nos conducirá a conocer aquellas fases motivacionales que se concatenan en la evolución del ser y están supeditadas a la consecución de logros y satisfacción de necesidades; siendo su meta última la autorrealización. Algo que, desde milenios atrás, nos define la visión aristotélica en su «Magna Moralia» tanto de la felicidad, como del bien supremo del hombre que logra tal felicidad (Rodríguez (Tr.), Aristóteles, 2020).

De esta manera, profundizar en el conocimiento que nos transmite Abraham Maslow y, por igual, el conocimiento filosófico accidental que nos lega Aristóteles – contraponiéndolo con Pitágoras, Sócrates y Platón-, nos devuelve una basta conexión entre esas necesidades o bienes en el hombre que conforman su vector de movimiento en la consecución de su felicidad, de su autorrealización.

Siguiendo esta línea, para comprender cómo es que nos dirigimos a la autorrealización como logro último y clímax de nuestra existencia y sentido de la vida, se hace necesario abstraer el conocimiento que nos lega Abraham Maslow en su Teoría. Posiblemente, un breve repaso a la misma nos haga entender con claridad qué es eso de la «Motivación Humana» y cómo es que está vinculada a la autorrealización como clímax.

En este sentido, y considerando el papel de la Ciencia de Empresa y Economía, una breve definición de la economía en sí nos puede servir de referencia para abstraer la importancia de esta Teoría en este campo. Siguiendo esta linea podríamos decir que la economía es aquella ciencia encargada de asignar y repartir recursos disponibles y escasos para satisfacer las necesidades humanas.

Solo considerando el vínculo con la satisfacción de las necesidades es como se nos presentó esta Teoría en clase, concretamente fue considerando la reflexión sobre nuestras propias necesidades y nuestra satisfacción. Así, nuestra profesora, Mercedes, nos expuso la conocida Pirámide de Maslow y nos hizo reflexionar sobre cuál creíamos que eran aquellas que nos orientaban en nuestra motivación para la conquista y logro. Rápidamente mi mente se fue a la creatividad, la espontaneidad, la falta de prejuicios, la resolución de hechos…en fin, no son sino la autorrealización, pero es que apuntaba desde pequeña en estas cosas. Incluso desdeñaba el éxito o el reconocimiento social que la precede, total, leí autorreconocimiento, así que con reconocerme a mí misma, guardármelo para mí, y saber que soy un tiro al aire…yo quería autorrealización.

Después de todo, a pesar de esa inocencia que conlleva ignorar la Teoría al completo y esos 19 añillos, no iba mal encaminada, como he podido descubrir a lo largo de los años. Es esto el sentido de la vida, aquello que todos buscamos y que, afortunadamente, descansa en la moralidad, en la falta de perjuicios, en la creatividad y la originalidad, en el cuestionamiento de las cosas, en la mente resolutiva, en ir más allá de los moldes o modas del momento, de los convencionalismos sociales; después de todo, no es que sea aquello que verdaderamente me llama la atención y me motiva, sino aquello que logra definir más bien mi manera de ser. Con todo, si esto es algo que puede apreciarse en rasgos de la personalidad, ¿cómo conseguirlo definitivamente si es una necesidad?

Desde luego que el camino espiritual hace mucho para ayudarte a transcender ese «éxito» que encorseta la sociedad en lujos artificiales y apariencias que no terminan de hacer felices a las personas. Parece ser que falta algo, y ese algo es desapegarte del ego que acompaña a este «reconocimiento social» y moverte más en subrayar tus verdaderos valores personales, aquellos que te hacen único y hacen fuerte tu personalidad.

Estaríamos hablando de reforzarte en el sentido de la honestidad, de la verdad, de tu singularidad, de tu sentido de la justicia y de orden, entre otros. De esta manera, es fácil abstraer que si las personas se amoldan a convencionalismos, a apariencias o a una doble moral que los impide ser ellos mismos, difícil se les presenta la autorrealización; puesto que impide el gozo de aquella verdadera felicidad que descansa en ser honestos y verdaderos consigo mismos, por ser breves.

Con todo, es importante considerar que esta pirámide no son sino eslabones que concatenan nuestras necesidades. Unas necesidades que se presentan graduadas desde las más básicas o fisiológicas, las de seguridad, las de afiliación, las de reconocimiento, hasta alcanzar las de autorrealización. En este sentido Maslow nos advierte que no necesariamente para ascender en esta graduación han habido de ser completamente satisfechas todas, aunque sí en cierto grado.

De concentrarnos en la autorrealización, que es el tema que nos ocupa, cuando vemos que contamos con nuestras necesidades fisiológicas cubiertas, especialmente la salud, por igual contamos con aquellos medios que nos garantizan seguridad, gozas de relaciones de afecto o, más aún, has comprendido que el amor es desinteresado y es algo que te mueve en todas tus relaciones; has alcanzado tu propio autorreconocimiento desde tu humildad y es algo que te hace feliz, además de contar con la confianza, el respeto de aquellas personas que te conocen y cierto grado de éxito personal y de acuerdo a tu manera de ver el éxito (es tan variable como la percepción personal de la felicidad) probablemente estés en esa fase donde te refuerzas en tus valores, moralidad y, probablemente, traspasas los convencionalismos, siendo independiente de la cultura dominante, reconociendo que tienes falta de prejuicios con estas cosas y que eres espontáneo e, incluso, desinteresado y desprendido. Es probable que te centres en los problemas y los enfrentes en virtud de tus soluciones y fruto de tu propia visión personal. En este sentido, estamos hablando de una persona autorrealizada.

Pero, ¿qué más acompaña a esta persona autorrealizada?, es más, ¿qué es aquello que verdaderamente nos hace apreciar tal autorrealización, tal iluminación espiritual? Pues no es otra cosa que el sentirse feliz, gozoso y lleno de paz y tranquilidad. Una experiencia asimilada a la que se manifiesta en la iluminación espiritual, como hemos visto. Y si nos preguntamos, ¿cómo reconoce Maslow este sentimiento de satisfacción plena y felicidad? De acuerdo a Maslow, reconocemos ese sentimiento feliz en: la verdad, la bondad, la belleza, la unidad, la integridad y transcendencia de opuestos, la vitalidad, la singularidad, la perfección, la realización, la justicia y orden, la simplicidad, la riqueza ambiental, la fortaleza, el sentido lúdico, la autosuficiencia y búsqueda de lo significativo.

En este sentido, fácil es ver que si con tus conductas y manera de ser te alejas de la bondad, de la integridad personal, de la moralidad, de la unidad, de la honestidad, de la justicia, de la verdad…mucho camino te falta por recorrer para alcanzar a ser una persona satisfecha y, consecuentemente, feliz.

D. UN AVANCE PARA SEGUIR REFLEXIONANDO.

Otro día profundizaremos en la experiencia de la felicidad en la autorrealización, considerando las aportaciones y nexos de unión entre la Teoría de Motivación de Abraham Maslow y el Pensamiento Aristotélico precursor de la Summa Theologiae de Santo Tomás de Aquino.

Desde este objetivo primero lograremos conectar el conocimiento que nos otorga una mirada atenta al mismo y, así, poder dar respuesta a aquellas cuestiones primeras sobre la profundidad en que ha sido este logro de realización y plenitud estudiado a lo largo de nuestra historia y conectado, a su vez, con la iluminación espiritual. Por igual, nos permitirá analizar dónde convergen la iluminación intelectual y la espiritual. Es muy probable que incluso coja tintes sociológicos o económicos ya estudiados a lo largo de nuestra historia y nos devuelva nuevas preguntas y respuestas que nos encaminen en nuestra «Noosfera».

Finalmente, aún siendo mi personalidad y conductas alineadas con esta autorrealización que define Maslow desde su Teoría de la Motivación, y siendo mi manera de hacer las cosas tan orientada en la virtud propia del Taoísmo (lo descubrí a los ocho años cuando me incorporé a clases de Kung-Fu por un monje Shaolín); puedo decir con un profundo amor y certeza, desde lo más hondo de mi corazón, que ha sido gracias a mi hijo que me siento autorrealizada plenamente. Como suelo decirme, por más estudios y cosas que sepa hacer, no hay nada en esta vida que me satisfaga más plenamente que ser la mamá de mi hijo, de mi muñequito lindo, de mi Juan.

Con amor infinito, a mi niño, mamá. Una mamá que te saca de la ola y es tu «súperheroa».

Cardona, F. (Tr.) John Stuart Mill (2011) On Liberty ( Sobre la paz) Edición especial para el MUNDO. Madrid: Ciro Ediciones, S.A.

Golden, S. (Tr.) Círculo de Lectores (Ed.) Lao-Tsé (2014) El Libro del Tao. Barcelona: Círculo de Lectores S.A.

Martínes, T. Y Rodríguez, L. (Tr.) Aristóteles (2020) Poética y la Magna Moralia. La Biblioteca Clásica Gredos. Barcelona: RBA Libros S.A.

Modell (1993) The Private Self, Cambridge, Massachusetts : Harvard University Press.

Muñoz, J. (Tr.) Inmanuel Kant (2005) Zum ewigen Fiedem. Ein philosophischer Entwurf. ( Hacia la paz perpetua. Un esbozo filosófico) Edición especial para el MUNDO. Madrid: Ciro Ediciones, S.A.

VV. AA. (2008) Filosofía y ciudadanía I. Madrid: Santillana, 2008.

Links de consulta:

https://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/SantoTomas/VirtudesMorales.htm

http://www.theologia.va/content/cultura/es/organico/cardinale-presidente/texts/lux.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Tom%C3%A1s_de_Aquino

https://es.wikipedia.org/wiki/Metaf%C3%ADsica_(Arist%C3%B3teles)

https://es.wikipedia.org/wiki/Ontolog%C3%ADa

https://es.wikipedia.org/wiki/Metaf%C3%ADsica

https://es.wikipedia.org/wiki/Trascendencia

https://es.wikipedia.org/wiki/Inmanencia

https://es.wikipedia.org/wiki/Inmanencia

Noosfera – Wikipedia, la enciclopedia libre

Autorrealización – Wikipedia, la enciclopedia libre

Iluminación (creencia) – Wikipedia, la enciclopedia libre

Sanaj

El sabio conoce siempre la mejor manera de ayudar a las personas y no abandona a nadie; conoce la mejor manera de ayudar a las cosas y no las abandona. Esto es alcanzar la clarividencia.

Fragmento Epigrama XXVII, Libro «El Tao», Tao-Te-King, Lao-Tsé.

Capítulo 0. La Reflexión de la Luz: hoc lumen est.

Capítulo 1. Hoy somos…. ¡SUPERNOVAS!

Capítulo 2. Hoy somos….¡MUCHO CHI!

Capitulo 3. Hoy somos….¡CRÍTICOS!